Siempre Buñuel
'Los olvidados' fue premiada en el festival de Cannes a la mejor dirección abriendo con ello al mundo el talento del cineasta y dejando atrás las críticas en México
Seguramente no podía esperar Luis Buñuel una reacción tan negativa como la que tuvo el estreno en México de Los olvidados a finales de 1950. Era, y es, una crónica de “niños pobres y semiabandonados que viven a salto de mata” y fue escrita por el propio Buñuel, Luis Alcoriza, Max Aub y Juan Larrea, aunque estos dos últimos no figuraron en los títulos; todos ellos españoles exiliados. Pero la esposa de León Felipe, otro exiliado, reaccionó con furia contra la película, según contó el propio Buñuel: “Se precipitó sobre mí, loca de indignación, con las uñas tendidas hacia mi cara, gritando que yo acababa de cometer una infamia, un horror contra México...”. Y ello a pesar del prólogo blandengue que justifica la cochambre que luego se describe porque, según dice la voz en off, así ocurre “en todas las grandes ciudades modernas”. Las aguas finalmente se calmaron cuando al año siguiente Los olvidados fue premiada en el festival de Cannes a la mejor dirección abriendo con ello al mundo el talento de Buñuel. En consecuencia se reestrenó en México con justo éxito, y desde entonces es una de las obras más reconocidas del autor por su carácter de lucha social, sus elementos surrealistas, su crónica de la crueldad, y la integridad de Buñuel que “no había sucumbido, a pesar de la confabulación dirigida contra él”.
La película puede admirarse de nuevo esta noche en La 2 en Historia de nuestro cine a pesar de su condición de película netamente mexicana, aunque ubicada aquí bajo el epígrafe Recordando a Buñuel, que incluye otra película en su programa doble, El evangelio de las maravillas, coproducción con Francia y España del mexicano Arturo Ripstein con guion de Paz Alicia Garciadiego que, según algunos críticos, se inspiró en el mundo creativo de Buñuel. De hecho, Ripstein había codirigido en 1971 un documental homenaje a Buñuel con el título El náufrago de la calle Providencia en referencia a la mansión en la que quedaban encerrados los personajes de El ángel exterminador. Pero quizás no bastó para convencer, al menos a algunos críticos. Ángel Fernández Santos escribió en este periódico que El evangelio de las maravillas era un “tumultuoso, desmesurado, a ratos atropellado y, a ratos, los más, genial esperpento cinematográfico."
Esta noche podremos comprobarlo y admirar como santones a Paco Rabal y Katy Jurado en espléndidas caracterizaciones. Pero será después de Los olvidados, película que se puede revisitar cuantas veces surja, y que hoy ofrece una buena ocasión.
Babelia
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