Helena Pimenta regresa a Calderón para despedirse de la CNTC

El ciclo termina como empezó. Aunque han pasado ocho años y mucho ha cambiado. Helena Pimenta se despide de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) con La vida es sueño,de Calderón de la Barca, con la que también comenzó su mandato, en 2011.

Entonces, la directora sorprendió con la elección de la actriz Blanca Portillo para el papel de Segismundo. Ahora, Pimenta ha vuelto a trabajar con el mismo equipo artístico pero ha elegido a intérpretes de la quinta promoción de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. La obra se representará a partir de mañana hasta el 20 de octubre, en el Teatro de la Comedia de Madrid. Esta semana, Pimenta dejará oficialmente su cargo y será sustituida por Lluís Homar.

“Se trataba de pasar el testigo porque estas obras cuanto más las lees más hondo vas, y cuanto más las mezclas con las experiencias personales más llegan y más demuestran que forman parte de nuestra vida diaria”, aseguró la directora, ayer, en una rueda de prensa, acompañada por Homar.

Pimenta consideró que el montaje es “distinto” al de 2011: “Ha cambiado el paisaje y la mirada se ha escorado. La primera fue más narrativa e historicista, y esta está reconstruida con nuestra memoria y el descubrimiento de los jóvenes actores”. El espectáculo, de cuya adaptación se ha encargado Juan Mayorga, durará una hora y media, reduce el texto en más de 100 versos y emplea al espectador como “eje principal”, según Pimenta. “Siempre me he creído que lo que hacíamos en la CNTC era construir ciudadanía”, agregó la directora. Y Homar aseguró que ve su trabajo como “una continuación” del de Pimenta.