_
_
_
_

Los solos de diarista

José Luis García Martín comparte sus razonamientos políticos, sus destellos de felicidad o la pérdida de amigos en 'El arte de quedarse solo', último volumen de su diario

Habrá que empezar a distinguir entre los diarios personales, concebidos como un hábito entre personas que encuentran en la escritura cotidiana un espacio de libertad (o de necesidad) que les satisface o les tranquiliza o lo que sea que signifique escribir sin pensar en nada más que en la propia relación con el mundo y la vida, y los diarios literarios, aquellos que desde el principio se conciben como un proyecto de libro y por tanto se ajustan a una poética literaria en la que no caben, por ejemplo, las repeticiones, los tiempos muertos, el estilo descuidado o la mención a temas susceptibles de caer en la vulgaridad o en una intimidad que el escritor no desea para su texto. Si se publican los primeros es debido al interés que suscita su autor o bien porque podemos leer el diario en cuestión como testimonio de una época, de una mentalidad, de un momento histórico, de un conflicto psicológico —¿tiene sentido hablar de si la prosa despega o no en el diario de Ana Frank?—. En cambio, los diarios literarios se publican porque está en su ADN hacerlo, con ese fin se concibieron.

José Luis García Martín es un referente de estos últimos. Hombre bien conocido y respetado en el mundo de las letras por las muchas facetas que ha ido adquiriendo su actividad intelectual —poeta, excelente crítico y estudioso de la poesía contemporánea, profesor en la Universidad de Oviedo y director de la revista Clarín—, se inició como cronista de la vida literaria con Días de 1989 y desde entonces es el autor de una ya larga serie de entregas de su diario (si digo una cifra, él inmediatamente me corregirá). No ha dejado de compartir con sus muchos lectores sus inquietudes, sus viajes, su pasión por ser más inteligente que nadie, su actitud personal —es aficionado a leer y escribir en los centros comerciales, la soledad le empuja al bullicio; no se ha enamorado nunca, enamorándose bastante; detesta trasnochar, le gusta hacer listas de cosas y es un lector increíblemente bien informado—.

Más información
Recomienda en Librotea 'El arte de quedarse solo', de José Luis García Martín

El último volumen de su diario se titula El arte de quedarse solo (Renacimiento, 2017) y recoge anotaciones de 2015 y 2016. García Martín, sin embargo, se resiste a concebir sus entregas diarísticas como parte de una serie iniciada, decíamos, en 1989. Siendo así, aspira a que cada libro se sostenga por sí mismo, y el texto de la contracubierta de El arte de quedarse solo refuerza esta idea al máximo: ábrase el libro al azar y cualquier página debe sostenerse por sí misma. La calidad de página viene siendo una preocupación máxima en nuestra literatura desde el 98; yo la veo una aspiración tan sublime como peligrosa, pero en cualquier caso forma parte de nuestra tradición.

Y lo admirable en El arte de quedarse solo es que la apuesta de su autor sigue siendo exacta. El libro se lee con el mayor interés porque entramos con facilidad en el mundo que nos abre García Martín —su mundo de siempre, aunque con menos malicia que en sus comienzos—. Y seguimos a esa voz conocida en sus razonamientos políticos, en los “improvisados” haikus, los destellos de felicidad o la pérdida de amigos a causa de su carácter difícil. El escritor ha hecho de su independencia de criterio una especie de santo y seña, con sus luces y sus sombras. Yo no comparto algunos de sus juicios, pero eso resulta enormemente estimulante.

El arte de quedarse solo. José Luis García Martín. Renacimiento, 2017. 343 páginas. 19,90 euros

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_