Disparando sobre el piano
‘Días sin ti’, galardonada con el Premio Biblioteca Breve, no permite ver las bondades de Elvira Sastre como novelista
Elvira Sastre (Segovia, 1992) ha publicado varios poemarios y es una autora muy activa compartiendo poesía, vivencias y su mundo personal a través de redes sociales. Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo (2013), Baluarte (2014) o La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida (2016) son algunos de los títulos publicados de poesía. Días sin ti es su primera novela. Con ella ganó el pasado Premio Biblioteca Breve.
Los premios comerciales literarios nunca son inocentes. No ser inocentes sólo implica que van dirigidos hacia algún sitio y sin ser inocentes pueden ser luchados, sorpresivos, errados y hasta limpios. Ya deja de ser paradójico que al leer esta novela de Sastre uno ande pensando estas cosas para tratar de entender y chequear la crítica que ha de escribir. Uno puede aventurar la búsqueda editorial de conectar con un público refractario al libro en un formato convencional de acceso, promoción, logística… Un público medio perdido, de veintitantos, treinta y algunos. Generaciones a las que se busca que acudan a las librerías y sean lectores de bien. En cierto modo, conectar los cables entre la voracidad infantil y los lectores ya maduros, iniciados en la lectura antes de Internet.
Y así quepa aventurar esa apuesta por Elvira Sastre que escribe una novela como Días sin ti y con ella gana el Biblioteca Breve. Lo de menos es que sea una primera o una última novela. Porque la cuestión es que cuando te pones la armadura de un premio literario de prestigio —a bote pronto: Usón, Calvo, Saccomanno, Iturbe, Fernández Mallo, Aramburu, Regàs— el libro ha de poder defenderse con algún argumento literario. Porque si no es hacer un flaco favor a todos. A los propósitos, a lo que se quería conseguir, al premio, a los lectores y, especialmente, a la parte frágil de todo esto: una autora que decide escribir esa novela en cuestión y, con ella, ponerse la capa de premiada.
Sin el premio, es obvio que no se hablaría ni un tercio de Días sin ti, porque Elvira Sastre plantea un argumento de novela romántica juvenil sin nada original, extraño o personal en el qué nos cuenta o cómo nos lo cuenta. Hay en la novela dos mundos, el de Gael, escultor que nos trata de contagiar la pasión amorosa de la historia que vive con Marta, una modelo del curso que él mismo imparte. Los inicios, la pasión y el desenlace del romance, su liquidación como ejercicio de superación. Nada es distinto de lo que uno sabe que va a leer en parte porque el libro está más redactado que escrito, y cuando quiere escribirse la autora acude a lo que conoce, el refugio de frases que buscan la paradoja, la sentencia, o la frase que, en ocasiones, pueda sonar cursi o hueca. El otro mundo en Días sin ti se intercala con la historia de Gael y Marta en tiempo real. Se trata de una carta desde el pasado, de la abuela del escultor, que es narrada como la cara luminosa del amor —también con pérdida— en contraposición con la pasión destructiva de la historia de Gael, en tiempos de la guerra civil española y su posguerra. Esta historia hace que Sastre trate el tema de la escuela republicana, las purgas ideológicas, los muertos y desaparecidos en los años posteriores al fin de la contienda por parte de la España vencedora.
Es posible que la novela fueran dos historias cortas que su autora quisiera entrelazar o que el argumento de Gael y Marta fuera el esqueleto de una suerte de caída en el abandono amoroso más pensado como poemario. Todo eso son conjeturas seguro que innecesarias. El libro por sí mismo no permite ver las bondades de una escritora que, cercana a los 30, debía contar con mejores armas con las que defender su Biblioteca Breve. Así que uno, mientras lee, trata de no disparar contra la pianista y sí contra todo lo demás, piano incluido.
Días sin ti. Elvira Sastre. Seix Barral, 2019. 263 páginas. 18 euros.
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