El arte busca la cercanía con el público
Abrir las puertas de los estudios, organizar festivales y muestras colectivas... Desde la distancia impuesta por el confinamiento, gestores y creadores ensayan fórmulas para mantener el contacto local en la Red
“En estos tiempos extraños, de plena incertidumbre, habitamos un mundo donde el futuro ya no va a poder ser tal y como lo imaginábamos”. Con esa introducción, que expresa ese limbo entre lo utópico y lo apocalíptico en el que transcurren los días de confinamiento, presenta el CA2M de Móstoles su nueva iniciativa en línea, el proyecto #Unmetroymedio. El título, que viene dado por la forzosa separación social que se ha impuesto entre el yo y el mundo, quiere hablar también de otras distancias: las que dividen lo físico de lo virtual, las ciudades de la periferia, la creatividad del público. Y, hoy más que nunca, el pasado del porvenir. La propuesta consiste en ganarle unos centímetros a la lejanía desde la que se aprecia hoy el arte mostrando lo que no se ve aunque siempre ha estado ahí, muy cerca: el arte local, que estos días tiene que hurgar para encontrar la inspiración en las profundidades de la cuarentena. El proyecto, que se irá actualizando con nuevos contenidos cada tres días, quiere mostrar también cuáles son los motores de la creatividad en los momentos difíciles y cómo se trabaja cuando cualquier espacio a mano debe cumplir la función del estudio.
Hasta que dure el confinamiento, las redes sociales del museo se irán cargando de contenidos: textos, vídeos e imágenes del trabajo de artistas residentes en la Comunidad de Madrid que, como explica al teléfono Manuel Segade, director del CA2M, que comisaría la actividad junto a Tania Pardo, “proponen un formato expositivo muy simple”. Pero efectivo. Y para cuando todo esto acabe, el CA2M quiere dar también continuidad a la iniciativa, aunque de un modo aún por definir. “El momento de reconstrucción va a ser tan sintomático como el momento de encierro”, apunta Segade. “Así que contar con un archivo de lo que pase va a ser muy importante”. Las dos entradas que ya se han colgado, las de los artistas Irma Álvarez-Laviada y Andrés Senra, hablan entre otras cuestiones de la readaptación de los materiales y herramientas de trabajo al nuevo contexto y de la mutación, casi vírica, que está transformando la percepción que tenemos de nosotros mismos.
“Se trata de una pequeña exposición que nos permitirá tener un documento de este momento”, subraya Segade. Y un recordatorio de cómo el arte está bregando con la precariedad desde un contexto diferente al que acostumbra. “Se trata también de reivindicar lo retribuido” en esta época donde la cultura se está volcando gratuitamente en Internet, como agrega el director, que recuerda que para este proyecto, de libre acceso en la Red, se ha pagado a los artistas. “Ahora mismo, la única salida que tenemos los museos son las redes y la web: la comunicación se ha convertido en la programación. La cuestión es que, hasta ahora, la programación estaba retribuida, pero la comunicación no”.
EL CA2M no es el único museo que ha tenido la iniciativa de apoyar a la escena artística local. La galería vitoriana ARTgia presentó este mismo lunes la exposición virtual ARTdemia, que exhibe a través de su web el trabajo de 30 artistas de Euskadi, Navarra y País Vasco francés que reflexionan sobre el impacto que el corononavirus va a tener en nuestras vidas más allá de la salud. “El confinamiento, la pandemia, el constante goteo de muertes... Estamos viviendo este momento histórico con una sensación de irrealidad y, por primera vez, lo que nos está ocurriendo es real”, apunta Irantzu Lekue, la directora de ARTgia. “Nos está ocurriendo a todos, y al mismo tiempo, y por eso sentimos la necesidad de canalizarlo desde lo artístico. Hemos querido reparar en lo que las artistas están creando desde sus encierros; dar salida y poner encima de la mesa el arte contemporáneo". Tras lanzar la convocatoria, en apenas cinco días recibieron 78 propuestas de las que han seleccionado una treintena: desde obras de artistas establecidos como Javier Berasaluce, Jokin Oregi y Edurne Herrán hasta proyectos de creadores emergentes como Uxue Bereziartua, iF Matxikote y Bárbara Gragirena.
Cada cual desde su particular atalaya, los creadores de la muestra virtual reflexionan desde un punto de vista crítico sobre la situación actual e intentan detectar sus posibles causas así como los nuevos derroteros hacia los que se está dirigiendo la sociedad: ideas expresadas en imágenes y objetos que analizan desde los desbarres del capitalismo hasta los recortes de derechos que se están imponiendo en un abrir y cerrar de ojos. “Hasta ahora hemos realizado convocatorias a nivel ciudad, a nivel provincia y también internacionales: esta es la primera en la que hemos querido poner en valor el arte contemporáneo vasco”, agrega Lekue, que reivindica la implantación de “un plan de rescate cultural para las industrias culturales y creativas" ante la “muy grave situación” que atraviesan, y explica que las obras que exponen virtualmente “versan sobre capitalismo, recortes de derechos, reparan también en el lenguaje belicista en el que estamos inmersos, y refuerzan así el pensamiento crítico. Una muestra que propone un relato a caballo entre utopías y distopías”.
Más allá del País Vasco, las iniciativas para dar un espaldarazo a los muchos tejidos artísticos locales que existen se multiplican: el Ayuntamiento de Zaragoza ha convocado a sus creadores emergentes a participar en #ComoartistasporsucasaCHZ , un proyecto que quiere servir de “escaparate” para sus obras. Lo mismo ocurre en localidades desde Segovia, que ha montado el Majetes Festival con artistas de la tierra, hasta Cáceres y su Festival en casina o A Coruña con A nosa arte en corentena. Eso por poner solo unos cuantos ejemplos de los muchos que florencen estos días. Se trata sobre todo, como apunta Lekue, de “seguir programando”. “Y lanzarnos a lo virtual es también nuestra manera de visibilizar la grave situación por la que atraviesa la cultura que, sin salir de una crisis ha entrado, de lleno, en otra”.
Babelia
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