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Oskar Schlemmer: el artista que se adelantó a su tiempo

Nacido en 1888, este pintor, escultor y coreógrafo influyó en grandes artistas como David Bowie

Oskar Schlemmer en 1933.
Oskar Schlemmer en 1933.Getty Images

Oskar Schlemmer fue un hombre muy avanzado para su época, que sufrió los horrores de la guerra. Pese a ello, podemos decir que era el prototipo de artista que no se dedica a un solo campo, o una sola manifestación: pintor, escultor, coreógrafo, le gustaba la música, la danza y el teatro. Su herencia no solo nos ha quedado en sus obras, si no que grandes artistas como David Bowie han cogido su herencia artística y estética.

Otra de sus particularidades ha sido el legado que ha dejado en sus cartas que estaban dirigidas a Otto Meyer y Willi Baumeister y su diario personal, que nos ha permitido conocer la vida en las escuelas alemanas.

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Nacido el 4 de septiembre de 1888 en Stuttgart, muy pronto su vida dio un giro y se quedó huérfano. Comenzó su formación profesional como aprendiz en un taller de marquetería y empezó a compaginar su trabajo con los estudios mientras recibía formación en la Kunstgewerbeschule de Stuttgart entre los años 1906 y 1910. Siguió estudiando y logró conseguir una beca en la Kunstakademie de su ciudad de origen, en una academia de arte.

En Berlín estuvo entre 1911 y 1912 y allí trabajó como pintor independiente, presentando sus trabajos a la galería Herwarth Walden. Tras su estancia en la ciudad berlinesa en 1912, Oskar Schlemmer regresó a su ciudad de nacimiento y se convirtió en discípulo de Adolf Hölzel, uno de los primeros artistas que se dedicó a la abstracción. Aquella experiencia le permitió entrar en contacto con artistas como Otto Meyer-Amden y Johannes Itten y Willi Baumeister con el que le uniría una amistad que le duraría toda la vida. Antes de comenzar la guerra, entre 1913 y 1914, en la zona de Neckartor, abrió y dirigió un salón de arte. Y después, también en 1914, junto a Willi Baumeister y Hermann Stenner, realizó para la Federación Alemana de Trabajo el diseño de los murales que se colocarían en la sala principal del Deutscher Werkbund de Colonia. Pero la Primera Guerra Mundial (1914-1918) le obligó a participar en ella y resultó herido en varias ocasiones.

Al finalizar la guerra, en 1920, siguió realizando relieves y continuó con el tema que más le ha caracterizado: el de la figura humana con una forma especial y una composición estereométrica (Grupo concéntrico, Las escaleras de la Bauhaus).

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Trabajó entre otros lugares en la Academia de Breslavia, en la Academia de Berlín y en la Bauhaus (1921-1929) donde, además de enseñar pintura y escultura, dirigió un taller de teatro. Con la representación escenográfica conseguía incorporar varias disciplinas y oficios y hacer unas representaciones teatrales más variadas.

Si tuviéramos que decir cuál ha sido el montaje más famoso de Oskar Schlemmer sería el Ballet triádico de 1922, recordado porque mezclaba la música, con la danza, con un vestuario sorprendente (formas geométricas) y con un género como la pantomima, era una representación con movimiento y muy expresiva.

Más tarde en Dessau continuó investigando el teatro con el color, el tono, la luz, el movimiento, la armonía, la forma, y realizó series de danzas como Juego de la construcción, Paseo de las cajas, Danza de la forma o Danza del gesto. Llamaba la atención los figurines de las coreografías por cómo estaban transformados, por el anonimato de esos personajes que llevaban máscaras, por sus movimientos.

El régimen nazi no le permitió continuar en la docencia en el año 1933, por lo que se mudó a Suiza, allí se quedó hasta 1934. En 1937 se realizó la primera exposición de Schlemmer en la Galería de Londres.

Volvió a Alemana y entró a formar parte de la Reichskulturkammer (Cámara de Cultura del Reich), allí en una exposición su obra sería era conocida como “arte degenerado” y denunciada. Comenzaría tras este periodo una etapa de su vida en la que desempeñó numerosos trabajos relacionados con la pintura y el esmalte, desde una tienda de suministros de pintores en Stuttgart. Desde1939 a 1940 se le encargó el camuflaje de los cuarteles, y desde 1940 se dedicó a hacer pruebas con laca en una fábrica. Entre sus últimas obras encontramos a personas que están haciendo cosas cotidianas.

Falleció el 13 de abril de 1943 en Baden-Baden. Murió, pero nos dejó todo un mundo de figuras asombrosas, de decoraciones sorprendentes, de imágenes que escapan a cualquier realidad. En definitiva, un arte sorprendente que no te deja indiferente.

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