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Tonino Carotone y ese estilo “etílico romántico”

El cantante navarro enamorado de la música italiana actúa en Madrid y prepara nuevo álbum

El cantautor e intérprete Tonino Carotone en el barrio de Chueca, Madrid.
El cantautor e intérprete Tonino Carotone en el barrio de Chueca, Madrid. KIKE PARA

Tonino Carotone (Burgos, 1970) confiesa que en los últimos años ha evolucionado. “He aprendido a cantar bastante, algo que no se deja de aprender”, afirmó el pasado viernes en Madrid. “Bastante más sereno, más tranquilo”, el cantautor enamorado de la música italiana también comentó que nunca dejará de jugar con la ironía y ese punto “etílico romántico” que le caracteriza. Estos días, ha estado inmerso en los ensayos para su próximo concierto, este miércoles en el Café La Palma, y en plena producción de un nuevo álbum, además de haber colaborado en un par de películas.

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“El disco espero que esté para primavera verano, pero estas cosas nunca se sabe”, señala precavido sobre una producción que ha hecho entre España, Italia y Jamaica, “pero no tiene nada que ver con el reggae”, matiza. De este álbum “lleno de colaboraciones” ya ha sacado dos canciones: L’amore non paga y Vita clandestina. El primero es un tema interpretado por el hijo del cantante y actor italiano, Fred Buscaglione, que Carotone recupera. Y el segundo, una canción que ha escrito para él la cantautora italiana Nina Zilli, amiga del navarro nacido en Burgos. Además, el concierto de este miércoles en el Café La Palma es una “puerta abierta a otros conciertos” que, afirma, ya le tocaba hacer en España.

Pero también estrenará próximamente dos proyectos cinematográficos en los que aparecerá como actor. “Una película en Italia que todavía no puedo decir el título y es una especie de Pulp Fiction que promete mucho en la que hago un pequeño papel divertido”, explica. Y el filme documental sobre la cárcel Penitencia, de Pili Múgica.

El cantautor habla, también, sobre la situación social y política actual. “Quitando ironía, es un desastre. Y con toda la ironía, ahora mismo la única revolución posible es quitarle la PlayStation a los jóvenes, y el móvil”, sentencia. Culpa a las nuevas generaciones de la pérdida de la conciencia de clases y se declara creyente de estos valores a nivel laboral y social, “cosa de la que ya la gente no es consciente”. Así, sus recuerdos se van a los años 90, en Navarra, con el movimiento de insumisión, unas protestas pacíficas en contra del servicio militar obligatorio que llevó a 1.200 personas ante los tribunales y a unas 600 a prisión. “Fue importante aquella revolución que conseguimos echar para adelante y que ahora ha obtenido un reconocimiento”. Desde septiembre del pasado año, el solar que ocupó hasta 2012, la cárcel en Pamplona, ha pasado a denominarse Parque de la Insumisión.

Tonino Carotone revela que se encuentra “en una etapa bastante particular a nivel creativo”. Cada vez sale menos de noche y se inspira y escribe cuando le sale y donde puede: “He de decir que pierdo bastante más por el camino de lo que recupero en mis notas callejeras por decirlo así”.

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