Louise Penny: la falsa normalidad de la reina del ‘noir’ canadiense
Se publica 'El juego de la luz', séptima entrega del comisario Gamache y un nuevo ejemplo de las habilidades de la autora para la novela negra
Lous Penny (Toronto, 1958) es una excelente tramposa. En sus libros, la escritora canadiense nos presenta la vida en Three Pines, un magnífico e imaginario pueblo perdido cerca de la frontera con EE UU, a una hora de Vermont. Un lugar pequeño, escondido, casi perfecto: un bistró, una librería, vecinos con buen nivel de vida, artistas, gente que huye del ruido, amigos todos. O no. Bajo un envoltorio amable, que huele bien, Penny nos lanza preguntas sobre la existencia y el odio, sobre el perdón y las envidias, sobre qué pasa cuando te das cuenta de que odias irremediablemente a la persona con la que has compartido tu vida durante 25 años. Penny te atrapa con amabilidad y luego te golpea.
¿Pero dónde está lo negro? se preguntarán ustedes. ¿Nos hemos equivocado de blog? No. La autora usa con habilidad una prosa clara y sencilla para contar una historia en la que todas estas pasiones y miserias se desatan a partir de un crimen. Así ocurre en El juego de la luz (Salamandra, traducción de Maia Figueroa), séptima entrega de la serie del comisario Armand Gamache, otro que también hace trampas. Su estilo tranquilo, su mirada reposada, sus preguntas anodinas esconden una profunda sabiduría y una enorme capacidad deductiva. El lector cree que está ante un personaje más y los malos también creen que están ante un policía más. Unos y otros terminan por darse cuenta del error.
En este caso nos encontramos con un dilema clásico: quién ha matado a Lilian Dyson, una indeseable crítica de arte a la que encuentran con el cuello roto en el jardín de Clara Morrow, artista que acaba de conseguir al fin el reconocimiento de público y crítica y que lo celebra con una fiesta en la que muere Dyson. El asunto se complica porque, cuando era una adolescente insegura, Clara era la mejor amiga de la víctima, que la explotaba a placer. Ya tenemos una sospechosa.
Pero, ay, que en este mundo del arte tan bien descrito por la autora y tan inquietantemente similar al del periodismo, los egos y los odios pululan en libertad y entre los invitados, galeristas, artistas, agentes y otros personajes del mundillo hay muchos sospechosos. Aquí todo el mundo tiene secretos, todos mienten, todos se hacen daño y todos pueden haber matado a la señora Dyson. Pero el libro no juega a los giros imposibles ni aburre al lector con engaños fantasiosos. Gamache y sus ayudantes (gran personaje el de su segundo, un hombre honesto que camina al borde del precipicio) trabajan con tranquilidad y eficacia y van acercándose a la solución.
Así hablaba la propia autora de sus libros en este excepcional perfil, viaje a los escenarios de las novelas incluido, que realizó Jacinto Antón para EPS.
“No sé por qué empecé a escribir de crímenes. Intenté al principio hacer otro tipo de ficción literaria. Pero me salía el crimen. Y gustó a los lectores. Mi marido me apoyó mucho para que dejara de trabajar como periodista y me dedicara a escribir a tiempo completo. En realidad, escribo los libros que me gustaría leer. Mis historias no son en puridad acerca de asesinatos. En muchas sale solo uno. Y no respeto las reglas del género, las uso solo para trascenderlas. No tengo la necesidad de describir cuerpos de manera forense, ni autopsias. Mis libros no son sobre procedimientos. Lo que me interesa sobremanera es la naturaleza humana en un momento extremo”.
Las novelas de Penny, y esta no es una excepción, son corales, el gran grupo de secundarios son esenciales, en ellos hay claves para entenderlo todo.
Hay que estar muy seguro de lo que se hace para escribir como Penny. Para meter a todos, sospechosos e investigadores, en una casa en una cena bajo una tormenta atroz para descubrir quién es el asesino. Y hacerlo de manera que al lector no muy enfermo le suene bien y al lector avezado no le produzca vergüenza ajena sino al contrario. Penny tiene cinco Agatha Awards y otros cinco Tonny. Por algo será. Salamandra decidió con acierto empezar con la quinta de las 11 novelas que ha escrito de la serie de Gamache. Además de El juego de la luz se han publicado Enterrad a los muertos y Una revelación brutal. Esperemos que sigan trayéndonos estas historias perfectas para leer en dos tardes, café en mano y pantuflas en ristre. Hoy, especialmente, Vive le noir!
Babelia
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