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crítica teatro / AHORA TODO ES NOCHE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pura Zaranda

La compañía jerezana se destila a sí misma en 'Ahora todo es noche'

Raquel Vidales
Una escena de 'Ahora todo es noche', de La Zaranda.
Una escena de 'Ahora todo es noche', de La Zaranda.

Hay varios momentos en esta función en los que se siente un gran alborozo en el patio de butacas. Es habitual en los espectáculos de La Zaranda. Su estilo único deslumbra sobre todo la primera vez que lo ves: su poética jonda, sus juegos lingüísticos y escénicos, su expresionismo visual... No hay nada igual en la escena moderna (aunque ya han nacido grupos en los que se palpa su influencia, véase Teatro a la Plancha). Ellos ya eran modernos hace cuatro décadas. Por eso se les define como compañía de culto: más que espectadores acumula fieles, que saltan de gozo en sus butacas cada vez que en el escenario ocurre justo lo que esperan de La Zaranda.

Ahora todo es noche

Texto: Eusebio Calonge. Dirección: Paco de La Zaranda. Intérpretes: Gaspar Campuzano, Enrique Bustos, Francisco Sánchez. Iluminación: Eusebio Calonge. Espacio Escénico: Paco De La Zaranda. Teatro Español. Madrid. Hasta el 29 de abril.

Por ejemplo, al principio de este montaje, Ahora todo es noche, un diálogo recuerda a otro de Ni sombra de lo que fuimos (2004). En aquel se preguntaban, una y otra vez, plantados ante un tiovivo: “¿A dónde vas? / P'alante, p'alante... / Pero ¿dónde es p'alante?...”. Ahora insertan un mantra parecido: “¿Cuál es su destino? / Aún no lo han anunciado. / Pero ¿cuál es su destino? / Viene con retraso”. Es la hilarante conversación de dos mendigos que simulan ser viajeros para pasar la noche en un aeropuerto. Pura Zaranda.

También para el deleite es esa escena en la que los tres actores protagonistas se intercambian corbatas entrelazadas en un imaginativo juego —o coreografía, si se quiere— que arrebata por su sencillez. Y esa otra en la que los mendigos pasean por las cloacas.

La Zaranda se destila a sí misma en esta obra. No decepciona a sus devotos. Maravilla a quienes nunca la han visto.

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Sobre la firma

Raquel Vidales
Jefa de sección de Cultura de EL PAÍS. Redactora especializada en artes escénicas y crítica de teatro, empezó a trabajar en este periódico en 2007 y pasó por varias secciones del diario hasta incorporarse al área de Cultura. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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