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“El rock ya no es cosa de adolescentes”

Carlos Tarque publica su primer disco en solitario en el que se vuelve más crudo que en sus trabajos al frente de M-Clan

Carlos Tarque, en la sede de Warner.
Carlos Tarque, en la sede de Warner.Samuel Sánchez

"No confío en que mi disco sea un éxito masivo". Carlos Tarque, nacido en Chile hace 49 años y murciano de pro, habla sin falsa modestia arrellanado en un amplio sofá de la discográfica. Está bregado como músico, pero es un pésimo vidente. Justo el día que se escribe esta entrevista, su primer trabajo en solitario y homónimo ha alcanzado el número dos en la lista nacional de ventas. Y ya tiene confirmados 15 conciertos de aquí a enero; en el de Madrid (Sal But, 22 diciembre), las entradas se han agotado en tiempo récord.

Tarque es una obra que podría compararse con la mandíbula de su creador: granítica. No hay concesiones estilísticas. Es rock sin compromisos. El líder de M-Clan destapa aquí su particular caja de Pandora, y desagua todas sus influencias de una tacada: Led Zeppelin, Free, AC/DC, Rolling Stones, The Faces, Tom Petty, Jimi Hendrix... Todos están en los diez cortes, ya sea en un arreglo sutil de guitarra o en la propia entonación de Tarque. "No es un desquite", apunta. "No me arrepiento de nada y reivindico todos los discos de M-Clan, también los más comerciales. Delta, el último disco con la banda, fue muy pausado, muy folk, porque así lo quise. Pero en mi estreno en solitario, el cuerpo me pedía rock duro".

Ha recurrido a la producción de Carlos Raya, que fue miembro de M-Clan en el pasado. "Para mí es el mejor guitarrista, no solo por su talento, sino porque venimos de la misma raíz, a los dos nos pone lo mismo, incluso el heavy metal de los años ochenta, por eso estoy más cerca de él que de Ricardo [actual guitarrista de M-Clan]".

Tarque se confiesa lego en instrumentos, por eso suele rodearse de músicos muy duchos. "Toco la batería lo suficiente como para componer una demo. Y con la acústica me da para hacer acordes facilones, no me pidas que haga riffs o punteos. En este disco, para la composición, ha sido Raya el que se ha puesto a la guitarra, y yo al micrófono y la batería. Luego añadíamos una pista de bajo. Y ha salido justo lo que queríamos: un disco de trío, muy crudo".

Su tema Janis, Amy, Billie, habla de tres iconos femeninos. "Entramos en la era Acuario, la de las mujeres", dice Tarque en un arranque astrológico y, preguntado por el machismo en el mundo del rock, añade: "Hay que provocar que haya más mujeres en los sitios clave, también sobre los escenarios. Veo bien que ahora se fuercen las cuotas en los festivales. Hay quienes dicen que lo que debe primar es la calidad, pero si no fomentamos que haya más mujeres en los conciertos, es complicado que alcancen esa calidad".

El músico matiza: "Esta canción no pretende reivindicar la lucha de género. Sino la existencia de auténticas heroínas en la historia del rock. Las tres tienen un halo de perdedoras a pesar de su éxito. Un punto atormentado, que me daba un motivo dulce para una canción". Y le da un repaso a la corrección política: "A Amy Winehouse se le acusaba de alcohólica, pero la gente olvida de que eso tiene mucho que ver con el rock. En los años setenta, lo normal es que hubiera salido pedo al escenario".

El músico no obvia su edad: "A veces me miro al espejo y digo: 'Hostias, estoy cantando cosas que ya no me corresponden'. Pero pienso que el rock ha crecido. Se ha hecho adulto. Hace muchos años ya que no es una cosa de quinceañeros que rompen sillas o se identifican con el diablo. Mira a Nick Cave: tiene 60 tacos y todavía es el príncipe del punk. Eso me da carrete todavía".

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