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Crítica | 'Fast & Furious 8'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una más, una menos

Invenciones insólitas y atracciones climáticas sin demasiada sorpresa

Tráiler de 'Fast & Furious 8'
Javier Ocaña

FAST & FURIOUS 8

Dirección: F. Gary Gray.

Intérpretes: Vin Diesel, Jason Statham, Charlize Theron, Dwayne Johnson.

Género: acción. EE UU, 2017.

Duración: 136 minutos.

En una posible división del mundo, a un lado de la línea estarían los que aún recuerdan de qué iban cada una de las siete entregas anteriores de la saga Fast & Furious, e incluso serían capaces de establecer teorías con paralelismos entre ellas, mientras el otro frente lo habitarían los que ya se ven incapaces de distinguir unas de otras, quién dirigía cuál, en qué momento murió Paul Walker, y con quién estaba liado cada uno de los personajes.

Y lo bueno de ello es que da exactamente igual hallarse a un lado u otro. Porque a nadie le importa. La serie más sorprendente, por su éxito, de la última década y media supo encontrar un hueco, cuando estaba cerca de la agonía, al vislumbrar que el evidente giro hacia la complejidad narrativa y de personajes de la saga James Bond, sobre todo tras la llegada de Sam Mendes a la dirección y Daniel Craig a la interpretación, dejaba un vacío entre los que sólo querían espionaje de persecuciones, explosiones y luchas espectaculares, y un relato basado en la pompa aislada de cada una de las piezas secuenciales, sin tener la necesidad de utilizar en la butaca una sola neurona. Y lo halló.

Incluso hay que otorgarle el mérito de saber reclutar, no solo por dinero, a estrellas del calibre de Helen Mirren y Charlize Theron, esta varios cuerpos por encima de los demás en su juego interpretativo de bruja de cuento aplicado a la gasolina del espectáculo y a las orgías de destrucción. Eso sí, tras el fuelle otorgado por Justin Lin (entre la tercera y la sexta películas), suficiente para mantenerla, y el efervescente poderío de James Wan, en la séptima, que dejó a más de uno boquiabierto, en ésta, con el otrora prometedor, pero irregular, F. Gary Gray (Negociador) al mando, parecen estar más cómodos en la invención insólita y de calibre corto (la primera carrera, en La Habana), que en unas atracciones climáticas de supuesto lujo sin demasiada sorpresa.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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