El museo Munch da por perdidas seis obras gráficas del pintor
La pinacoteca de Oslo desconoce también el paradero de otros 28 trabajos del autor de 'El grito'
Seis obras del pintor noruego Edvard Munch (1863-1944), figura clave del expresionismo, que forman parte de la colección Stenersen y bajo responsabilidad del museo Munch de Oslo han desaparecido sin que se sepa qué ha pasado, informa este viernes el diario Dagbladet.
Se trata de las obras gráficas La muerte de Marat, Mujer joven llorando en la cama, Retrato de la señora R, Tiergaten-Berlín, Åge Christian Gierløff y Omega llora, cuyo paradero el museo admite desconocer.
La pinacoteca ya había admitido hace un año a ese mismo periódico que faltaban 26 obras de la colección, pero una investigación periodística de la cabecera noruega eleva ahora la cifra a 47, de las que 34 pertenecen al autor de El grito. Entre ellas, las seis dadas ahora por desaparecidas.
El empresario y mecenas noruego Rolf E. Stenersen (1899-1978) donó en 1936 su colección de más de 900 obras al municipio de Aker, más tarde fusionado con el de Oslo. Tras varios traslados, la colección pasó en 1994 a la pinacoteca que lleva el nombre del coleccionista, integrada desde 2010 en el museo Munch.
El director de ese museo, Stein Olav Henrichsen, aseguró a Dagbladet que no disponen de recursos para hacer una nueva revisión de toda la colección, aunque recordó que se está construyendo una nueva pinacoteca para preservar mejor la obra del pintor noruego.
El nuevo museo Munch, diseñado por el estudio español Herreros Arquitectos, debía estar terminado hace cinco años, pero una disputa política a nivel local ha retrasado su construcción y no se espera que esté inaugurado hasta 2020.
"La forma en que las autoridades de Oslo han gestionado este regalo artístico es para llorar. Es muy triste", declaró al diario Elisabeth Munch-Ellingsen, biznieta de un hermano del pintor y que ejerce a menudo como portavoz de la familia.
El legado de Munch ha sido objeto de varios robos en los últimos años, el más sonado en 2004, cuando dos enmascarados se llevaron a plena luz del día del museo que lleva su nombre dos de sus obras más conocidas, El grito y La Madonna. Las obras fueron rescatadas dos años después, aunque sufrieron daños irreparables.
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