¿Por qué Katiuska cobra menos que su amante?
La Zarzuela estrena un ambicioso montaje de la obra de Sorozábal y publica los honorarios del reparto, con Ainhoa Arteta, Carlos Álvarez y Jorge de León
Unos tambores anuncian la llegada de la manada. Son soldados rusos del Ejército Rojo, vienen medio borrachos y se han fijado en Katiuska. Van a por ella. Pero les detiene Pedro Stakof, comisario bolchevique, que aleja a las turbas y se enamora de la última descendiente de los zares. Al final, tendrá que decidir si abandonar Rusia y continuar con su vida aristócrata en el exilio y sin su amante o quedarse como una mujer de pueblo, pero enamorada. Y no marcha, prefiere el amor al dinero.
El personaje creado por Pablo Sorozábal y Emilio González del Castillo, en 1931, pudo elegir. Rocío Ignacio, soprano que dará vida a la noble destronada en el estreno más importante de la temporada del Teatro de la Zarzuela, no podrá decidir tanto. Los tenores ganan más que las sopranos, si no se llaman Ainoha Arteta. Su amor por su oficio es, como para el resto de compañeras, "una dura realidad". Rocío Ignacio lo asume como puede, agradecida por 16 años de una carrera brillante, aunque recordando lo difícil que es para una mujer mantenerse: "Somos muchas y la competencia entre nosotras lo hace difícil", comenta, como su Katiuska en la guerra.
Cuando este jueves suba el telón de Katiuska, la mujer rusa –durante 14 funciones– ya se sabrán, por primera vez, los honorarios que va a cobrar la parte alta del elenco. La entrada en vigor de la Ley de transparencia obliga a hacer pública toda contratación que supere los 50.000 euros. El teatro público aceptó sus cachés y la soprano Ainhoa Arteta actuará solo en las dos primeras funciones por 28.000 euros netos, en el papel protagonista, Katiuska.
El personaje de Pedro Stakof, comisario bolchevique que debe decantarse por sus ideales proletarios o por el amor que siente por la heredera del viejo imperio ruso, lo hará Carlos Álvarez 70.000 euros por siete días. Al barítono malagueño lo sustituirá Ángel Ódena, que cobrará 49.000 euros netos. Rocío Ignacio sustituye a Arteta y ganará por una semana, 31.500 euros, casi 20.000 euros menos que su compañero. Ninguna de esas cifras supera la de la actuación del cotizado tenor Jorge de León, que interpretará al príncipe Sergio (dos apariciones compartidas) durante ocho días y cobrará 76.000 euros netos.
Hay que sumar también los honorarios del director Emilio Sagi (30.000 euros). El director de la Zarzuela, Daniel Bianco, se encarga de la escenografía, por lo que a su salario se añade el de 7.000 euros, en concepto de "derecho de propiedad intelectual". El ambicioso montaje atrae a las grandes figuras de la política cultural nacional. El exministro de Cultura, Íñigo y Méndez de Vigo, del PP, ya ha confirmado su asistencia, como José Guirao, el actual titular. Los dos equipos ministeriales, frente a frente.
Sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, el nuevo equipo del Inaem, dirigido por Amaya de Miguel, asegura que es "el agente quien tiene que velar por los intereses de sus clientes". Aunque no parece lógico que el mercado influya en una institución pública, desde el Inaem añaden que los cachés de los artistas "los dicta el mercado" y "hay quien alcanza la excelencia y otros que están en el camino". En la Zarzuela, el salario de los actores y las actrices son negociados, no están reguladas y se dicta por causas tan ambiguas como "la proyección internacional" o "el reconocimiento".
Sin embargo, esta situación de cachés sin regular choca con otras unidades al amparo del INAEM. En el Centro Dramático Nacional, el convenio dicta que los honorarios en ningún caso superarán los 300 euros por función. En el Teatro Español (del Ayuntamiento de Madrid), el máximo es 360 euros y el mínimo 160 euros por función. Se premia el reconocimiento, pero en cantidades muy inferiores.
Para Carlos Álvarez los cachés de los intérpretes de lírica "valen mucho más que 360 euros, porque actúas 15 días y no un mes", explica. El cantante cobrará cerca de 10.000 euros por función, tras rebajarse honorarios para actuar en la Zarzuela. "Lo que vale nuestro trabajo lo determina la opinión de los demás. No influye si eres hombre o mujer", asegura Álvarez, para muchos el nuevo Plácido Domingo. "Negociamos dependiendo de nuestra posición en el mercado, es ley de oferta y demanda", añade.
Alfonso García León es el representante de Álvarez, Rocío Ignacio y Jorge de León y reconoce que esta brecha en la lírica un desagravio: "Cuesta más colocarlas porque hay menos tenores que sopranos. No puedes pedir 2.000 euros más aunque lo valgan, porque siempre habrá quien lo haga por menos". Asegura que por cada tenor hay "unas treinta" sopranos. Desde la agencia explican a EL PAÍS que Rocío Ignacio "tiene una carrera internacional de primera magnitud". "Canta con ellos habitualmente y los tres están en la primera división, pero no es Anna Netrebko, claro".
En el montaje dirigido por Emilio Sagi, Rocío Ignacio ha descubierto en Katiuska a una mujer idealizada pero luchadora, cuya feminidad está condicionada por su rancio abolengo. Explica que el caché de una mujer, salvo el caso de una súper estrella como Arteta, cuesta hacerlo crecer y equipararlo al de los hombres. No cree que sea injusto, "es el mercado". Y prefiere no quejarse porque hay otras que están en una situación de mayor debilidad.
"La desigualdad es difícil demostrar y de ello se aprovechan", responde Pilar Jurado, soprano, compositora y directora de orquesta que publica el disco Unicornios azules y es candidata a presidir la SGAE. "En el mundo de la lírica es muy difícil saber si el género influye en el caché, pero si ocurre en el mundo del cine también en el mundo de la lírica. Sólo acabaremos con las desigualdades cuando lleguemos a los cargos de poder. Necesitamos una sociedad más generosa con las mujeres para ganar el futuro". Quizá Amaya de Miguel pueda poner remedio.
Berta Ojea, responsable de igualdad de la Unión de Actores y Actrices, explica que no le extraña esta diferencia de honorarios, porque "es un hábito en la música, no sólo en el cine". "No hablamos de mercado, hablamos de brecha salarial. Los precios del mercado sólo los ponen los interesados y la Ley de Igualdad debería acometer medidas sancionadoras en un caso como este, sobre todo tratándose de un teatro público. No hay justificación como para que Rocío Ignacio gane menos de la mitad que Jorge de León o 20.000 menos que Ángel Ódena. El director de la Zarzuela debería empezar a aplicar la Ley", pide Ojea. Desde la asociación se explica que la promoción de la carrera de los hombres siempre es más sencilla, "porque lo tienen todo a favor". "Ellos son los gestores, ellos son los programadores, ellos son los directores, ellos son los protagonistas..."
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