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El documental de televisión ya no resume los titulares: los cambia

'Leaving Neverland', 'Surviving R. Kelly' o 'Muerte en León' se suman a la era de programas que cambian la realidad que investigan

A la izquierda, R. Kelly llegando a los juzgados tras la emisión del documental 'Surviving R. Kelly'. A la derecha, Michael Jackson, al llegar a los juzgados de Santa Barbara donde se le encontró no culpable de 10 cargos de abusos sexuales
A la izquierda, R. Kelly llegando a los juzgados tras la emisión del documental 'Surviving R. Kelly'. A la derecha, Michael Jackson, al llegar a los juzgados de Santa Barbara donde se le encontró no culpable de 10 cargos de abusos sexuales
Tom C. Avendaño

Semanas antes de que Leaving Neverland cambiase para siempre el legado de Michael Jackson, algo parecido estaba ocurriendo con R. Kelly. El cantante de R&B tuvo que enfrentarse de nuevo a las acusaciones de que retenía a menores de edad en su casa en contra de su voluntad y que se acostaba con ellas. Pero esta vez fue diferente. La policía reabrió su caso y, el 23 de febrero, le acusó de diez cargos de abuso sexual. El motivo de que se reabriera el caso: una serie documental, Surviving R. Kelly, que la cadena estadounidense Lifetime había comenzado a emitir en enero, en la que las víctimas contaban sus historias de terror.

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No es una extraña coincidencia. Los documentales televisivos se han convertido en una herramienta para reabrir viejos casos y, en ocasiones, cambiarlos para siempre. También este año Lorena, una serie documental producida por Jordan Peele (Déjame salir, Nosotros) y emitida por Amazon Prime Video, obligaba a los medios a reflexionar sobre la forma en la que habían juzgado, en los noventa, a una mujer abusada que cortó el pene a su marido.

Y así podríamos remontarnos por títulos como Making a murderer o Amanda Knox, hasta El gafe (HBO), una investigación de 2015 sobre la desaparición, en 1982, de la mujer del millonario Robert Durst. Al final del último capítulo, tras varios giros de guion, al magnate se le escapa una confesión con el micrófono encendido: “¿Qué hice? Pues las maté a todas, claro”. Fue detenido al día siguiente de la emisión.

Y desde entonces, ha habido una proliferación de titulares en prensa provocados por documentales televisivos, que, gracias a las posibilidades del streaming, están logrando más atención que nunca y más capacidad para llegar donde periodistas y policías tradicionales no llegaron en su día.

“Una serie permite dedicar mucho más tiempo a una historia. Ahora es factible pasar dos años trabajando y, si trabajas bien, es probable que encuentres algo nuevo”, explica el cineasta inglés Justin Webster, que reabrió el asesinato de la presidenta de la Diputación de Leon, Isabel Carrasco, en la serie documental Muerte en León, que ahora se ha prologando con una película en HBO.

Reed, director de Leaving Neverland, opina que hacer un documental como el suyo en un mundo sin streaming no sería viable. “La gente está más dispuesta a sumergirse en historias con mucho contexto”, explica. “Hay una demanda grande por estos títulos. Porque es lo contrario a Twitter”, cuenta Webster. “Respuestas verificables, reposadas y profundas. Y con muy poca opinión. Vivimos una sobredosis de opinión”.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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