Voces en construcción
Una antología bilingüe ilustra en 13 jóvenes autores la vitalidad y diversidad de la poesía gallega
Este volumen se inserta en una tradición de antologías bilingües que se extiende desde principios de los noventa –Poesía gallega de hoy (1990), recopilada por Basilio Losada; Fin de un milenio. Antología de la poesía gallega última (1991), coordinada por Francisco López-Barxas y César Antonio Molina– hasta casi anteayer –Punto de ebullición. Antología de la poesía contemporánea en gallego (2015), editada por Miriam Reyes–. Los títulos citados revelan una rica orografía en la que convergen autores pertenecientes a la promoción de los ochenta (Luisa Castro, Ramiro Fonte, Lois Pereiro) y nombres que se enmarcan en la zona de tránsito entre los siglos XX y XXI (Olga Novo, María do Cebreiro, Yolanda Castaño), tan lejos de la longa noite de pedra del franquismo como de la Galicia caníbal de la movida.
Sin embargo, la novedad de esta antología reside en la juventud de los 13 poetas reunidos, cuyas edades oscilan entre los 35 años (el mayor, Samuel Solleiro, nació en 1982) y la veintena recién estrenada (el más joven, Antón Blanco, vino al mundo en 1996). En un sucinto pero esclarecedor prólogo, María Xesús Nogueira esboza el retrato en marcha de unas voces en construcción —con la excepción de Francisco Cortegoso, fallecido prematuramente a los 31 años— que redefinen un territorio geopoético caracterizado atávicamente por el telurismo esencial y los calambres visionarios. Y aunque generación es palabra tabú para todos, salvo para algunos críticos contumaces, la insistencia en la necesidad de vadear el término maldito acaba demostrando su operatividad subyacente.
Así, pese a que la antóloga señala que sería infructuosa “la búsqueda de trazos grupales –mucho menos generacionales–”, las páginas del prólogo aportan valiosas pistas sobre el fermento sociocultural en el que estos autores se han formado; sobre los magisterios recibidos, entre los que destaca la figura tutelar de Chus Pato; e incluso sobre ciertos acontecimientos de significado comunitario, como la crisis ecológica y política desatada por el hundimiento del Prestige en 2002, o el horizonte de precariedad laboral abierto por una crisis económica de cuyo hedor sulfúrico aún no nos hemos desprendido. Por su parte, la importancia de la cultura audiovisual se canaliza a través de una lírica asomada a las ventanas emergentes de Internet y a las pantallas táctiles, según ejemplifican los versos de Celia Parra: “Que la imagen se haga cuerpo / [4K, 48 fps, pantalla LCD] / para que el ojo la posea”.
En cuanto a los temas, se aprecia la indagación en la memoria familiar, la denuncia del expolio medioambiental o la exploración metapoética, en ocasiones mediante una violencia que se acerca al desgarrón expresionista. Asimismo, la elipsis, el fragmento y la ironía están en la base de algunas de las propuestas más sugerentes: las políticas del cuerpo de Andrea Nunes Brións y Berta Dávila, las fábulas con animales de Lara Dopazo Ruibal, la distopía política de Oriana Méndez, las mitomanías culturales de Gonzalo Hermo, la rebeldía punk de Samuel Solleiro, las alegorías crepusculares de Francisco Cortegoso o la vertiente elegiaca de Xabier Xil Xardón, consciente de que “todo lo que queda en pie / es ruina solo”. En definitiva, he aquí una muestra representativa de la vitalidad y diversidad de la poesía gallega reciente, aun a sabiendas de que la pluralidad estética suele ser un estado transitorio antes de que estalle la lucha por la supervivencia.
Antoloxía da poesía galega próxima / Antología de la poesía gallega próxima. Edición de María Xesús Nogueira. Chan da Pólvora / Papeles Mínimos, 2017 256 páginas. 20 euros
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