‘Halt and Catch Fire’: el futuro también lo construyen los perdedores
La serie se adentra en los noventa en su cuarta y última temporada
Una máquina recreativa destaca en medio del decorado. Es el Centipede, un videojuego creado a principios de los ochenta en la línea de los también míticos Space Invaders y Pac-Man. El jugador, convertido en pequeño insecto, y mientras huye de una araña con muy malas intenciones, debe acabar disparando hacia arriba con el gusano que avanza hacia abajo. "Tenemos competiciones entre nuestro departamento y el de vestuario. La máquina solía estar en nuestro departamento pero la incluyeron en una escena". Ola Maslik, responsable de Diseño de Producción de la serie Halt and Catch Fire, cuenta así cómo esta máquina arcade terminó en uno de los principales decorados de la ficción que arrancó reflejando el mundo de los pioneros de la informática en los años ochenta y que, en su cuarta y última temporada (que hoy estrena AMC en España a las 22.10), traslada a los personajes a los primeros noventa. Un billar, estanterías llenas de videojuegos y decenas de ordenadores comprados a coleccionistas forman parte del decorado presidido por un neón con el nombre de la nueva empresa de los protagonistas de la serie.
Cuando EL PAÍS, invitado por AMC, visita el rodaje de Halt and Catch Fire a mediados de julio en Atlanta (Georgia, Estados Unidos), la serie se encuentra en la última semana de grabación. Sin entrar en detalles, todo parece haber cambiado mucho para los protagonistas de esta ficción que, sobre el telón de fondo de los cambios tecnológicos e informáticos de los años ochenta y noventa, sigue la trayectoria profesional y personal de cuatro de aquellos pioneros que abrieron paso para el mundo hiperconectado en el que vivimos hoy. Y que encaran la recta final en un punto muy diferente a aquel en el que comenzaron. El visionario Joe MacMillan (Lee Pace), tras su enésimo hundimiento personal y profesional, ha recuperado la ilusión gracias al proyecto que pone en marcha con el informático Gordon Clark (Scoot McNairy). Cameron Howe (Mackenzie Davis) ha pasado de chica prodigio a reconocida diseñadora de videojuegos, mientras que Donna Clark, ahora Emerson tras recuperar su apellido de soltera (la actriz Kerry Bishé) está al frente de una compañía de capital riesgo.
La cuarta entrega se centra en el concepto de búsqueda, como adelanta la productora ejecutiva Melissa Bernstein. "Es el núcleo de la temporada tanto en la historia de la industria como en la historia de nuestros personajes, que intentan averiguar quiénes son. Han pasado unos 10 años desde que empezaron este viaje y han estado persiguiendo el futuro todo el tiempo. En esta temporada realmente descubren quiénes son".
Reivindicación feminista
En la cuarta temporada, por fin, las dos actrices protagonistas de la serie, Mackenzie Davis y Kerry Bishé, ganan el mismo sueldo que sus dos compañeros hombres, Lee Pace y Scoot McNairy, reflejo de la mayor importancia que cobraron sus personajes y sus intérpretes. Ambas cotizan al alza: Bishé se ha sumado a la tercera temporada de Narcos y Davis fue una de las estrellas de la última tanda de episodios de Black Mirror y es parte de Blade Runner 2049. Melissa Bernstein defiende que Halt and Catch Fire ha integrado el punto de vista femenino de forma natural y destaca que el 60% de los directores de esta última temporada son mujeres.
