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Muere Rick Hall, imprescindible productor de soul

Fue fundador de los estudios FAME y creador del influyente sonido Muscle Shoals que catapultó a Aretha Franklin y Wilson Pickett y fascinó a los Rolling Stones

Fernando Navarro
Imagen de archivo con el productor Rick Hall, a la izquierda, charlando con el músico de soul Clarence Carter en los estudios FAME, en Alabama.
Imagen de archivo con el productor Rick Hall, a la izquierda, charlando con el músico de soul Clarence Carter en los estudios FAME, en Alabama.

No fue ninguna estrella ni su nombre ni su rostro eran conocidos por el público, pero Rick Hall fue uno de los mayores contribuidores al desarrollo de la música  popular gracias a su papel esencial en el soul, ese género que, a través de la casa de grabación que fundó a finales de los cincuenta, alcanzó su mejor representación. Fundador de los estudios FAME e imprescindible productor de voces como Etta James, Wilson Pickett o Arthur Alexander, Hall ha muerto a los 85 años a causa de un cáncer.

Nacido en un pueblo de Mississippi, aunque criado en un condado pobre de Alabama, Hall nunca tuvo una vida fácil hasta llegar a moldear con su visión artística un estilo, el soul, que adquirió todo su significado espiritual y su poder de documentación social. Hijo de un matrimonio campesino sin apenas recursos, su madre se esfumó de casa cuando era un niño. Se quedó a cargo de su padre, un hombre del campo, sin estudios, que apenas pudo darle casi nada en vida, pero que siempre apoyó las aventuras musicales de su hijo. Tocó en formaciones locales sin éxito, pero cayó en una grave crisis existencial al morir su mujer en un accidente de coche mientras él conducía. Durante cinco años se hizo alcohólico y vagabundo. Sólo la música le ayudó a salir del pozo. Los discos que escuchaba y a los que intentaba aportar algo cuando componía o tocaba con gente le salvaron la vida. Poco a poco fue adquiriendo dinero y, de su obsesión por la música, nacieron unos estudios de grabación, a la postre, legendarios.

Se hizo con una antigua tienda en la ciudad de Muscle Shoals, en Alabama, y allí fundó FAME, que terminó por competir con Stax Records como gran hogar del soul sureño, gracias en parte a la alianza con Atlantic Records, el sello independiente más importante de Estados Unidos capitaneado por Ahmet Ertegun y Jerry Wexler. A orillas del río Tennessee, en Muscle Shoals, se cocía algo fuera de lo común y el olfato estupendo de Wexler no falló. Hall le llamó para decirle que tenía que escuchar una de sus grabaciones por si les interesaba distribuirla y asociarse con ellos. Wexler no dudó ni un segundo para asociarse con Hall al oír por teléfono la canción When a Man Loves a Woman de Percy Sledge.

En FAME, Hall captaba sensaciones evocadoras y potentes, pero hubo algo más importante: se llevó a cabo la cruzada del mejor soul en los sesenta. En la época en la que el gobernador del Estado de Alabama abogaba por la “segregación ahora, segregación mañana, segregación para siempre”, Hall juntó a músicos blancos y negros para crear música que durara generaciones. Así, entre sus paredes, estaba el vital grupo de blancos de Muscle Shoals Rhythm Section, también conocidos como The Swampers, que grababan con afroamericanos, sin distinciones, con la música como pasta que les unía. Eran músicos de sesión de primera categoría que, secundados por los productores e ingenieros de sonido como Steve Melton y Jerry Masters, moldearon el sonido Muscle Shoals con las voces viscerales de Arthur Alexander, Joe Tex, Wilson Pickett, Etta James y Aretha Franklin.

Tanto James con Tell Mama como Franklin con I Never Loved a Man the Way I Love You dejaron su ropaje más jazzístico y definieron aún más los cánones del soul, un género, que bajo el brío de una sección de metales asombrosa y endiabladamente rítmica, era todo corazón y elegancia. Fueron solo dos de las decenas de composiciones que tuvieron el sello de la casa de Hall, que en los setenta tuvo que empezar casi de cero cuando se le marcharon The Swampers. Pero, con todo, pasaron por allí bandas de rock como los Allman Brothers, Lynyrd Skynyrd o los Rolling Stones, que alumbraron Wild Horses.

A partir de los ochenta y pese a su fenomenal legado, la marca Muscle Shoals perdió terreno y Hall buscó centrarse también en el country, un género predilecto para él. Pero la historia de la música norteamericana no sería la misma sin los estudios FAME, todavía abiertos, registrando grabaciones de The Black Keys, Bettye LaVette, Drive By Truckers, St. Paul & The Broken Bones, The Soul Sisters o el último disco del fallecido Gregg Allman. La contribución de Rick Hall al soul, y por consiguiente a la música popular, está al alcance de muy pocos.

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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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