Modelos de insurgencia y creatividad
El rock carecía de mapa de carreteras para manejarse por la etapa madura y no digo nada de la tercera edad

Ya lo avisó Van Morrison en el título de su directo de 1974: Es demasiado tarde como para ahora detenerse. Una formulación que habla del rock como un compromiso de sacerdocio. Y algo hay de eso: aquí no se jubila nadie. Si perteneces a la primera división y has sido medio listo, no te mueven urgencias económicas. Compites por mantener tu preeminencia o por ganarte ese extra de reverencia que crees merecer y que algunos cabrones –en la crítica, la industria, ¡los colegas!- te racanean.
Nacido como expresión juvenil, el rock carecía de mapa de carreteras para manejarse por la etapa madura y no digo nada de la tercera edad. Solo en décadas recientes se han oficializado esas jugadas que justifican la longevidad: las giras monumentales, la autobiografía, el biopic, el documental, las reediciones cuidadas. Y todos esos discos de concepto nítido que prolongan una carrera sin grandes esfuerzos: el desenchufado, los duetos, el homenaje, la vuelta a las raíces, el sinfónico, los standards.
No se crean que estamos hablando del bienestar comercial de unos cantamañanas. Estos artistas fungen como plenipotenciarios de generaciones que han alcanzado el poder político y económico. Lo quieran o no, son portaaviones en la batalla por la hegemonía cultural.
En ese sentido, parecen imbatibles. La mayoría de los supervivientes sintieron las trepidaciones de los sesenta. Disfrutan, por lo tanto, de una dimensión épica ahora imposible de alcanzar. Se pelearon contra “los malos”: discográficas, policías, jueces, censores. Rompieron con sus grupos originales o se escaparon del estilo en que inicialmente destacaron. Participaron con mayor o menor ardor en la exploración de las drogas, la búsqueda de la espiritualidad, el retorno al campo, la contestación al sistema.
Con esos historiales, difícilmente van a ser eclipsados por los creadores que llegaron después. Los nuevos se desenvuelven en un ecosistema vulgarizado por Internet; obligados a la explotación industrial, lucen como productos de un mercado donde resulta más fácil acumular dinero que lograr la gloria. Aparte de la eclosión de las divas, gracias a la brecha abierta por Madonna, seguimos viviendo en el universo musical concebido por Dylan y sus coetáneos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Francia llora la muerte de Brigitte Bardot, la ‘Marianne’ animalista
Las 10 mejores películas de Brigitte Bardot: de ‘Y Dios creó a la mujer’ a ‘La verdad’ y ‘¡Viva María!’
Parecen inocentadas: las 10 noticias reales más surrealistas de la última década
Muere el empresario Carles Vilarrubí, pilar de la creación de Catalunya Ràdio y exvicepresidente del Barça, a los 71 años
Lo más visto
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- El alpinista Simone Moro sobrevive a un infarto a 5.000 metros y anuncia la creación de un servicio de rescate aéreo en el Karakoram de Pakistán
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo




























































