La censura de Franco a los Beatles cumple medio siglo
El régimen autorizó y luego prohibió, en 1969, la edición de la canción 'La balada de John y Yoko' por decir en su letra que Gibraltar está "cerca de España"
La caja se editó en todo el mundo. Y también en España, aunque con una diferencia. En 1976, salió a la venta un recopilatorio que encerraba casi una década de triunfos de los Beatles. Contenía, en concreto, los sencillos más célebres producidos entre 1962 y 1970. El álbum no necesitaba de grandes campañas: básicamente, se vendía solo. Aun así, Emi Odeon añadió un detalle goloso a la edición española: la hoja promocional en castellano destacaba que, al fin, el público podría volver a escuchar La balada de John y Yoko, prohibida desde 1969 por el franquismo. La muerte del dictador y el rescate de aquel single ponían fin a una trama de censura y torpeza, bodas y tensiones políticas, lista de éxitos y discos rayados, de la que justo se cumple medio siglo.
La historia de La balada de John y Yoko trasciende la elaboración de una simple canción: se entremezcla con el choque entre España y Reino Unido por Gibraltar, el cierre de la verja, el ocaso de la amistad entre John Lennon y Paul McCartney y el epílogo de los propios Beatles. Magí Crusells, profesor del departamento de Historia y Arqueología de la Universidad de Barcelona, investigador y aficionado de los fab four, ha reconstruido todo ello a través de fichas y documentos de la época. Ahora pretende incorporar este relato a una exposición que prepara para narrar la censura a través de la publicidad en la industria discográfica, en colaboración con EUROM, el Observatorio Europeo de la Memoria de la Universidad de Barcelona.
Las culpables de tamaño enredo fueron, en realidad, dos palabras. La balada de John y Yoko relataba los frustrados intentos de la pareja por casarse en Francia o Alemania y su exitoso plan c. Excluido Reino Unido, por el revuelo mediático que su enlace causaría, optaron por Gibraltar. Allí se celebró su boda, el 20 de marzo de 1969. Duró apenas 10 minutos y, en el propio peñón, Lennon y Ono no estuvieron más que unas horas. Enseguida, se marcharon a París, para luego encerrarse una semana en la cama en Ámsterdam como parte de su reivindicativa luna de miel. El 14 de abril, Lennon se juntó con McCartney para poner letra y música a tantas vivencias. Y, al final de la segunda estrofa, al recordar la boda, escribió: “Podéis casaros en Gibraltar, near Spain [cerca de España]”.
En un primer momento, a saber si confundidos por el ritmo pegadizo, los censores no detectaron ningún problema. “La canción se editó el 30 de mayo en Inglaterra y llegó a las tiendas y las radios españolas el 15 de julio”, relata Crusells. Pero, mientras tanto, Reino Unido había concedido autonomía interna al peñón y enfurecido al régimen franquista, que reclamaba su españolidad. De ahí que, el 8 de junio de 1969, el dictador impusiera el cierre de la frontera terrestre con Gibraltar. Entre los afectados, españoles y británicos que perdieron su trabajo, relaciones personales interrumpidas y, también, La balada de John y Yoko.
“A partir de entonces, todo lo que no sea ‘Gibraltar español’ se tiene que prohibir”, resume la voluntad franquista Crusells. Por tanto, el 15 de septiembre el régimen sentencia que la canción es “no radiable”. “Ya no se podía emitir, era como decretar su muerte comercial. Y eso que llevaba dos meses circulando y hasta había llegado al número uno en varias listas de éxitos”, continúa el profesor. Un mes después, el franquismo elevó el castigo: el tema ya estaba prohibido. Crusells muestra incluso varias fichas de la época donde el disco aparece rayado, o marcado con un bolígrafo censor que ha decretado su eliminación del mercado. Tanto que el recopilatorio Hey Jude (originalmente titulado The Beatles Again) sale a la venta en 1970 con 10 canciones en todo el mundo y una menos en España. Lo mismo, señala el profesor, ocurre con El álbum azul, editado en 1973. Dos años después, la muerte de Franco devolvió a España la democracia. Y La balada de John y Yoko.
Dos amigos, antes de la separación
Frente a tanta tensión, Crusells sostiene que la grabación de La balada de John y Yoko fue uno de los últimos momentos alegres entre Lennon y McCartney. El primero la tenía casi terminada pero acudió a casa del segundo para rematarla. Con Ringo Starr y George Harrison ausentes por otros compromisos, Lennon insistió en que ellos dos se bastarían, según la reconstrucción del profesor. Él tocaría la guitarra y cantaría. Y el talento de McCartney se encargaría de los otros instrumentos. Cuando este se puso frente a la batería, Lennon hasta se rió de él: "Ringo, ¡un poco más rápido!". Sin embargo, en agosto de ese mismo año, el grupo grabó su último disco, Abbey Road. Poco después, las peleas internas acabaron de estallar. Y, en septiembre, Lennon ya dio por disueltos los Beatles.
Babelia
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