La Academia de las Artes Escénicas premia el teatro clásico
La entrega de las medallas de oro de la entidad en Murcia se convierte en una gran celebración del Siglo de Oro español
El teatro clásico invadió ayer Murcia. En esta ciudad se concentraron conocidos directores, dramaturgos, actores, escenógrafos y productores relacionados de una u otra forma con el Siglo de Oro español, pero también expertos y eminencias que normalmente permanecen a la sombra de sus escritorios. Estaba, por ejemplo, el director Lluís Pasqual, creador de celebradas puestas en escena de textos clásicos. También César Oliva, que entre otras cosas fue el primer director del Festival de Almagro, y el recién nombrado en ese mismo cargo, Ignacio García, cuarenta años después. Y Helena Pimenta, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con uno de sus antecesores en el puesto, el dramaturgo José Luis Alonso de Santos; Evangelina Rodríguez, catedrática de la Universidad de Valencia y autora de varios tratados de referencia no solo para estudiosos, sino también para los propios comediantes…
Tan grande invasión se debía a que se celebraba en Murcia la entrega de las medallas de oro de la Academia de las Artes Escénicas de España, otorgadas este año a las cinco instituciones que más han destacado en las últimas décadas en la labor de defensa y promoción del teatro clásico español: la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Festival de Almagro, la Fundación Siglo de Oro, las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería y el Grupo de Investigación TC/12. También se concedió una medalla especial a la Universidad de Murcia, por su larga dedicación al estudio de esta materia.
Las medallas se entregaron durante una cena de gala en el Real Casino de Murcia en la que también se repartieron las distinciones de académicos de honor a los conocidos actores José Sacristán y Lola Herrera, el autor José Luis Alonso de Santos y los escenógrafos Ramón Ivars y Montse Amenós. Todos felices por ser reconocidos por sus compañeros de profesión. “Pero sobre todo me alegra que por fin nos hayamos puesto de acuerdo para formar una academia que ponga en valor nuestro trabajo”, repitió varias veces Herrera. "Después de sesenta años en este oficio, me alegra recibir un premio que no se gana por una competición, sino simplemente por toda una vida de trabajo", opino Sacristán.
La Academia de las Artes Escénicas, formada por unos quinientos artistas, productores, estudiosos y otros profesionales del teatro y la danza, nació en 2014 para potenciar y difundir estas disciplinas, siguiendo el modelo de academias de otras áreas como el cine. Organiza conferencias y certámenes, convoca concursos y certámenes, publica la revista Artes Escénicas y libros de investigación. Su primer presidente fue José Luis Alonso de Santos y hace poco más de un mes tomó el relevo el productor Jesús Cimarro. En 2016 la institución entregó otra tanda de medallas de oro a las cinco grandes asociaciones en las que se agrupa la profesión escénica (actores, autores, directores, productores y compañías de danza). ¿Por qué el teatro clásico ahora? “Una academia debe potenciar la excelencia. De ahí la idea de premiar a los que nos parecen que más buscan la excelencia dentro de su ámbito o especialidad”, explicó Alonso de Santos en una rueda de prensa previa a la gala.
La entrega de las medallas sirvió de excusa también a la Academia para organizar, en colaboración con la Universidad de Murcia, una jornada dedicada al teatro clásico. De ahí la invasión de comediantes y estudiosos al margen de los premiados. El actor Manuel Gallardo impartió por la mañana un taller titulado Para no mal-decir el verso. Y por la tarde, en el bello teatro Romea, coloquio de sabios del asunto: Evangelina Rodríguez, Alonso de Santos y Pasqual, moderados por César Oliva.
Babelia
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