Y los jóvenes fueron al teatro
La Nave, innovador proyecto de promoción de nuevos públicos que desarrolla el Calderón de Valladolid, estrena una obra sobre el exilio con dramaturgia de Lola Blasco
Encima del patio de butacas del teatro Calderón de Valladolid hay una gran sala diáfana que antiguamente se usaba como astillero: ahí se construían telones y decorados que bajaban directamente al escenario por una abertura. Aún mantiene su nombre original, Salón de Telones, aunque su función hoy es otra. Se utiliza para ensayos y, desde hace tres años, sirve de sede a uno de los proyectos más innovadores en la promoción de las artes escénicas para jóvenes en España. La Nave: sesenta chicos y chicas de 16 a 26 años con diferentes habilidades (músicos, actores, bailarines, diseñadores, escritores) trabajando juntos durante un año para desarrollar un proceso creativo que culmina con el estreno de una obra teatral.
El teatro inunda Valladolid
El espectáculo Fuegos se estrenará el sábado dentro del Festival de Teatro y Artes de Calle de Valladolid, coproductor del montaje. Desde el fin de semana pasado se celebra este certamen que con los años (lleva 18 ediciones) se ha convertido en uno de los más importantes de España. Este año participan 63 compañías de 16 países.
La Nave no pretende formar actores o profesionales de la escena. “Para eso ya están las escuelas de arte dramático. Nuestro objetivo es despertar el interés del teatro entre los jóvenes, crear el público del futuro. Hay un gran agujero negro en ciertas edades: hasta los 16 o 18 años los chicos van al teatro porque les llevan sus padres o sus profesores, son público cautivo; pero en cuanto pueden tomar sus decisiones, la mayoría deja de ir. ¿Por qué? Quizá porque no encuentran nada que les atraiga en los escenarios”, explica Txema Viteri, director artístico del Calderón. “Así que pusimos en marcha este programa para averiguar qué les puede interesar realmente. Y para que lo expresen a su manera: con su lenguaje, su música, su estética”, añade.
Cada septiembre desde hace tres años el Calderón lanza una convocatoria pública para elegir a 60 participantes por temporada. Enseguida los seleccionados, conducidos por los directores teatrales Nina Reglero y Carlos Nuevo, empiezan a esbozar ideas, canciones, textos, poemas o escenas en torno a un tema: este año, el éxodo.
Estos días hay nervios en La Nave. El sábado (y domingo) mostrarán por primera vez al público el resultado de estos meses de trabajo: Fuegos, una performance en la que expresan (con música, textos, vídeos, danzas…) lo que su generación piensa sobre los refugiados que llegan a Europa y sobre el exilio al que también se ven obligados muchos de sus amigos por la crisis. En la fase final contaron con la ayuda de Lola Blasco, última ganadora del Premio Nacional de Literatura Dramática. "Fue un reto. Recogí testimonios, asistí a sesiones, charlé con ellos, recopilé ideas, escenas, textos que habían creado... y con eso monté una dramaturgia", comenta Blasco.
FUEGOS (teaser) from LA NAVE on Vimeo.
Diana Villalobos, 23 años, diplomada en Periodismo y bailarina de danzas urbanas. Miriam Idrissi, 24 años, diplomada en Magisterio y teatrera desde que era niña. Sandra Pindado, 24 años, musicóloga. ¿Qué piensan de los refugiados? “No hemos decidido odiar, nos han educado en el odio. Desde que somos pequeños nos inculcan el miedo a los que son diferentes. Queremos ser de otra manera”, dicen en un descanso de los ensayos.
Un día a principios de este año visitó La Nave una joven llamada Marah Rayán. Palestina, 22 años. Nacida en Jordania, refugiada en Siria y Suiza. Ahora estudia en Salamanca después de lograr una beca. La incorporaron como intérprete de su propia historia. “Es importante contarle a la gente lo que ocurre. Quizá así empecemos a buscar soluciones. Por eso he decidido hablar”, dice.
La Nave lleva tres años funcionando y ya ha dado frutos. “Los chicos han perdido el miedo al teatro. Y traen a sus amigos. Estamos tejiendo redes”, afirma Viteri. "Es nuestro deber como institución pública", concluye.
Babelia
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