“Cualquiera que diga que no tengo ni idea de poesía es que no sabe lo que dice”

Marwan Abu -Tahoun Recio (1979, Madrid) atesora 200.000 seguidores entre Twitter e Instagram y el mismo séquito le sigue en Facebook. La tarde de martes que sucede la entrevista, Marwan se encuentra en su domicilio madrileño gestionando él mismo las publicaciones que tiene previstas para el día. No es lo normal, explica, pero la persona que ahora se encarga de estos menesteres se encuentra indispuesta. “Propongo constantemente qué tipo de cosas subir a mis redes, quiero que se suban las frases que a mí me gustan. Por eso, de mis cosas más personales sigo encargándome yo, pero para los carteles y las cosas de intendencia me ayudan”, asegura el cantautor, que deja una publicación de Instagram pendiente para más tarde.

A estas redes sociales, que tanto mima, les debe buena parte de los logros que hoy le avalan. Marwan, junto con Carlos Salem, Escandar Algeet, Luis Ramiro, Diego Ojeda y Rayden, entre otros artistas, han liderado un movimiento que ha dado como resultado una democratización de la poesía. “Internet facilitó de una forma brutal que pudiéramos cubrir la necesidad que tenía un público que hasta ese momento no estaba acostumbrado a consumir poesía. Creo que la juventud ha encontrado en nosotros a unos tipos que cuentan cosas sobre el amor y la emoción de un modo cercano, pero tratando de buscar profundidad y belleza”, apunta. “En momentos de crisis y de pérdida de valores como los que estamos viviendo, las luchas pasan a ser más individuales. La gente se centra en buscar lo más íntimo. Y nuestra poesía es profundamente íntima y autorreferencial”.

Lo que empezó como un pasatiempo hace 20 años terminó traduciéndose en 125.000 libros vendidos. En 2007, cuando comenzó su idilio con la poesía, Marwan era un cantautor reconocido que ya vivía “muy bien” de la música. No le hacía falta, matiza, publicar libros de poemas por dinero. “Yo hago esto porque lo amo. Puedo hacer una poesía mucho más comercial y me hincharía a vender. Pero mi búsqueda constante es ‘no hagas lo que la gente ama, trata de hacer que la gente ame lo que haces”, se defiende. “Nos han criticado muchos poetas en medios públicos y es terrible. Llega un cantautor y vende cientos de miles de libros de poemas, y se sospecha de inicio. Hay gente que va repartiendo carnet de poeta, que se cree que la poesía es suya porque lleva muchos años en esto, y considera que es un privilegio solo para unos pocos elegidos. Sin embargo, Benjamín Prado o Luis García Montero nos han recibido con cariño y ven necesario que surjan nuevas corrientes poéticas como la nuestra”.

¿Cómo llega un cantautor a vender más libros de poemas que discos? “Ha sido fácil como nada. Igual que la música sí ha sido pico-pala, en la poesía no hemos tenido que picar casi nada. Llegó una corriente que nos llevó por delante”, reconoce. “Entiendo que tiene que joder llevar toda la vida escribiendo poemas y que llegue un cantautor y empiece a vender mucho de una poesía bastante prosaica. Pero a mí me encanta lo que hago y lo hago con amor. Ni somos tan buenos como nos dicen ni somos tan malos”. El discurso del madrileño es una constante defensa cuya misión es dejar claro que no va a pedir perdón por tener éxito más allá de las canciones. “Cualquiera que se lea un libro mío entero y diga que no tengo ni idea de poesía es que no sabe lo que dice”, ataja.

Hoy escribe más poesía que canciones porque le resulta más liberador. En la canción, cuenta, se siente limitado debido a la melodía y a la duración de la composición. De la mezcla de sus pasiones surge Mis paisajes interiores, un disco-libro con 11 canciones y 20 poemas que muestran la otra cara de las historias cantadas y hablan de emociones tan universales como el miedo, el abandono o la pasión. “En las canciones busco un lenguaje claro y musical. En los poemas retuerzo el lenguaje. Hay mucha reflexión con respecto a las emociones en mis libros. Rodolfo Serrano [padre de Ismael serrano] es mi gran influencia poética, también lo son Benjamín Prado, Luis García Montero, Neruda o Miguel Hernández”. En esta ocasión ha trabajado mano a mano con Tato Latorre. El resultado es, tal y como afirma el compositor, su disco más potente y emotivo a nivel musical. “Lo que ha hecho Tato me provoca pura pasión. No cambiaría absolutamente nada”, asegura con la vehemencia de alguien que cree firmemente en aquello en lo que hace.

No hay más que añadir. Es hora de poner la publicación pendiente en Instagram.

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