Bob Dylan se despoja del traje de Sinatra y recupera sus clásicos
El músico estadounidense, que regresa a España con conciertos en ocho ciudades, vuelve a incluir sus canciones más célebres en su repertorio
Bob Dylan regresa este jueves a España y lo hace para repasar su cancionero clásico más que en ninguna otra gira que se le recuerda. A diferencia de la otra vez que tocó en territorio español, en 2018, el músico estadounidense se ha despojado de su traje de Sinatra, quitando de su repertorio los standards de jazz con los que confeccionó sus últimos discos, como Triplicate, Fallen Angels o Shadows in the Night, que le gustaba interpretar en directo, de pie, con pose frente al micrófono.
Su conocida como Never Ending Tour (La gira interminable) recala hoy jueves en Pamplona y mañana, viernes, en Bilbao. Luego pasará por Gijón, Santiago de Compostela, Sevilla, Fuengirola, Murcia y Valencia. En marcha desde 1988, esta gira interminable lleva a Dylan a dar cerca de 100 conciertos al año, una cifra mareante para muchos artistas de su generación e incluso para algunos más jóvenes. Forma parte de su concepto artístico de músico errante, como un feriante de la vieja América que recorre todas las ciudades y pueblos con su espectáculo. Allí donde se le solicita -y se le paga un caché no tan alto como el de otras estrellas- acude el show, donde lo único que importa es la música porque el premio Nobel de Literatura no habla, no saluda, no se dirige al público. De esta forma, en un mismo año, igual Dylan puede tocar en un festival o en el Madison Square Garden de Nueva York como en una localidad perdida del cinturón norteamericano, o en un pueblo escondido de Centroeuropa o en Fuengirola. Como suena: Dylan toca en sitios en España por donde jamás pasan las giras de los propios músicos españoles.
Imprevisible y cambiante, Dylan, que solo abandona el piano en un par de canciones durante esta gira, parece ahora preocupado en construir un discurso basado en sus canciones más definitorias. En sus conciertos actuales surgen composiciones que en los últimos años era muy difícil encontrarse en el escenario y que siempre han sido muy celebradas por los fans del artista. Canciones como Like a Rolling Stone, Don't Think Twice, It's All Right, It Ain't Me, Babe, Simple Twist of Fate o It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry, que se suman a otras clásicas que no suelen faltar como Highway 61 Revisited o Blowin' in the Wind. Y recupera la armónica, guardada durante mucho tiempo en un cajón.
Un repertorio que, como ya es costumbre, no suena como en los discos. Es Dylan un tipo que le gusta que su mito se escurra, sea imposible saber dónde está. Para ello, cambia tanto el sonido de sus canciones que muchos de los oyentes que no están familiarizados con su cancionero, no saben qué está tocando. Incluso también los que están familiarizados se preguntan a veces qué canción es la que Dylan y su banda están interpretando.
Pero eso no significa que sea peor. Como un artista obsesionado con la música, con los maestros que le inspiraron cuando era un adolescente en los años cincuenta, Dylan coge las hebras de la música norteamericana de raíces y las condesa en un todo. El sonido de sus canciones clásicas cambia para formar parte de un mismo discurso sobre el escenario. Un discurso que se nutre de rock and roll de primerísima escuela, de folk de carretera, country western, rhythm and blues, swing o rockabilly, dando forma a un sonido original y personalísimo, genuinamente norteamericano, toda una pirueta artística que lleva el sello de un creador incansable y sabio por mucho que sus detractores proclamen que esté acabado. Un sonido que lo alcanza con la complicidad de una magnífica banda formada por Charlie Sexton a la guitarra eléctrica, Tony Garnier al bajo y George Receli a la batería.
A sus casi 78 años, Dylan está ante la última etapa de su vida. Lo sabe. Y parece dispuesto a mantenerse fiel a su filosofía artística hasta el último aliento. Una filosofía en la que hace lo que le da la gana, escuchando única y exclusivamente a su instinto, dando un portazo a todo aquel que tenga alguna expectativa sobre esa leyenda en vida llamada Bob Dylan.
Fechas de la gira
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.