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Crítica | Bonnie Bears: el gran secreto
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mediocridad animada china

Espíritu ñoño y conciliador, nulo control de las secuencias de acción, técnica en la puesta en escena (o su simulacro) cerca de lo pedestre

Javier Ocaña

Hubo un tiempo en el que, exceptuando los diferentes periodos vacacionales, apenas se estrenaban en la cartelera española productos destinados al público infantil. Era una época en la que, además, casi cada obra que llegaba a los cines era un triunfo; muchas de ellas con una base artística, otras, como mínimo, refrescantes y de técnica admirable.

BONNIE BEARS: EL GRAN SECRETO

Dirección: Leon Ding.

Género: animación infantil. China, 2016.

Duración: 99 minutos.

Sin embargo, conscientes de que el destinatario puede ser fiel consumidor semanal, las distribuidoras no paran de recolectar películas procedentes de medio mundo, sobre todo en el formato animado, lo que hace que casi cada semana haya como mínimo una nueva propuesta. Una sobredosis que, aparte de desterrar la idea de la edad de oro de la animación en todo el mundo, provoca que sea más necesario que nunca separar el grano de la paja.

Bonnie Bears: el gran secreto, tercera entrega de una saga cinematográfica nacida a partir de una serie de televisión de gran éxito en China, con capítulos de apenas 10 minutos, está en la línea de algunas de las últimas propuestas de nuestras salas para los más pequeños: espíritu ñoño y conciliador, nulo control de las secuencias de acción, técnica en la puesta en escena (o su simulacro) cerca de lo pedestre, y dibujo digital en animales y humanos, además de en sus fondos, de enervante ausencia de estilo y de carisma.

El fenómeno de sobrexplotación animada en la cartelera parece ser global. Y estos días, por ejemplo, ha llegado a los cines de Reino Unido la española, y triunfadora aquí, Tadeo Jones: el secreto del Rey Midas, recibida con muy malas críticas en The Guardian, The Independent y The Times, y tildada en el primero de ellos por el reputado Peter Bradshaw con esta sentencia: “La narración, la caracterización y la técnica son mediocres”.

Nunca se puede poner la mano en el fuego, pero podría apostarse a que al magnífico Bradshaw no le han tocado en suerte Bonnie Bears: el gran secreto, y las recientemente estrenadas en España Salvando al reino de Oz, de Rusia; The jungle bunch: La panda de la selva, de Francia, y, en menor medida, Sola en casa, de Canadá. En ese caso quizá habría subido el listón un tanto con su juicio sobre Tadeo.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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