Otras formas de hablar de literatura en las aulas
El festival de narrativas de Logroño 'Cuéntalo' involucra a 1.200 escolares con talleres creativos
¿Cómo contar qué es la literatura a un grupo de 20 preadolescentes? ¿Cómo generar interés en las lecturas cuando están a medio camino entre el "quiero jugar" y el "paso de ti que eres un adulto"? A este reto se enfrentan profesores y padres a diario. Durante esta semana el festival de narrativas Cuéntalo, en Logroño, ha embarcado a 1.200 alumnos de primaria y secundaria en talleres en los que, sin mencionar fechas, estilos o autores clásicos, han discutido e interactuado con la creación literaria.
“Yo soy profe de vuestros profes”, empieza la clase Lucas Ramada Prieto. Barba amplia, camiseta ancha estampada y gorra. Parece un skater. Los chicos, de entre 12 y 14 años, lo miran asombrados y emiten un sonoro rumor. Es más joven que la mayoría del profesorado. Ramada Prieto tiene una buena lista de titulaciones que convergen en especialista en narrativa de ficción digital para niños y jóvenes. Continúa hablando con la clase de videojuegos -atención captada por segunda vez en menos de 10 minutos- y sobre si el Fornite tiene historia o no. Los que defienden que sí lo van argumentando: hay diferentes acciones, conflicto, un marco temporal y espacial, unos personajes... Concluyen, pues, convenciendo a todos: es una narración.
El filólogo comienza con esto un debate sobre qué es la literatura y los guía hasta a un espacio de sensibilización a través de la democratización de la lectura. Por medio de una sencilla herramienta digital los chicos van eligiendo qué hace el protagonista de la historia que se les presenta y construyen un relato que deben justificar a cada paso. "¿Por qué prefieres que el protagonista colabore con otro personaje y no que luchen?". Todos sus conocimientos sobre qué es una trama o un motivo emergen de manera natural. “Saben mucho más de literatura de lo que creen y creemos”, apunta Ramada Prieto.
Durante su juego los jóvenes experimentan la creación y viven el arte como un espacio de seguridad desde el que pueden acceder a aventuras y extraer conocimientos. Ven la utilidad de lo que les han enseñado y cómo eso les permite tomar decisiones y rellenar huecos de información que el narrador va dejando. "¿A propósito?", pregunta el experto. "Sí", contestan. "Por el misterio".
El taller ha logrado otra cuestión no menor: los alumnos han conectado con el protagonista de su relato. Quieren salvarlo a toda costa y conocer la conclusión de su aventura. La experiencia creativa ya ha dejado una impronta sentimental en ellos, requisito imprescindible para el aprendizaje.
Temáticas adaptadas
La finalidad de estos cursos no solo es la de acercar la literatura y otras formas de narrativa a las aulas, sino también que los jóvenes se integren en el festival, facilitando a los estudiantes el entendimiento de lo que está sucediendo en su ciudad.
Alejandra Fernández y Juliana Salcedo, responsables de la gráfica de la revista ¡La leche!, dirigida a la infancia, han explicado a los alumnos de primaria el tema que vertebra Cuéntalo: el desarraigo. "Es complejo, pero lo viven en los colegios porque hay niños de otros lugares, venezolanos, por ejemplo, que contaron su historia de cómo llegaron nuevos al colegio y se sentían solos. Ha sido una experiencia muy bonita de la que no se suele hablar ni en las clases ni en casa”, expone Fernández.
Acostumbradas a traducir para la infancia cualquier temática en su revista, acudieron a algunos de los autores participantes en el festival, como Nell Leyshon o Timothy O’Grady, para abrir un debate sobre qué significa dejar tu lugar de origen y también conocer diferentes maneras de expresarlo. Después han podido transmitir sus propias ideas a través de creaciones grupales.
Además, junto a la organización del festival, el Ayuntamiento de Logroño ha confeccionado una revista para escolares. En ella presentan el trabajo de los escritores, fotógrafos y otros artistas que han llenado estos días la ciudad, entrevistando al periodista Carlos Martínez sobre la caravana de migrantes que atravesó Centroamérica o contando en formato cómic la exposición de Santiago Sierra sobre por qué una serie de ciudadanos plantaron la bandera anarquista en dos extremos del planeta: el polo norte y el sur.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.