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‘Élite’ contra el síndrome de la segunda temporada

La serie española regresa ahora con la misión de revalidar su éxito en un año que está siendo implacable con los veteranos

Una imagen de la segunda temporada de 'Élite'. Vídeo: Los protagonistas de la serie hablan sobre los nuevos capítulos.
Natalia Marcos

Pocas series consiguen salir airosas del reto de la segunda temporada. En la primera, todo está por estrenar, huele a nuevo. Después, los espectadores ya saben qué esperar y los personajes son viejos conocidos. Big Little Lies, Por trece razones o El cuento de la criada han acumulado críticas por forzar continuaciones más allá de lo planeado.

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Ese es el reto al que se enfrenta Élite, la producción española que el año pasado logró atrapar a más de 20 millones de hogares en todo el mundo, según Netflix. Este thriller adolescente estrena sus nuevos capítulos el viernes y encara esa maldición de la segunda segunda temporada que puede confirmar sus logros (aunque solo hay datos procedentes de la propia Netflix, la repercusión que tuvo demuestra que fue un éxito internacional) o sumarse a la lista de producciones que tropiezan en su regreso.

¿Qué debe tener una segunda temporada para salir airosa? “Sobre todo, lo que no debe tener es un libro detrás”, contesta rápido Carlos Montero, cocreador de Élite junto a Darío Madrona, en referencia a las tres series mencionadas, todas adaptaciones literarias, donde Élite es original. “Ya habían contado todo lo que tenían que contar, pero el éxito fue tan brutal que es normal intentarlo... Me imagino a los guionistas muy optimistas diciendo que sí se podía hacer otra y mira, igual no se podía”, completa.

La primera temporada, que presentaba a los estudiantes del instituto privado Las Encinas, cerró la trama en torno a la muerte de una de las alumnas. Pero quedaron cuentas pendientes para alimentar una nueva entrega. “Cuando nos imaginamos Élite pensamos que fuera lo suficientemente cerrada para que, si era una sola temporada, la historia estuviera contada. Pero siempre teníamos pensado cómo podía seguir”, continúa Montero.

En concreto, la historia sigue con la desaparición de otro de los estudiantes; aderezada con saltos en el tiempo, mostrará lo ocurrido en el pasado entre los jóvenes y la investigación y búsqueda posteriores. Es el esquema de la primera temporada,algo que Madrona y Montero señalan como una de las marcas distintivas de Élite. “No puedes dar la vuelta completamente a tu propia serie, pero al mismo tiempo no puedes hacer lo mismo. Encontrar ese punto justo entre aportar novedad al público y que la reconozcan como la misma serie que les enamoró es siempre lo más difícil", reflexiona Darío Madrona.

Las historias que se limitan a una o pocas temporadas son una seña de identidad de la era del streaming pero Madrona y Montero defienden las ficciones que se extienden muchas entregas. “El contenedor de un instituto permite que puedas ir renovando gente”, dice Montero. “Puedes hacer incluso un Élite Albacete, o Élite Miami”, sigue imaginando Madrona. ¿No tienen miedo a que la fórmula se vuelva repetitiva? “Sí, claro”, responden al unísono. “Es nuestro gran acierto y nuestro gran hándicap. Por eso, si me imagino haciendo Élite 12, pienso ‘uf, a ver cómo lo hacemos, a quién matamos ahora”, añade Montero.

Aunque empezaron a trabajar en los nuevos capítulos antes de que se emitiera la primera temporada y, por tanto, no conocían cuál sería la reacción de los espectadores, aseguran que intentan mantenerse al margen de filias y fobias de los fans. “Un mensaje: si quieres que pase algo, lo peor que puedes hacer es pedírselo a un creador”, dijo Madrona en una rueda de prensa celebrada el pasado jueves en un hotel de Madrid. “Pero es verdad que cuando haces una película o una serie, no sabes la película o la serie que has hecho hasta que no encuentras el espejo del público", reflexionaba después Montero.

Así descubrieron que la historia de amor entre Ander y Omar —interpretados por Arón Piper y Omar Ayuso—, que a Madrona no le convencía demasiado, tiene miles de fans que incluso pusieron nombre a la pareja: Omander. O que lo que para ellos era un trío amoroso en el que todo salía mal, para el público era una bonita reivindicación del poliamor. “De repente te das cuenta de que has descubierto algo de lo que hay mucho más que explorar y la gente nos lo está enseñando”, remata Madrona.

Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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