Homenaje a las muchas Carmen Alborch
Amigos, políticos y personalidades de la cultura recuerdan en el Teatro Real a la fallecida ex ministra, escritora y feminista
Poco más de cuatro meses después de su fallecimiento, el recuerdo de la ex ministra de Cultura, escritora y feminista Carmen Alborch se ha dejado sentir con fuerza y emoción en el Teatro Real, una institución cuya rehabilitación impulsó desde su cargo. Amigos, políticos, cinco ministros y 14 exministros, el expresidente del Gobierno Felipe González y personalidades de la cultura la han homenajeado en un acto presidido por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, presentado por la subdirectora de Fin de semana de EL PAÍS, Montserrat Domínguez, y que ha contado con la actuación de la soprano Isabel Monar, con Patricia Barton al piano. Al acto acudieron el ministro del interior, Fernado Grande-Marlaska; la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio; la de Defensa, Margarita Robles; de Política territorial, Meritxell Battet, y el de Fomento, José Luis Ábalos. Además de Ximo Puig, presidente de la Generalitat valenciana.
"Hay que ser resistente y es difícil, pero somos muy afortunados por vivir en este mundo y en este país. Eso nos da fuerza para seguir adelante". Las palabras de la propia Alborch precedieron a las intervenciones que destacaron su sentido de la amistad, del compromiso, del feminismo y su bondad. Carmen Calvo subrayó que su amiga Carmen Alborch "entendió que la cultura era un sacramento y la entendió como un servicio público al que debían acceder todos". Para Calvo, "ella es ya un símbolo de este país", una figura de la que recordó "el ejercicio profundo de la libertad, sin pedir permiso ni perdón".
El ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, rememoró el papel de Alborch al frente del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), al que llegó en 1989. "Situó esta institución en los circuitos internacionales y apostó por una colección con aspectos que entonces no estaban de moda". Guirao subrayó que en su mandato como ministra (1993-1996), con el último Gobierno de Felipe González, "se aprobó la ley de cinematografía, el plan de catedrales y dejó el Prado fuera de la contienda política", para terminar con el que era "su grito de guerra: Que por nosotros no quede".
Tras recordar Montserrat Domínguez que había "muchas Carmen, la política, la profesora, la ensayista, la feminista y la gestora cultural", Felipe González habló de cuando Alborch llegó a Cultura "en un momento declinante de la acción de gobierno", y la calificó como "una mujer del Renacimiento, casi enciclopédica, que tenía una capacidad de compromiso fuerte sin esperar nada a cambio". González subrayó que le habría gustado decirle, en vísperas del 8 de marzo, "que su feminismo, que era incluyente, no es ya solo de reclamación, sino de empoderamiento, de decir 'lo vamos a hacer".
La intervención más emotiva vino de la voz de su hermana, Vicenta Alborch: "Te acompañé a mitines, actos, presentaciones, siempre reivindicando los derechos de las mujeres, dispuesta a colaborar por las causas justas. A partir de ahora iré sin ti y se me hará duro".
De su faceta como escritora se ocupó su editora, Ana Rosa Semprún, que mencionó el gran éxito que supuso el libro Solas. "Queríamos una obra que hablase de que las mujeres solas ya no eran como en el pasado. La llamamos, y se vendieron 150.000 ejemplares en seis meses". Luego siguieron Malas, Libres y Los placeres de la edad, que era una crónica de ella". De sus libros leyeron fragmentos los actores Cayetana Guillén Cuervo, Imanol Arias y Magüi Mira.
En el acto también intervinieron el presidente del Patronato del Teatro Real, Gregorio Marañón; el periodista y escritor Fernando Delgado y la vicepresidenta del Patronato del Museo del Prado, Amelia Valcárcel. El recuerdo para quien decía "lo importante es que te quieran" finalizó con Paraules d’Amor, de Joan Manuel Serrat, interpretado por Isabel Monar.
Babelia
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