A R.Kelly, el ‘rey del R&B’, ya no se le perdonan sus abusos a mujeres
El estreno de un nuevo documental sobre el cantante, que retrata sus excesos y vejaciones, le pasa factura. Ni el mundo de la música ni sus admiradores miran ahora para otro lado
Desde que arrancó 2019 hay un nombre que no deja de sonar en los medios internacionales: el del cantante R. Kelly, a quien las acusaciones de abusos a mujeres se le siguen acumulando mientras mantiene una sonrisa intacta con la que pretende rechazar cualquier incriminación en su contra. Kelly no es ningún novato en el mundo del entretenimiento. Lleva una carrera de casi tres décadas en las que ha vendido más de 60 millones de discos y ha conseguido diversos reconocimientos a nivel mundial. Y si bien su popularidad ha descendido desde su éxito absoluto en los años noventa, en la actualidad mantiene su título como El rey del R&B.
Su vida no siempre estuvo plagada de lujos y facilidades. De hecho, él siempre recalca la dura infancia que tuvo que afrontar en su ciudad natal, Chicago. Tercero de cuatro hermanos, pasó sus primeros años sumergido en la pobreza y tuvo severos problemas para aprender a leer y escribir, una carencia que arrastró gran parte de su vida. Un niño descrito por sus hermanos como tímido y solitario, incapaz de actuar por los nervios. “Teníamos que alentarlo a que cantara y lo hacía de espaldas para no tener que verle la cara al público” recuerda su hermano mayor, Bruce, en la serie documental de Lifetime Surviving R. Kelly. Algo que cambió radicalmente en 1989, cuando se apuntó al programa de talentos Big Break.
Su participación no fue como solista, sino que lo hizo con tres compañeros; se hicieron llamar R. Kelly and the MGM. El artista, que ahora tiene 52 años, era la indiscutible estrella del grupo y fue quien los llevó a ganar el programa. En 1993 lanzó su primer álbum en solitario, 12 Play, que alcanzó los primeros puestos de las listas de éxitos. Pocos años después el artista conseguiría su primera nominación a los Grammy por producir la canción de Michael Jackson You are not alone. A esta le seguirían otras 25 nominaciones, de las cuales ganaría tres por la canción I believe I can fly, compuesta para la película animada Space Jam. Esta cumbre era el presagio de una larga carrera de 13 discos que incluirían colaboraciones con artistas como Jay-Z, Justin Bieber, Mariah Carey y Kanye West.
Pero detrás de los éxitos musicales había una vida alterna que difícilmente pasaba desapercibida. En 2012 publicó una autobiografía, Soulcoaster: The Diary of Me, en la que hizo una de las más grandes revelaciones de su infancia: había sido violado por un miembro de su familia. “No quiero acusar a nadie, pero sí, abusaron de mí desde los 7 hasta quizás los 13 o los 14 años”, explicó en una entrevista con el presentador Travis Smiley. “Sexualmente despertó mis hormonas mucho antes de lo que debería. Despertó mi curiosidad y me convertí mucho más temprano en una persona sexual", admitió.
Un pasado de violencia doméstica y agresiones que ha regresado a su vida porque en la actualidad se le acusa de repetir los mismos patrones. Entre las decenas de incriminaciones a las que se enfrenta el intérprete, se encuentran la de mantener relaciones sexuales con menores de edad y tener en sus domicilios a varias mujeres bajo condiciones de vida despreciables. Según contaron tres de las presuntas víctimas al portal de noticias Buzzfeed en 2017, el cantante controla todos los aspectos de sus vidas: desde lo que comen y lo que visten hasta la hora en la que se duchan y duermen. Además, muchas de las denunciantes afirman que tienen acceso restringido a cualquier persona ajena al artista y que sus encuentros sexuales son grabados y posteriormente enseñados en el círculo interno del músico. “R. Kelly es esa persona divertida, graciosa y amorosa, pero Robert es el demonio”, sentencia Asante McGee, una de las presuntas víctimas en referencia a la doble personalidad del músico.
El artista, por su parte, siempre ha negado las acusaciones y ha apuntado a su fama como razón para estar rodeado de mujeres. “Cuando empiezo a cantar los tangas se empiezan a bajar y los sujetadores se empiezan a desabrochar. Yo no les pido que lo hagan. (...) ¿Cómo puedes cantar R&B y ese tipo de canciones sexuales sin tener mujeres que se te insinúen?”, manifestó en una entrevista en 2012.
“Robert siente que es invencible, intocable y en retrospectiva nosotros como sociedad le hicimos sentir eso, porque todo ha sido progresivo y no se ha hecho nada al respecto”, afirma en el documental Jovante Cunningham, una de las coristas que estuvo con Kelly desde sus inicios.
Es cierto que ante las pasadas acusaciones el silencio ha sido la norma, pero el estreno de la serie Surviving R. Kelly a principios de año ha generado una ola de repudio nunca vista con anterioridad. Al rechazo de cientos de internautas se han sumado figuras como Lady Gaga y Celine Dion, que han solicitado que las plataformas digitales den de baja las canciones en las que colaboraron con él.
El posible daño hacia el cantante, sin embargo, va más allá del repudio social. Como confesó en su canción de 19 minutos I admit, actualmente tiene serios problemas económicos y el hecho de que Spotify, una de las principales plataformas de streaming, haya retirado todos sus temas de las listas de recomendaciones puede suponer un gran daño para su bolsillo. Además, la discográfica Sony Music ha decidido rescindir contrato con el artista a pesar de que estaba previsto el lanzamiento de un nuevo disco en los próximos meses.
También se han cancelado más de una decena de conciertos en Estados Unidos, lo que ha supuesto una pérdida de cerca a 1,5 millones de euros para el intérprete, según los datos facilitados por Kenyette Tisha Barnes, cofundadora de la organización en defensa de las víctimas del artista, MuteRKelly. En el futuro próximo el cantante tiene previstas tres apariciones en Europa; dos en Alemania (Hamburgo y Stuttgart) y una en Ámsterdam. En principio los conciertos mantiene el calendario programado pero la organización MuteRKelly planea manifestaciones para evitar que se lleven a cabo.
Kelly lleva años eludiendo las acusaciones en su contra. Después de casarse en 1996 con una joven de 15 años cuando él tenía 29, y tras la demanda por pornografía infantil que lo llevó a los tribunales en 2008, consiguió salir airoso y volver a centrar la atención del público únicamente en los nuevos proyectos musicales que lanzó en mitad de la tormenta. Pero esta vez es diferente. El impulso del movimiento MeToo ha creado un ambiente del que incluso R. Kelly tiene difícil escapatoria. “Miro a mi música como un soldado mira a su espada. Nunca bajes tu espada en medio de una guerra”, explicó R. Kelly en una ocasión. Quizás haya funcionado en el pasado, pero es muy difícil pensar que tanto él como su “espada” puedan salir intactos de esta batalla.
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