No leas nada antes de ver ‘Maniac’ y ‘Forever’
Sorpresa. Ese intangible tan difícil de lograr. Ese momento en el que una serie se sale de parámetros clásicos y toma el camino que nunca pensaste que querías andar
Sorpresa. Ese intangible tan difícil de lograr y tan satisfactorio. Ese momento en el que una serie se sale de parámetros clásicos y toma el camino que nunca pensaste que querías andar. Ese instante difícil de lograr en los tiempos de sobreinformación actuales, cuando no solo sabemos cómo comienza la serie, sino casi cómo va a terminar. Pero sin más datos, ¿cómo sabré si me atrae? De momento, confía en la palabra: si llegas virgen a Forever y Maniac, la experiencia será mucho más gratificante. Si no, le devolvemos el dinero.
La sorpresa solo se vive una vez. Nunca más podremos disfrutar del icónico momento de Psicosis que Hitchcock protegió hasta el punto de no dejar a los espectadores entrar con la película empezada ni se nos quedará cara de pasmados al oír aquel "Luke, soy tu padre" (que en su literalidad ni siquiera es así, por cierto). Y aun así no debe apostarse todo a la sorpresa. El mecanismo debe estar rodeado de otros factores. Porque el giro que importa solo llega cuando te han atrapado los personajes.
¿Qué podemos saber de estas dos series entonces? Maniac está en Netflix y es un drama (literalmente) psicotrópico dirigido por Cary Joji Fukunaga, responsable de True Detective y la próxima Bond (será el primer estadounidense en hacerlo), y escrito con el guionista de los más originales episodios de The Leftovers, Patrick Somerville. La protagonizan Emma Stone, Jonah Hill, Justin Theroux y Sally Field, cuatro estrellas duchas en saltar del humor al drama con pasmosa facilidad. Todo comienza con un ensayo farmacéutico. Hasta aquí podemos leer.
De Forever, que comparte el poso de soledad con la anterior, se puede contar incluso menos. Tan secreto es que Amazon incluso escondió su estreno y prohibió a los críticos contar nada de la trama. Maya Rudolph y Fred Armisen, veteranos de Saturday Night Live, interpretan a una pareja con años a sus espaldas. Pese al perfil de los actores, Forever tiene detrás una historia real, con alma, un toque de pesimismo y también la puntual broma.
Ambas son historias contenidas cautivadoras, extrañas y no aptas para todos los públicos. A veces se creen demasiado listas, y otras veces lo son. Pero en el momento indicado, las dos te dejan pegado a la pantalla diciendo: “¿de verdad ha pasado esto?”. Simplemente eso es un logro maravilloso.
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