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En esta rumba la fuerza está en las palabras

El grupo catalán La Pegatina, que triunfa en Europa con sus efusivas canciones, reinventa su obra para potenciar las historias de sus letras

'Heridas de Guerra', uno de los nuevos temas del grupo La Pegatina.

Apenas tienen música, todo lo más algún breve pasaje incidental. La fuerza está en las palabras, en la letra, en la historia que cuentan seis de las canciones de Revulsiu, el último trabajo de La Pegatina, escogidas para este experimento desarrollado junto al equipo del Laboratorio Sonoro y un grupo de locutores profesionales, actores de doblaje y amigos. Lo cuenta Adrià Salas, cantante y compositor del popular grupo de música de fusión festiva: “Hemos percibido por comentarios de nuestros seguidores que las letras se escuchan cada vez menos, reducidas en muchos casos a un par o tres de frases de los estribillos, que es lo que el público suele conocer. Por eso las hemos querido presentar de manera que todo el protagonismo recaiga en ellas, y nuestros seguidores se den cuenta de lo que estamos contando”. Uno de los seis temas es Heridas de guerra: "Suele ser interpretada como una historia que narra las averías que te puedes hacer una noche de marcha, cuando en realidad explica que en ocasiones necesitamos hacernos los malos por un ratito”, dice Adrià.

Este proyecto, grabado de manera desinteresada hace un año por todos los participantes, nace a tenor de los cambios que los miembros de La Pegatina han observado en el mundo de la música: “Hace años, cuando había discos, éstos venían acompañados por el librero con las letras, y el público escuchaba las canciones y las leía al mismo tiempo. Hoy en día esto no es así y las letras han perdido peso”. Cabe preguntar si creen que la música acaba por enmascarar las letras. “No estamos seguros de que eso sea así, pero por las preguntas de nuestros fans sobre las letras intuimos que la mayor parte del público hace escuchas apresuradas de las canciones y conoce de memoria sólo parte de la letra, por lo general la correspondiente al estribillo”, responde Adrià, consciente de que el estilo festivo de La Pegatina también juega sus cartas, y no siempre a favor. “El entorno musical alegre del grupo tiene un doble filo ya que si por un lado las canciones entran bien, por el otro el mensaje, la letra, el contenido, parece ocultarse y da la sensación que el público pierde de vista que existe una intención de contar cosas que no sólo son cachondas”. ¿Contrariedad de letrista incomprendido? "Sí, puede que algo haya”, admite entre risas Adrià.

Pero hay más observaciones tras la decisión de La Pegatina de despojar de música a sus letras y situarlas en un territorio de ficción sonora, ya que en el fondo esta es una manera de mantener viva la presencia del grupo en las redes sociales. "Sí, es cierto, este es otro argumento para embarcarnos en este experimento. Los músicos ya somos más que nada generadores de contenido, pues si no te mantienes activo en la red ésta te olvida y sus algoritmos hacen que pierdas relevancia en los timelines de tus seguidores. Los músicos de hoy en día no pueden descansar jamás y como los discos tienen una vida de apenas un mes hay que estar siempre pensando en actividades que te mantengan presente en la memoria del público. El resultado es que los músicos estamos obligados a producir contenidos que no siempre son musicales. Eso al menos nosotros, que nos responsabilizamos personalmente de la presencia de La Pegatina en la red”. Por eso, para contar también con un soporte visual para la red, el grupo decidió hacer los correspondientes vídeos de sus “nuevos” temas, en este caso tirando de imágenes libres de derechos de autor.

Preguntado sobre las redes que resultan más activas, la experiencia de La Pegatina le ofrece a Adrià los siguientes datos. "Lo más rentable en términos de acción/respuesta es Instagram, donde tenemos 40.000 seguidores que generan unos 3.000 likes por acción, mientras que en Facebook, donde tenemos unos 220.000 seguidores, esta respuesta baja a los 300 likes. Lo que nos parece indudable es que twitter es una red ya sólo válida para los medios, porque allí recogen las reacciones de políticos y demás agentes sociales, pero lo que es para la música, el Twitter apenas nos cuenta”, manifiesta no sin mostrar un mohín de tristeza ante esta situación. "Hoy se escucha música para caminar por la calle, rara vez nos paramos para a escuchar canciones con tranquilidad”.

Pero al margen de la red y de este intento de situar a La Pegatina no sólo como un grupo de fiesta, la banda catalana continúa sus giras por el extranjero, donde en sus casi 15 años de vida han ofrecido centenares de conciertos, más de 100 sólo en Holanda. Y la comparativa de estos conciertos con la situación en España es desoladora. "En toda Europa son más abiertos que aquí. La gente va a los conciertos por curiosidad, porque les gusta la música en directo y gracias a ello te haces grande fuera. La gente asiste en plan 'preséntame lo que haces' y además confía en la programación de las salas y acude a ellas porque se fía. Por otro lado los organizadores te tratan de forma que te sientes un artista, de lo que se desprende que tocas más a gusto y el público disfruta más. Está todo cuidado para que el público sea el gran beneficiado, mientras que aquí no es raro que el promotor incluso te indique con quién te has de hacer fotos”. Todo esto tiene, según Adrià, un notable impacto en la configuración del público. “En Holanda van a nuestros conciertos personas desde los 10 hasta los 60 años que ven en nosotros un grupo de sonidos latinos exóticos a los que no están acostumbrados. Eso es gracias a la rumba”, asegura antes de confirmar que este año se van a Méjico, donde actuarán en dos grandes festivales, luego harán gira Europea y acabarán, probablemente, visitando por vez primera la India. Instagram verá sus fotos y los indios bailarán rumba. Aunque no entiendan las letras.

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