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De acordes y alejandrinos

Las letras (y la música) de Nach, Rayden, Marwan, Diego Ojeda y Luis Ramiro llenarán el Teatro Nuevo Apolo dentro de Los Matinales de EL PAÍS

Isabel Valdés

Que la música y la poesía son hermanas gemelas que a veces se pelean es una frase del escritor, periodista y musicólogo José Ramón Ripoll. Ambas comparten la musicalidad: la primera en acordes, en ritmos, en tonos, la segunda en versos, en rimas, en analepsis, hipérboles, quiasmos… Se han musicalizado poemas y otros tantos se han convertido en canciones. Poetas y músicos se han admirado y reconocido. Ambas emocionan, evocan, y enseñan.

Eduardo Estrada

Y probablemente sea eso lo que esperen los raperos Nach y Rayden, y los músicos y poetas Luis Ramiro, Marwan y Diego Ojeda, que este próximo domingo 18 de diciembre se subirán al escenario del Teatro Nuevo Apolo dentro del ciclo de Las Matinales de EL PAÍS con todas las entradas vendidas. Apuntaba Luis Ramiro el otro día al lleno de un espacio de más de mil personas “con la poesía como única excusa”; la misma que les valió a ellos para empezar a componer, a escribir y a mostrar lo que querían mostrar a través de ella. Diego Ojeda, Luis Ramiro, Marwan y Rayden cuentan cuándo les llegó la inclinación por los versos y por qué importa que esas letras estén en los escenarios.

Luis Ramiro

Acaba de publicar su tercer libro de poemas, Te quiero como siempre quise odiarte (Frida, 2016), lee poesía desde los 14 años, cuando descubrió a Lorca, Neruda, Machado o Benedetti;: y asegura que ese género te abre un mundo al que la novela no llega y que se complementa muy bien con la música. “Su influencia es enorme… poesía y canciones están muy relacionadas, Cohen, por ejemplo, era poeta y se hizo cantante”.

Él, que hace canciones de pop y autor, intenta dar importancia a las letras: “Desgraciadamente en el mundo de la música comercial las letras están siendo muy devaluadas, véase el reggaetón, donde son incluso machistas y despectivas”. Sentencia con que es necesario que haya pop, rock, rap… con letras de calidad donde no solo esté la música, sino que ofrezca a la gente historias que contar, “bien escritas”.

Elegiría, entre todos, Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca.

Diego Ojeda

Diego Ojeda empezó a dar conciertos hace justo una década: “Siempre había leído algo de poesía, pero hace unos años Marwan y yo empezamos a devorar poesía juntos, a través, sobre todo, de un poemario de Pedro Andreu que nos llegó a las manos”. Dice que se volvieron locos y después de un tiempo como lectores les entró el gusanillo por escribir. “A partir de ahí ambas facetas entraron en una fase de simbiosis muy bonita, porque hay algo poético en las canciones, y melodías en los versos, aunque para mí son mundos diferentes”, sobre todo a raíz de su segundo libro, Mi chica revolucionaria (Frida, 2014), que se situó entre los más vendidos de poesía del país y a raíz de eso mucha gente empezó a conocer su música.

Tiene claro que uno de los grandes males que tenemos en nuestro tiempo es la falta de empatía y de sensibilidad: “Supongo que relacionada con el ritmo vertiginoso de la vida y de las relaciones de todo tipo, y de que éstas se den muchas veces a través de una pantalla. Quizás ahí es donde la música, las letras y los poemas que hacemos tengan más importancia”. Quiere creer que ayudan a la gente a conectar con sus emociones, con su sensibilidad y con la sensibilidad de las personas que las rodean: “Si eso es así me doy por satisfecho, de sobra”.

Elegiría, entre todos, al autor gallego José Luis Alvite.

Marwan

La búsqueda de la poesía, la intención poética y la belleza han existido siempre en este poeta y músico con tres libros ya publicados, el último Todos mis futuros son contigo (Planeta, 2015): “Ha sido primordial encontrar mensajes más o menos profundos, lograr una expresión bonita… Tanto en mi vida como en mi carrera encontré en la música y la poesía una forma de entender la vida que no encontré en otros lugares”.

Lo importante, para él, es que llegue la poesía, “a través de la música, de libros, de tuits o de cualquier red social. Lo esencial es que la gente pueda disfrutar de la poesía, que para mí es un derecho fundamental y es un gusto y mecanismo de expresión inigualable”.

Elegiría Ya no es tarde, de Benjamín Prado.

Rayden

La poesía ha influido en el rapero desde que tiene uso de “razón, puño y letra”. Cuenta que lo primero que leyó por voluntad propia, a los diez años, fue poesía: “Es la mejor herramienta para suturar emociones”. No se le daban bien las relaciones sociales, y se encontraba bien en la palabra escrita.

Él cree que todos buscan trincheras, en todos los aspectos de la vida: “Y la música es una de las mejores porque sigue usando un lenguaje más llano, más asequible, y sirve para enganchar. Y a veces, pone un espejo delante de ti”.

Elegiría Follas Novas, de Rosalía de Castro.

Nach

Este MC alicantino sabe que la poesía influenció su carrera desde siempre, aunque al principio, sin ser consciente: "Siempre he estado rodeado de palabras, mi madre me leía poesía, siempre la he escuchado declamar, y con el tiempo me di cuenta de que en el fondo siempre he buscado esa imagen y esa lírica en las palabras". Ahora acaba de publicar su primer libro de poemas, Hambriento (Planeta, 2016).

Cree que depende de cada uno la importancia que se le da a lo que se lee, o se escucha, o se ve en este mundo viral e inmediato, "en este mundo de usar y tirar". "Por eso buscar la profundidad permite que se trascienda y que eso quede en la memoria de la gente".

Elegiría a Eduardo Galeano.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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