“Existe el riesgo de que ver ópera sea tan fácil que el público deje de ir al teatro”
La 'mezzosoprano' Joyce Didonato reúne 15 arias barrocas en su nuevo disco
“Me parece imposible ser parte del mundo de hoy y no pensar en cómo mejorarlo”, subraya Joyce DiDonato sobre las motivaciones de su nuevo disco, una reflexión en torno al ideal de la paz “en tiempos de caos” con la que esta versátil voz operística regresa a su terreno natural, la música barroca. En el que considera su proyecto más personal, la aclamada mezzosoprano de Kansas (Prairie Village, 1969) ha escogido el título Guerra y Paz. Armonía a Través de la Música para arropar una selección de arias que presentará en una gira internacional, con escala en España el próximo junio.
Simpática, muy atractiva y accesible, DiDonato confirma su reputación de antidiva durante una entrevista en Londres donde destila entusiasmo por ese reencuentro con los grandes del barroco servido en una colección de 15 arias que se publica el 4 de noviembre. Una de las artistas con mayor demanda en el escenario operístico actual, gracias a su técnica y calidad de voz a las que aúna su expresividad y dotes de actriz, nunca descuida los conciertos que apuntalan el exitoso apartado discográfico de su carrera. “Adoro los recitales por esa inmediatez con la audiencia. Donde soy yo quien decide la historia que cuento y tengo el control del mensaje que quiero enviar”, dice una artista de la que siempre se destaca su tremendo carisma.
Ese encaje en pro de la paz y armonía en tiempos convulsos se alimenta de piezas que destilan el lamento de Dido (Dido y Eneas, de Purcell), el retorno del guerrero Ulises (Monteverdi) o el optimismo de la Cleopatra händeliana en la preciosa aria Da tempeste il legno infranto (Julio César). Los compositores Leonardo Leo y Niccolò Jommelli completan un repertorio del barroco que la mezzo considera “la médula espinal" de su carrera, a la que se aferra por encima de la versatilidad demostrada en década y media de carrera.
Y desde ese género, donde su voz “se siente feliz y libre, sin libretos que la costriñan”, encara la sinrazón del pasado y el presente. “La intolerancia es lo que más me preocupa, ese prejuicio que nace del miedo a las religiones, las opiniones políticas o los diferentes estilos de vida”, proclama esta asidua de las redes sociales, que ha criticado el acoso a los homosexuales en la Rusia de Putin y califica de “abominable” la candidatura de Donald Trump a la presidencia de EE UU. Desde su estreno en el Teatro Real de Madrid en 2001, DiDonato ha privilegiado sus actuaciones en España, un país con el que mantiene “una historia de amor” y donde ha instalado su base para trabajar en Europa. La gira de presentación de su disco incluye el paso por ese mismo escenario madrileño (2 de junio), el Liceo de Barcelona (día 4) y el teatro Campoamor de Oviedo (día 6), triple cita donde el estilismo de la diseñadora Vivienne Westwood envolverá su arte. Integrante de una generación de estrellas operísticas obligadas a cuidar tanto el apartado físico como el vocal, la mezzo concede esa necesidad porque “tenemos que hacer creíbles las representaciones”, aunque denota que “algunos cantantes jóvenes pasan más tiempo en el gimnasio que entrenando la voz”.
Admite la presión sobre los artistas en la era de las nuevas tecnologías que ha impulsado la retransmisión de las funciones y sus grabaciones en alta definición. “¡La cámara lo ve todo! En mi caso me encanta, creo que me hace más auténtica”. La cantante da la bienvenida a las iniciativas tecnológicas por su capacidad para “llevar a todos los rincones” un arte considerado elitista, aunque confiesa un recelo: “Existe el riesgo de que el acceso a la ópera se vuelva tan fácil que la gente deje de acudir a los teatros”.
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