Lori Meyers: en el ‘star system’ del ‘indie’
Hace 20 años la banda de Granada se unió para tocar por primera vez, y este sábado se sube al escenario del WiZinc Center de Madrid para celebrar el aniversario
Hace 20 años, se subieron por primera vez juntos a un escenario. Apenas llegaban a la mayoría de edad y era el padre de uno de ellos el que les llevaba en coche a los conciertos mientras les contaba historias de Bob Dylan. No llevaban incorporadas luces de neón, pero estaban preparados para dejar su impronta. Lori Meyers ha querido celebrar esa primera actuación en el lugar del lanzamiento de su primer disco, que llegó en 2004, porque les parecía algo más "romántico". Este próximo sábado repasan esas dos décadas precisamente con un concierto en el Wizink Center de Madrid y también con el disco recopilatorio 20 años, 21 canciones (Universal).
"¿Star system? Nunca se me había ocurrido, nosotros no nos consideramos la élite y tampoco sé si indie, cuando íbamos tocando en salitas, eso sí que era indie", bromea Noni, el cantante, al teléfono. Pertenecen a la misma hornada que Vetusta Morla, Love of Lesbian o Sidonie, esa que comenzó a sonar a finales de los noventa, se hicieron mayores en los festivales y desde hace ya tiempo llenan aforos de miles de personas por sí mismos. "En los camerinos nos seguimos juntando los mismos y pasamos un buen rato". Y se dedican canciones los unos a los otros como cuando los barceloneses Sidonie hicieron protagonistas a los de Lori del estribillo de sus Carreteras infinitas. "Nos hizo mogollón de ilusión, nos lo mandaron por audio de WhatsApp antes de que saliera y ya me di cuenta de que sonaba demasiado bien para ser una maqueta".
En 1998 la realidad de estos chavales de Granada consistía en combinar sus inicios con el trabajo en una óptica de Alfredo Núñez (batería), los estudios en el conservatorio de Alejandro Méndez (guitarra) y las noches poniendo copas de Antonio Noni López. "Yo tenía suerte porque, como los dueños del bar también estaban dentro del mundo de la música, me dejaban faltar todo el tiempo, pero en general la situación se hizo insostenible rápidamente". En 2005 les llegó el fichaje por una gran discográfica, un contrato con el que el grupo no temió perder su esencia, como otros compañeros de profesión a quienes sí asusta ser marionetas de la industria. "Lo bueno es que entre la realidad de hace 20 años y la de ahora han pasado cosas maravillosas y hemos recorrido un camino superguay. Estamos donde queremos estar", asegura Noni.
Cambios de formación, rupturas sentimentales, nuevos enamoramientos, miles de kilómetros de carretera —como dicen ellos, "lo peor de esta profesión"— premios, su amada Granada, seis discos. Todo eso compone el diario de viaje de un grupo que durante todos estos años han demostrado una alta fidelidad de un público que ha crecido con ellos.
"El tiempo pasará y nunca olvidaré las cosas que decíamos que íbamos a hacer", dice uno de sus temas. ¿Echa de menos algo Lori Meyers en su carrera? "No me arrepiento de nada de lo que hemos hecho porque las decisiones buenas se han compensado con las malas y son las que nos han permitido estar donde estamos", afirma rotundo Noni. Tampoco tienen miedo de dejar de tener cosas que contar o de que otros estilos musicales les ganen terreno: "Nunca sé muy bien por dónde va el mercado, es como una ola, cuando un género está en lo más alto, otro se está preparando para subir. Por ejemplo, yo no he escuchado mucho trap, aunque me comentan amigos comunes que Yung Beef, que es de Granada, lo está haciendo bien".
Dos días antes de que acabe el año ofrecerán su último concierto, previsiblemente, en muchos meses, los que dedicarán a grabar su nuevo álbum. Noni lo hará con zapatos, una regla sagrada desde el principio de su carrera por un motivo estético y funcional: "La puntera del zapato es más manejable para darle a todos los pedales que tengo en el escenario". Se prevé lleno, así que puede que falte pista de baile para bailar su canción.
Babelia
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