La Universidad Clark de Atlanta acoge el rodaje de algunas escenas del último capítulo de la serie. "En realidad, me siento realmente bien, es genial saber que termina, y no acabar y tener que esperar a ver si volvemos. Hemos trabajado muy duro en esta historia y la hemos contado de la forma que queríamos", dice el actor Lee Pace en una pausa del rodaje. A él le quedan unos días de meterse en la piel de Joe MacMillan, no como a Toby Huss, John Bosworth en la ficción, que visita a sus compañeros dos días después de haber terminado su parte. "Cada temporada pensábamos que iba a ser cancelada", cuenta sobre un drama que, a pesar de tener el respaldo de la crítica, no ha brillado en audiencias. "No creímos que fuéramos a tener una segunda temporada, pero la tuvimos, y luego nos despedimos todos. Y tuvimos tercera temporada. Y luego la cuarta temporada, así que fue genial que dijeran que sería la cuarta y última entrega desde el principio para que no estuviéramos toda la temporada preguntándonos si volveríamos".
Quizá el mayor ejemplo de la evolución de los personajes —y de la serie con ellos, que comenzó pasando desapercibida para pasar a ser una de las favoritas de la crítica— en estas cuatro temporadas es la relevancia que tomó a partir de la segunda entrega el personaje de Kerry Bishé. "El lugar donde empezó Donna y en el que está en la cuarta temporada es maravillosamente diferente. Me encanta que una misma persona pueda tener un viaje tan grande", dice la actriz sobre un personaje que arrancó a la sombra de su marido Gordon y termina convertida en poderosa empresaria. "Donna en la cuarta temporada ha sido un reto para mí. La tengo mucho cariño y ha sido realmente difícil hacer las cosas que ella tenía que hacer. Es un monstruo. Está tomando opciones realmente terribles y solo quieres gritar ¡no lo hagas! Eso ha sido lo peor y lo mejor, porque es tan raro ver tanta profundidad y complejidad en un personaje, y poder interpretarlo durante cuatro años ha sido un sueño. La gente puede ser buena y diligente y moral y todas esas características pueden también convertirte en un monstruo", señala Bishé sobre Donna, que inicia la temporada convertida casi en una villana.
"En la televisión convencional parece que las historias deben ser aspiracionales, contar la historia de un héroe o un ganador. Esta es no es una historia así", explica Lee Pace, que describe al ambicioso Joe MacMillan como "un buen perdedor". "Lo que me gusta de Joe es que en cada temporada es aniquilado, lo pierde todo. Y siempre vuelve. Siempre tiene ese optimismo". Lo que el actor de películas como El hobbit o Guardianes de la galaxia y series como Criando malvas más echará de menos de Halt and Catch Fire, sin embargo, son las peculiares lecturas de guion durante cenas de los cinco actores principales en su casa. "Bebíamos un par de botellas de vino y leíamos el guion repartiéndonos los personajes que no estaban". Un ritual que les permitía charlar de forma distendida sobre sus personajes y opinar entre todos.
La cuarta temporada, cuyo primer capítulo dirige el argentino Juan José Campanella —también director de los dos primeros episodios de la serie— y a la que se incorpora la actriz Anna Chlumsky (Veep, Mi chica), será el final del viaje para unos personajes que ahora se mueven en los tiempos en los que Mortal Kombat causaba furor, Super Mario Kart acababa de nacer y la palabra Google aún no significaba nada. Unos visionarios emprendedores adelantados a su tiempo para los que era más fácil conectar al mundo que conectar entre sí.
El reto de recrear los ochenta y los noventa
Los personajes de Halt and Catch Fire son ficticios, pero el marco sobre el que se mueven es real. "Tenemos un calendario para saber qué día es en la serie en cada episodio, invertimos mucho tiempo en mirar los detalles de aquellos días, la tecnología que estaba disponible. De vez en cuando tienes que tomarte libertades, pero nos gusta que sea la realidad la que nos guía", dice Melissa Bernstein.
Dejar atrás los ochenta y adentrarse en los noventa supone un reto mayor para los departamentos de arte y vestuario. "Los noventa empezaron pero nunca se han ido", dice Ola Maslik. Por eso, Jennifer Bryan, diseñadora del vestuario de la serie, optó por mezclar elementos de los noventa procedentes de tiendas vintage y elementos modernos: "tratar de ser fieles al periodo pero no tanto que a la audiencia de hoy le pueda parecer que esas ropas son raras".
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