La poesía teatral de Brossa sale a escena en el Macba
El museo expone 1.500 objetos para releer a un autor irónico y crítico
Sutil, irónico, irreverente, iconoclasta, crítico, satírico, radical, incómodo y, por encima de todo, sorprendente. Son muchos los adjetivos que pueden calificar a Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998), un creador que tocó géneros como la literatura, el cine, el teatro, la magia, la performance, el transformismo o el estriptis. Aunque a Brossa se le identifica como poeta creador de un particular lenguaje en el que dota a sus versos de una rima plástica, casi fotográfica, en la que las palabras se mudan en objetos que dialogan o se enfrentan. Los 50.000 objetos y documentos que dejó a su muerte a la Fundación Joan Brossa se depositaron en 2011 en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Tras la limpieza y clasificación de este ingente material, el Macba ofrece hasta el 25 de febrero una relectura de este creador inclasificable, en Poesía Brossa, donde se exponen 1.500 objetos 850 de los cuales son obras.
Sus obras no dejan indiferente e invitan a implicarse en el proceso de comunicación que propone. Como si fuera un prestidigitador, juega mostrando un objeto o suma de objetos que adquieren nuevos significados: una carta de naipes franqueada con un sello, una azada que ha cosechado medallas militares, un grillete con uno de sus extremos convertido en un brazalete de brillantes, un ciclista que pedalea por el filo de un cuchillo, una balanza en difícil equilibrio: Democracia y dictadura, un huevo frito que cubre en parte una Ostia sagrada que llamó Eclipse o la enorme cucaracha que se pasea sobre un billete de tren emitido el 18 de julio de 1970, que no necesita título para saber cuál es el objetivo de la crítica. Imágenes, a simple vista, triviales, pero que esconden contundentes críticas políticas y sociales.
La exposición recorre la trayectoria y la formación de su particular lenguaje. Sus influencias y lecturas desde La Codorniz hasta el Romancero Gitano de Lorca, “un libro de 1937 que llevó siempre encima durante su participación en el ejército republicano”, destacó Pedro G. Romero, comisario junto con Teresa Grandas. Su primer escrito: Infiltración publicado en 1938 en el boletín Combate de la 30 división. En la primera postguerra destaca la amistad y la influencia mutua con Joan Miró, del que tomó partido frente a Dalí o compañeros de viaje como Antoni Tàpies y Pere Portabella, Carles Santos y Mestres Quadreny y los miembros de Dau al Set que le ayudaron a consolidar el “yo artista”. De este momento son sus Suites y sus Poemas habitables, ejemplos de poesía sutil y delicada; intervenciones mínimas, que realizó a finales de los sesenta. Su poema Lluvia son hojas en blanco mojadas por las gotas de agua.
P de poema... y de política
“Para Brossa no existía diferencia entre su acción política y su poesía”, según el comisario Pedro G. Romero, que destacó que el uso del castellano es siempre para indicar el idioma del vencedor frente al de los vencidos. Brossa fue un activista antifranquista que secundó, desde su posición de artista, la huelga de tranvías en 1951, el encierro de intelectuales en Montserrat en 1970, impulsó un itinerario antiturístico en Barcelona en 1979 visitando locales de estriptis, magia o la perrera municipal.
“Las referencias a la actualidad política y social son casi pornográficas”, aseguró Romero, que resaltó un poema que Brossa leyó en 1970 en la Primera Fiesta de la Poesía Catalana en el que loaba el papel de la policía catalana.
En Otros itinerarios se revisa la poética brossiana a través del transformismo y de lenguajes no convencionalmente artísticos pero que incluyó en su gramática como el striptease o la magia. "Para Brossa no existía diferencia entre su acción política y su poesía", resaltó el comisario, que destacó que el uso del castellano es siempre para indicar el idioma del vencedor frente al catalán, del vencido. Brossa fue un activista antifranquista que secundó, desde su posición de artista la huelga de tranvías de 1951, el encierro de intelectuales de Montserrat de 1970 o impulsó un itinerario antiturístico en Barcelona en 1979 visitando locales de estriptis o el Ingenio, donde él se proveía de objetos para hacer magia o la perrera municipal. "Las referencias a la actualidad política y social son pornográficas", aseguró Romero, destacando un poema que leyó en 1970 en la Primera Fiesta de la Poesía Catalana en el que loaba el papel de la policía catalana.
La sala más espectacular es la que recrea las exposiciones que se celebraron en 1988 y 1989 con sus obras más conocidas en Munich, Barcelona y Madrid. La exposición termina con un diálogo con otros artistas que trabajaron la forma y el texto de forma parecida como el belga Marcel Mariën, el escocés Ian Hamilton y el chileno Nicanor Parra que, coincidieron en mostrar un lenguaje poético y antipoético similar. La muestra, una deuda del Macba con el artista, se inaugura a las puertas de la celebración en 2019 del centenario de su nacimiento en el que reeditará toda su poesía, tal y como anunció el presidente de la Fundación del artista, Vicenç Altaio. "Para acercarlo a las nuevas generaciones".
Tras Barcelona, la exposición se verá en el Artium de Vitoria y luego, con apoyo de Acción Cultural Española y el Instituto Ramon Llull viajará por diversas ciudades latinoamericanas.
Prisioneros de la situación
Ferran Barenblit, director del Macba y Josep Maria Carreté, gerente del museo, explicaron antes de la rueda de prensa cómo les está afectando la huelga indefinida de los 14 trabajadores de la empresa subcontratada Ciut'art. "Desde el inicio hemos perdido 155.000 euros y hemos reducido un 37% el número de visitantes. Nos sentimos prisioneros de la situación", explicaron. El 21 de octubre se sabrá el resultado de la licitación tras presentarse tres empresas para hacerse cargo de la venta de entradas y los servicios educativos. Entre las tres empresas no está Ciut'art.
Babelia
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