Collage verano 1989 verano 2008
Das sind seltene Feste, welche du niemals vergißt.
Rainer Maria Rilke
Las declinaciones alemanas y yo
les deseamos
un buen vuelo, tan extraño
como que el piloto se presente,
y un alegre bávaro, un auténtico homo ludens
tal vez llamado Sebastián,
tal vez fuera un pseudónimo que los desconfiados
se buscan para las mujeres efímeras
(un joven políglota que viva por el sexo,
por Hesse y por el arte culinario: que sea
publicista)
que os haga el amor
toda la noche
durante exactamente nueve días
(que es lo que dura la perfección absoluta)
(diez, en primavera).
Luego, recordarán lo que pensaban
mientras os contaba su bello peregrinaje a Brasil
con su prometida de muslos gruesos y negros
y, puesto que ambos sois hedonistas y amorales,
no vacilaréis en despediros como sigue:
«¡Supongo que ya no nos veremos nunca!»
En cuanto al modelo en sí, lo que a mí me parece
un Boeing 737-800 violeta y helado está
temblando, turbulencias,
y ya viene el desayuno, que es penoso.
Y feliz año.
Nunca, óyeme bien, NUNCA
comprendiste ni comprenderás las preposiciones
ni desde luego las palabras compuestas
ni abstracciones como tiempo, memoria o ternura
tan preciosas
las declinaciones
y el alegre bávaro y el año nuevo persistente
ahí mismo en el suelo del parquet:
os deseamos sinceramente todos nosotros
nuestra familia nuestros sirvientes el husky siberiano
(adjuntamos una foto actualizada en el nuevo porche)
felicidad, gramática y control de pasaportes
de ciudadanos de la Unión Europea
y dinero para comprar bombones y panna cota
que os consuelen, si es posible,
si nuestros deseos altruistas no se cumplen
(como algunos listos ya predicen)
(porque no creen en nada).
BERTA GARCÍA FAET
La relación de Berta García Faet (Valencia, 1988) con la poesía es "íntima, cotidiana, espiritual. Chispas, buceos y chapoteos". Y, si mira atrás en su carrera como poeta, ve más que eso: "amistad y pasión". Con libros como La edad de merecer, Fresa y herida o Introducción a todo, demuestra que se puede tener una visión clara de la poesía aunque se sea joven, y con títulos como 'me gustaría meter a todos los chicos que he besado desde el año 1999 en una misma habitación' demuestra de paso que de los nombres de poemas abstractos también se puede huir. Si se le pregunta si el verano distrae demasiado, lo tiene claro: "Es muy bonito distraerse y después demorarse en rememorarlo y vivir dos veces". Vivirlo dos veces para poder meter el verano en una habitación.
Babelia
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