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Crítica | La alegría de las pequeñas cosas
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La fugacidad de la vida

Luchetti ha compuesto un relato cargado de melancolía con una enorme capacidad de observación

Un fotograma de la película 'La alegría de las pequeñas cosas'.
Javier Ocaña

Michael Powell y Emeric Pressburger, aquellos brillantes artistas aún hoy demasiado desconocidos, crearon en el año 1946 la obra maestra A vida o muerte, fábula romántica ambientada entre el Cielo y la Tierra sobre un insólito error en la metodología del Edén, que hacía sobrevivir a un piloto de guerra que había saltado sin paracaídas de su avión en llamas, lo que le llevaba a disfrutar de un nuevo juicio y de un tiempo de prórroga en este extraño planeta.

Una historia maravillosa que resuena con insistencia en la muy semejante La alegría de las pequeñas cosas, película de Daniele Luchetti basada libremente en dos novelas de Francesco Piccolo publicadas en 2010 y 2015. Aquí también hay una equivocación en la burocracia del Cielo (sí, allí igualmente hay que coger número, esperar turno y llegar hasta un funcionario con pinta de tal), y el fallo es tan desternillante como desmitificador con cierto estilo de vida: al protagonista no se le han computado los zumos saludables que tomó con la certidumbre de la vitalidad futura, lo que lleva al responsable del cómputo a otorgarle una moratoria de una hora y media. Tanto jengibre para ganar apenas un rato.

En tono de comedia de temática negra pero con tratamiento blanco, Luchetti, autor de como mínimo dos trabajos estupendos, La voz de su amo (1991) y Mi hermano es hijo único (2007), ha compuesto un relato cargado de melancolía con una enorme capacidad de observación acerca del absurdo de una parte de nuestra cotidianidad, que entronca con la bendita proximidad de Nanni Moretti y, sobre todo, con el humanismo de Ettore Scola. La parsimonia que deriva en angustia y la obstinación en el pasado cuando se tiene delante el presente son dos de las constantes de una obra tierna, delicada y jocosa que, finalmente, decide centrarse en la (in)fidelidad amorosa: “Pienso en ti a menudo, pero no todos los días”. Y que además suma el presente y el pasado sin necesidad de acudir al convencionalismo del flashback marcado: lo hace con una admirable fluidez entre el ayer y el hoy, y con bonitos detalles de montaje.

La alegría de las pequeñas cosas llega a España en un momento en el que sus esencias, la fugacidad de la existencia y la transformación de una vida corriente en una (posible) mejor vida, estarán en la cabeza de muchos. Quizá algunos la logren.

La alegría de las pequeñas cosas

Dirección: Daniele Luchetti.

 

Intérpretes: Pierfrancesco Diliberto, Thony, Renato Carpentieri.

 

Plataforma: salavirtualdecine.com

 

Género: comedia. Italia, 2019.

 

Duración: 93 minutos.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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