Por qué deberías ver la segunda temporada de ‘Paquita Salas’
La serie creada por los Javis regresa mañana con nuevos capítulos en Netflix
Su primera temporada fue una de las sensaciones televisivas de 2016. Y eso que ni siquiera se emitía en televisión. Conocimos a Paquita Salas en Flooxer, la plataforma online de Atresmedia. Tras la atención mediática y crítica que logró con su primera tanda de episodios, Netflix se fijó en ella para rescatarla, hacerla viajar por el mundo (su primera temporada está disponible a través de esta plataforma en los 190 países en los que está presente) y tener una nueva entrega. Mañana, por fin, estarán disponibles los cinco nuevos episodios de media hora cada uno. Y hoy, por fin, podemos contar algunos de los motivos por lo que no te puedes perder una temporada que es incluso mejor que la primera.
- Un personaje y una serie con alma
Paquita cuenta con una gran ventaja sobre muchas otras creaciones televisivas: tiene alma. Tiene ese algo que hace que el espectador conecte con sus historias, con su forma de hablar, con su dolor, con ese no entender qué está pasando a su alrededor y por qué el mundo ha ido por un lado y ella se ha quedado atascada en otro. Las cosas no le van bien y sus representadas no hacen más que marcharse y dar la espalda a esta representante de actores que no entiende qué está haciendo mal. Sin entrar en spoilers, en la segunda temporada Paquita sigue sin levantar cabeza. También cede parte de su su protagonismo a alguno de los secundarios. Por ejemplo, el tercer capítulo es una joya cargada de emoción con Lidia San José en el centro.
- Viaje a los orígenes
Mucho de lo que le pasa ahora a Paquita tiene sus orígenes en ese pasado en el que se ha quedado atascada. En esta nueva entrega también conoceremos más sobre su pasado, con detalles que sirven para explicar muchas cosas. Y, de paso, de la mano de Paquita también echamos una mirada a aquel mundo del que todos venimos. Porque, y esa es otra clave de esta serie, todos somos un poco Paquita. Un nuevo aviso: atención al brillante último capítulo de la temporada.
- Los cameos y metarreferencias
Una de sus señas de identidad son esos guiños al propio mundillo de la interpretación, al mundo televisivo y a todo lo que les rodea. Paquita Salas es un festival de autorreferencias y menciones a series, programas, personajes que muchos conocen y que, si no se conocen (como les pasará a muchos en España y como ocurrirá en el extranjero), no pasa nada, porque todo sigue teniendo sentido. Se perderán algunas de las bromas internas, pero la esencia permanece. Lo mismo ocurre con los cameos. Tampoco podemos desvelar detalles (ya se habían anunciado muchos pero hay un buen puñado que no se conocían) pero esas breves participaciones no solo dicen mucho del tirón de la serie y de los Javis en el mundillo, también dice mucho del sentido del humor de quienes participan interpretándose a sí mismos o personajes ficticios.
- Brays Efe
Él es Paquita. Y ya es imposible imaginar a otra Paquita que no sea Efe. Si antes decíamos que el personaje tiene alma es porque él se la pone. En la primera temporada ya estaba impecable en el personaje, pero en la segunda entrega demuestra aún más sus dotes actorales con una evolución más compleja que en la primera tanda de capítulos.
- Los Javis
Las mentes detrás de todo esto. Son dos de los creadores de moda. Javier Calvo y Javier Ambrossi se han construido una marca personal que combina humor un poco loco, emotividad y conexión generacional. Los autores de La llamada y profesores de la academia de Operación Triunfo están ahora hasta en la sopa y no es para menos. Han sabido aprovechar el momento. El salto internacional de Paquita Salas es una prueba.
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