Dos novilleros heridos y una oreja de ínfimo valor en la plaza de Las Ventas
Tarde accidentada en la que se lidió una novillada mal presentada y mansa de Los Chospes
Mientras el debutante Adrien Salenc intentaba torear de muleta al sexto, en la plaza de Las Ventas se respiraba miedo. El joven francés se había quedado solo después de que sus dos compañeros tuvieran que pasar a la enfermería tras ser heridos por sus últimos oponentes. Se podría pensar, entonces, que la novillada de Los Chospes salió dura y peligrosa, pero… nada más lejos de la realidad. Pese a que el encierro enviado por Fernando Moreno no se comió a nadie y anduvo muy por debajo de la presentación que exige Madrid, la falta de técnica y recursos de los tres novilleros provocaron numerosas volteretas y sustos.
Pero siempre hay quien pesca en río revuelto. Mario Palacios, por ejemplo, que paseó una oreja de ínfimo valor tras estoquear al cuarto. Es verdad que, especialmente con la mano izquierda, el extremeño anduvo predispuesto y se intentó colocar, pero de sus muñecas apenas brotó ni un muletazo estimable. Pero como hoy en día, si te coge el toro ya tienes media oreja cortada, tras una voltereta y la colocación del pertinente torniquete, el público se sensibilizó con el chaval y le pidió el trofeo. Y el palco lo concedió, cómo no. Antes, ante el noble y bondadoso primero, a la postre el mejor, no pasó de correcto. El parte médico dice que fue atendido de ‘herida por asta de toro en tercio medio de la cara interna del muslo izquierdo con una trayectoria hacia dentro de 20 cm. que contornea fémur y produce destrozos en el vasto interno. Tras ser intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza, fue trasladado al hospital San Francisco de Asís. Pronóstico grave’.
Novillos de Los Chospes, feos y mal presentados, mansos, descastados y deslucidos. El mejor, el noble primero.
Mario Palacios: estocada (ovación con saludos y protestas); estocada (oreja protestada).
Miguel Ángel Pacheco: dos pinchazos, bajonazo y tres descabellos (silencio); herido por el quinto.
Adrien Salenc: estocada (ovación con saludos y protestas); estocada (silencio) en el que mató por Pacheco; espadazo casi entero, caído y perpendicular y dos descabellos (ovación tras aviso).
Plaza de Las Ventas. 23 de abril. Menos de un cuarto de entrada.
También en manos de los doctores terminó Miguel Ángel Pacheco. Él, como Adrien Salenc, se presentaba en la primera plaza del mundo. Pero el sueño de hacer el paseíllo en Madrid se tornó en pesadilla cuando en un derrote seco, el quinto le infirió una grave cornada en el muslo derecho. Intentó volver a la cara de su oponente, pero su cuadrilla se lo llevó a la enfermería. Antes de caer herido, no había convencido con un toreo -o destoreo- moderno de escaso ajuste y templanza. Según el parte médico, fue atendido de ‘herida por asta de toro en tercio medio cara interna del muslo derecho con una trayectoria hacia arriba de 25 cm, que produce destrozos en músculo vasto interno y contusiona paquete vásculo nervioso. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza y trasladado al Hospital San Francisco de Asís. Pronóstico grave’.
Dos ovaciones (protestadas) saludó Adrien Salenc. Alumno de la Escuela de Tauromaquia de El Juli, se parece a su maestro. Lineal, porfió con el noble y descastado tercero, que acabó defendiéndose; y pasó un trago con el incierto y reservón sexto, el más complicado del conjunto. Desconfiado, pegó pases, pero no toreó. Y lo más preocupante: para lo joven que es, se tiene bien aprendidos todos los trucos de las figuras. Habrá que ver cómo evoluciona…
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.