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Los bomberos buscan entre las cenizas del museo de Río

Menos del 10% las piezas se han salvado en una institución que recibía menos presupuesto que el destinado a lavar los coches de los diputados de la Cámara baja

Protesta en Río de Janeiro, el pasado lunes, tras el incendio del Museo Nacional de Brasil.Vídeo: AFP | EFE, REUTERS
Felipe Betim
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Dos días después del incendio que destruyó el Museo Nacional, el más antiguo de Brasil, en Río de Janeiro, las autoridades y los investigadores del centro todavía no tienen respuestas. Ni sobre qué piezas se salvaron —la esperanza es baja, no más de un 10%—, ni tampoco sobre las causas del fuego, que se investigan. Pero hay una suerte de consenso sobre el culpable: el bajo presupuesto de la institución como producto de la negligencia de sucesivos gobiernos hacia la cultura y la ciencia nacional.

El Gobierno de Michel Temer promete ahora destinar 10 millones de reales (2,1 millones de euros) para un plan de emergencia. El dinero deberá asegurar de forma urgente la seguridad y la estructura del edificio para evitar robos y preservar lo salvado. Si esta cifra está disponible, ¿por qué el museo ha recibido del Gobierno Federal menos de 500.000 reales (100.000 euros) anuales desde 2014 para su mantenimiento? Este año estaban previstos solo 205.821 reales (43.000 euros), menos de la cantidad anual destinada a lavar los coches de los diputados de la Cámara baja en Brasilia o el mensual destinado a mantener el palacio presidencial, cerrado desde la caída de Dilma Rousseff.

“La destrucción del Museo Nacional es un desastre descomunal y representa un símbolo de ese Brasil que arde en llamas. No cuidar de un patrimonio como ese es señal de que el país anda triste y desorientado”, sentenció ayer la historiadora Lilia Schawarcz. El incendio ha llevado la mirada hacia otras instituciones en estado precario en todo el país, desde parques arqueológicos a sitios reconocidos por Unesco.

Los retos no son pocos para salvar una institución de 200 años y el principal centro de investigación y museo de historia natural y antropología de Latinoamérica, con la quinta mayor colección del mundo. El lunes, mientras intentaban salvar minerales raros de la época de la familia imperial, el profesor Renato Rodriguez Cabral Ramos, del sector de geología y paleontología, se lamentaba: “Teníamos varias piezas de culturas indígenas brasileñas y de Oceanía. Eso ya no existe, es irrecuperable”. También parece haberse perdido la memoria guardada en el archivo, las momias egipcias, el sector de lingüística y la colección única de insectos extintos también han quedado reducidos a cenizas. “Afortunadamente nuestra producción es muy intensa, entonces no todo el conocimiento está perdido. Sí, perdimos muchas piezas, pero fueron estudiadas y los análisis están publicados en artículos y libros”, ponderaba el profesor Cabral Ramos.

Cristiana Serejo, vicedirectora del Museo Nacional, cree que solamente un 10% de toda la colección se salvó. Entre las piezas más conocidas está el cráneo de Luzia, el fósil humano con más de 12.000 años encontrado en Brasil. Hay esperanza de hallarlo toda vez que esta y otras piezas importantes estaban en armarios de acero y en cajas fuertes. Este martes los bomberos encontraron un cráneo, pero no se sabe si efectivamente es de Luzia. La investigadora recuerda que algunos sectores estaban ubicados en otros edificios, como el de vertebrados, de botánica y una biblioteca. Muchos documentos también están guardados en ordenadores y en la nube. El reto ahora es mantener las investigaciones y, con lo que quedó, construir otro museo. “He llorado bastante, pero lo vamos a conseguir”, dice Serejo.

El ministro culpa a las universidades

El ministro de Cultura, Sérgio Sá Leitão, ha echado la culpa de la tragedia a las universidades, por lo que considera un modelo ineficaz de gestión de los museos de los centros de educación superior, a pesar de los reportajes que ya hace unos meses revelaron el mal estado de conservación del palacio y la lucha de sus funcionarios, incluso haciendo cuestaciones públicas por Internet, para mantener las puertas abiertas de la institución.

“La gestión 100% estatal ha fracasado en Brasil. Tenemos que cambiar el modelo y buscar otras fuentes de recursos. Los gestores universitarios tienen que cambiar su actitud”, dijo el ministro. Mas allá de los 10 millones de reales de emergencia (2,5 millones de euros), el Gobierno promete otro millón de euros para un proyecto de recuperación del museo. El ministro cree que el proyecto quedará listo a principios de 2020, cuando finalmente se podrá empezar el trabajo de recuperación. El museo finalmente podrá utilizar los 21,7 millones de reales (4,5 millones de euros) prometidos el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social. La cifra ya estaba prevista hace años para reformar la institución y protegerla contra incendios, pero ahora se destinará a salvarla.

Además, Sá Leitão aseguró que empresas y bancos como el Santander se han interesado en ayudar en la reconstrucción del centro. La última etapa del proyecto, detalló Sá Leitão, es la adquisición de nuevas piezas que puedan sustituir lo que se perdió en el incendio. El ministro de Educación dice a su vez que "convenios internacionales" ayudarán a recomponer la colección. Públicamente, los Gobiernos de Portugal y Francia se pusieron a la disposición para ayudar.

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Sobre la firma

Felipe Betim
Nacido en Río de Janeiro, ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Escribe sobre política, temas sociales y derechos humanos entre otros asuntos. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la PUC-Río y Máster de periodismo de EL PAÍS/Universidad Autónoma de Madrid.

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