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Carlos Mellizo, un grande en Wyoming

Profesor de Lenguas y Filosofía y autor de ensayos filosóficos, prólogos, obras de ficción y poemarios, murió a los 76 años

Carlos Mellizo, en una fotografía de la Universidad de Wyoming.
Carlos Mellizo, en una fotografía de la Universidad de Wyoming.EL PAÍS

En Laramie (Wyoming), donde residía desde hace 51 años, ha muerto como del rayo el pasado día 12 Carlos Mellizo Cuadrado (Madrid, 2 de octubre de 1942), distinguished professor emeritus. Amigo desde un otoño en Madrid hacia 1960. Entonces, andaba terminando el preuniversitario en el Colegio del Pilar. Era pilarista ma non fanático. Describe aquel ambiente escolar con ironía y lucidez en el cuento La Viuda Alegre incluido con otras miniaturas dentro del libro Un americano en Madrid. Carlos Mellizo hizo los estudios de licenciatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense, a la sombra del magisterio de catedráticos como Antonio Millán Pueyes, José Luis Aranguren o Roberto Saumels.

En aquellos años universitarios y obreros constituían el único banco de pruebas de la política de la oposición democrática. Quienes se encaminaban a la Ciudad Universitaria en el tranvía o el autobús que tenían sus cabeceras de línea en la plaza de Moncloa sentían aguijoneado su activismo viendo el destacamento de la Policía Armada a caballo emplazado en lo alto del parque del Oeste junto al Arco de la Victoria. Aguardaban en sus monturas dispuestos para entrar en acción y disolver cualquier protesta estudiantil contra el SEU que pudiera coagular en el campus o en la calle de la Princesa. Aquella subversión desafiaba al carrerismo gubernamental, vanguardia de la cruzada frente a la conspiración judeo-masónico-bolchevique encuadrada en la anti-España derrotada en el 39 y siempre insaciable en sus intentos de revancha.

Tertulias y meriendas en el piso de la calle Padilla esquina a la de Serrano, amenizadas con sus interpretaciones al piano de canciones como Drume negrita del impar Bola de nieve o de Me matan si no trabajo / y si trabajo me matan / siempre me matan, me matan / ay, siempre me matan, de Nicolás Guillén y Daniel Viglietti. Fines de semana en la casa del ingeniero del pantano del Aulencia o en La pérgola, chalet de su familia en la plaza del casco antiguo de Villalba.

Estudios de postgrado en Inglaterra y profesor distinguido de la Universidad de Wyoming, primero en el departamento de Lenguas y después, en el de Filosofía. Autor de ensayos filosóficos, prólogos, obras de ficción y poemarios como el titulado Ante la llegada y otros poemas prosaicos. Traductor al español de algunos de sus más queridos héroes intelectuales ingleses, como David Hume, John Stuart Mill, John Locke, Edmund Burke, George Berkeley, Thomas Reid, Thomas Hobbes.

Escribe su hija Olga que se fue tranquilamente mientras dormía, sin agonías angustiosas, dejando a los suyos con mucha paz. No estaba enfermo y los médicos piensan que probablemente le falló el corazón. La víspera había dado un paseo de cinco kilómetros. Se sentía contento y comentaba a su esposa Esther la suerte que tenía con su vida. Durante la que sería su última noche pasó unas horas con uno de sus mejores amigos, John Stuart Mill, leyendo Coleridge.

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