La Feria del Libro de Madrid pide a la Administración 500.000 euros

La comisión organizadora de la Feria del Libro de Madrid pide al Ministerio de Cultura, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid que respondan a su SOS. Necesitan que las administraciones públicas acepten cubrir los costes del montaje de la cita en octubre, en caso de que esta se anule.

Los tres gremios implicados en la organización (libreros, editores y distribuidores), han calculado en 500.000 euros la garantía necesaria para poder celebrar el evento anual más importante del sector editorial, junto con Sant Jordi. Esta última cita se celebrará el 23 de julio gracias a las ayudas públicas recibidas, aunque no ha trascendido la cantidad aportada por las autoridades catalanas.

“Hemos llegado al acuerdo de que sean las administraciones las que asuman el gasto en caso de anulación de la celebración por causas de fuerza mayor. Hace falta el dinero que cuesta montar la feria y ninguno de los gremios puede hacerse cargo después de esta crisis. El sector del libro no puede poner ese dinero a fondo perdido”, explica una de las fuentes de la comisión a este periódico.

Como adelantó EL PAÍS hace unos días, los libreros y distribuidores preferían anular la celebración de la feria en el parque del Retiro, dado que ninguna aseguradora estaba dispuesto a cubrir los gastos provocados por una cancelación derivada de un posible rebrote. Además, a lo largo de la pandemia, los libreros han actuado con mucha precaución ante la posibilidad de los contagios y han manifestado su posición contraria a mantener sus negocios con un servicio mínimo de atención. Con la reapertura de las librerías han reducido al máximo sus actividades para evitar los contagios.

Los libreros son los titulares de la feria, aunque la comisión está compuesta por distribuidores y editores, que han mantenido hasta el último momento una postura favorable a la celebración. El propio Miguel Barrero, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGGEE), ha insistido en esta postura, a pesar de la falta de garantías económicas que deben asumir los libreros para llevarla a cabo. “Compartimos la visión de los editores de Madrid: queremos haya feria para no perder el contacto con los madrileños y creemos que se puede recuperar con control sanitario. El encuentro del mundo editorial con los ciudadanos es esencial. Es la posibilidad de que la gente conozca los catálogos y al fondo editorial. Eso sí, tiene que ser una feria distinta, con menos afluencia”, ha dicho Barrero, horas antes de la decisión de la comisión de organización de la feria.

Fuentes del ministerio aseguran que mantienen contactos con los organizadores de la cita y que mantendrán la asignación recogida en el Plan de Fomento de la Lectura (también, que el decreto de ayudas a la cultura promulgado durante el estado de alarma permite recuperar pérdidas ocasionadas por la escalada del coronavirus). Esas mismas fuentes niegan que hayan recibido un ultimátum de los implicados.

El martes pasado la Junta Directiva de la Asociación de empresarias y empresarios del comercio del libro de Madrid se reunió para aclarar su posición ante la inminente puesta en marcha del operativo y decidió condicionar su decisión a las ayudas de las administraciones. Las respuestas no han llegado todavía, pero Enrique Pascual Pons, presidente del Gremio de Librerías de Madrid, seguirá trabajando para lograr una contestación antes del próximo jueves.

Paulo Cosín, portavoz de la Asociación de Editores de Madrid en la comisión organizadora, dice que “estamos seguros de que la administración nos va a apoyar y no nos va a dejar solos ante esta situación”. Por su parte, Verónica García, representante de los distribuidores en la comisión señaló que “la realidad es tozuda y no podemos evitar los riesgos de la pandemia”.