La carrera por comprar las grandes series de los últimos 25 años
Muchas comedias clásicas se consumen más que los estrenos recientes y se han convertido en un elemento decisivo en el éxito de las nuevas plataformas
Un ingrediente engorda las plataformas digitales: series como Friends, The Big Bang Theory, Seinfeld o The Office; obras de una década o dos de antigüedad que rellenan los armarios sin fondo del streaming y retienen a los espectadores o les llevan a consumir otros productos. Estas comedias clásicas se han convertido en un elemento tan valorado que las plataformas desembolsan millones de dólares por hacerse con sus derechos de reemisión y quitárselos a la competencia, en una búsqueda que es ya uno de los grandes frentes abiertos de la guerra de plataformas.
La muestra más reciente es la carrera por los derechos de South Park (Comedy Central), la serie de dibujos animados para adultos, protagonizada por cuatro niños malhablados, que va camino de sus 25 temporadas. El tiempo de los derechos de reemisión en Estados Unidos, actualmente en manos de Hulu, una plataforma que no existe en España, está al vencer y ya hay cola por hacerse con ellos para el próximo lustro. Al menos media docena de compañías pelean por ellos y el precio podría llegar a rondar los 500 millones de dólares (unos 450 millones de euros), según avanza la revista Bloomberg.
En 2015, Hulu pagó 192 millones de dólares (172 millones de euros) a Viacom, el grupo que posee Comedy Central, y a los creadores de la serie, Matt Stone y Trey Parker, por renovar un contrato que había firmado solo un año antes, cuando le quitaron la serie a Netflix. La plataforma vuelve a ser ahora uno de los postores. Entre estos últimos, la prensa especializada de Hollywood ha descartado a Apple, que a partir del próximo 1 de noviembre comienza las emisiones de su propio servicio, porque el grupo no quiere complicar la venta de sus productos de telefonía en mercados en los que hay censura como el chino. En el segundo episodio de la última temporada, South Park se reía de la falta de libertad de expresión en el país asiático y desde allí contratacaron censurando la serie.
El grupo que ahora posee Hulu, Disney, también está a punto de lanzar su plataforma, armada del catálogo de los últimos 90 años: aunque se podrán ver nuevos y atractivos productos de Star Wars y Marvel, la publicidad se centra en las series que rescatará (Patoaventuras, Yo y el mundo...) y las más de 30 temporadas de Los Simpson, que Disney adquirió el pasado marzo al comprar Fox y que nunca han estado en streaming. La serie de los personajes amarillos es la joya de la corona de las comedias analógicas que pueden gozar de una segunda vida digital.
En algunos casos, el camino de estas comedias ha sido de vuelta y se usan para justificar plataformas enteras. La cadena generalista NBC prepara la suya propia, Peacock, para ofrecer todos sus clásicos entre ellos The Office (2005-2013), la serie más vista en Netflix, por encima de cualquier título original. NBC ha pagado 500 millones de dólares para recuperar su buque insignia a partir de 2021. Y planea la resurrección de otros éxitos.
En el grupo Warner, el catálogo será fundamental el año que viene. Lanzará en EE UU su plataforma la próxima temporada, HBO Max, con la idea de ir más allá del sello de calidad de la cadena de pago y formar un catálogo comercial con inmensas apuestas de catálogo para empezar: The Big Bang Theory, que terminó tras 12 temporadas el pasado mes de mayo en la generalista CBS y por el que ha pagado 500 millones de dólares (emisión que compartirá con TBS, también del grupo); en EE UU, se ha hecho además en exclusiva con el catálogo de las 21 películas de animación japonesas de los estudios Ghibli (El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro, etc..); Barrio Sésamo, con sus 50 años de inventario, se verán en exclusiva en el servicio; y por último, la joya definitiva: Friends, un título tan potente que Netflix desembolsó 100 millones de dólares, 90 millones de euros, por renovarla solo un año. Este título volverá a Warner en 2020 previo pago de 425 millones de dólares (381 millones de euros).
Todo esto son casos estadounidenses que no afectan las plataformas españolas, pero dan buena cuenta del valor que puede alcanzar el catálogo clásico en el mundo de la tecnología puntera. Netflix, por ejemplo, se ha hecho con los derechos de Seinfeld (1989-1999), otra serie de culto, por más de 500 millones, pero en esta ocasión, para los 190 países en los que está presente. ¿Compensa hacerse con estos catálogos? Un alto directivo de una de estas plataformas contestaba así al interrogante en The Hollywood Reporter hace apenas un mes: “O se compra ahora, o desaparecen, y ahora nos estamos pertrechando para la guerra”.
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