_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Reese Whiterspoon y las mujeres que dan miedo a Hollywood

La protagonista y productora de 'Big Little Lies' es un icono que ha entendido la meca del cine y a sus actrices

De izquierda a derecha, Shailene Woodley, Reese Witherspoon y Nicole Kidman, en 'Big Little Lies'.
Eneko Ruiz Jiménez

Mucho se ha escrito sobre Nicole Kidman en Big Little Lies, su valentía para elegir proyectos y su desgarrador retrato de la mujer maltratada. Todo lo que se haya dicho es poco. Pero que no debe hacer que nos olvidemos de Reese Whiterspoon, actriz que logra algo todavía más difícil. La protagonista humaniza a un personaje mucho menos agradecido. Su ama de casa burguesa es neurótica y tiene decisiones difíciles de justificar. Solo esta sureña de voz aguda podría hacerla empática, cercana.

Reese es inconfundible. Nadie se transforma como ella en esas mujeres con ideas claras y decisión a las que el cine tanto cuesta dar voz. Esas que quizás aterroricen a los ejecutivos. En sus manos, son siempre reales y cándidas, divertidas e inteligentes. Una fuerza de la naturaleza. Por desgracia, Hollywood parece que solo tiene comedias románticas para ella. Pero incluso entonces es refrescante ver disfrutar a Whiterspoon, con su inconfundible voz y una forma de andar tan icónica como la de Henry Fonda.

Más información
Rendidos a la falsa pureza
Reese Witherspoon, el renacimiento de una actriz
Reese Witherspoon, creadora de tendencias literarias
Reese Witherspoon: "Lo peor de mi vida es la fama"
Reese Witherspoon: “El miedo solo te detiene”

Quizás le arrebatara a Felicity Huffman su merecido Oscar por Transamerica, pero Reese es algo más, es un icono del que no puedes apartar la mirada. Y lo más importante: es esa actriz que comprendió rápido que, si quería seguir trabajando, debía ir más allá de las cámaras que tanto la aman. Whiterspoon, también productora, lo dio todo para que Big Little Lies fuera un éxito de HBO: buscó a las actrices adecuadas y fichó al director Jean-Marc Vallée, con quien fue a los Oscar por Alma salvaje. Porque Reese no se limita a lucirse. Su productora nació para crear nuevos roles femeninos y buscar oportunidades para sus compañeras con filmes como Perdida. Así, cuando no queden comedias románticas por explotar, ella seguirá siendo la más poderosa.

Su Madeline es la versión adulta de la repelente y ambiciosa Tracy Flick de Election, un rostro más serio de su Rubia muy legal. Reese, al final, casi siempre es Reese. Adorable, resabiada, certera y con cierto poso oscuro. Nunca se esconde bajo otro manto. Pero en Hollywood solo hay una Reese. Y menuda es ella.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_