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EN PORTADA

16 voces para contar Brasil

De la oralidad al pop pasando por la vanguardia y la crítica social, voces que retratan un país

De la oralidad al pop pasando por la vanguardia y la crítica social, la literatura viva de Brasil es tan amplia diversa como el propio país. 16 voces contemporáneas nos muestran un mosaico de tan poliédrico país

Adriana Lisboa: La mirada extranjera

Novelista, cuentista y autora para niños y adolescentes, Adriana Lisboa (Río de Janeiro, 1970) sigue caminos literarios mestizos. Esa fluidez nace de su interés en otras artes, sobre todo en la música, y de la ruptura de las fronteras entre los géneros. Puso en marcha su carrera cuando decidió escribir ella misma las historias que le leía a su hijo. Debutó con Os fios da memoria (1999) (los hilos de la memoria) —un coqueteo con la novela histórica— y se consagró con Sinfonia em branco (Sinfonía en blanco; Alfaguara) —una historia de sufrimiento familiar—. Tras periodos en Francia y Japón, vive en Estados Unidos, donde se dedica a la literatura y a la investigación. A esas andanzas se debe su mirada extranjera. La antología Rio Noir (Maresia), incluye su relato ‘El ahorcado’.

Alberto Mussa: Canibalismo policiaco

Alberto Mussa (Río de Janeiro, 1961) escapó de convertirse en matemático para ser uno de los nombres más celebrados de la literatura brasileña reciente. Novelista, cuentista, traductor, autor de tendencias caníbales, Mussa da voz a los más desfavorecidos. Sus personajes tienen raíces indígenas, africanas y árabes. Debutó con Elegbara (1997), un libro de cuentos inspirado en la mitología yoruba, la etnia africana que introdujo el candomblé en Brasil. Su entrega más reciente es A primeira história do mundo (2015), tercer título de una pentalogía policiaca. En ella, Mussa cuenta la historia de una serie de crímenes cometidos en diferentes épocas en Río, partiendo de un caso de 1567. Funambulista publicó en España El misterio de la casa de los trueques.

Ana Martins Marques: Lírica cómplice y cotidiana

En el efervescente mar brasileño de nuevos poetas, la cercana voz de Ana Martins Marques (Belo Horizonte, 1977) se manifiesta contra todo exceso de pompa. De esta forma, busca conseguir la deseada complicidad con el lector. Su despojamiento se manifiesta en el registro informal de la lengua, en los temas cotidianos y en la modestia de quien no sabe ser poeta —pero escribe, en realidad, respaldada por una pasión y una experiencia del lenguaje profundas—. O livro das semelhanças es su tercera y más reciente antología después de los premiados A vida submarina y Da arte das armadilhas (del arte de las trampas). Es sin duda una de las voces más originales de la poesía brasileña actual.

Antonio Prata: El humor del cronista

Con 10 libros publicados, la mayoría de cuentos y crónicas, Antonio Prata (São Paulo, 1977) habla de la vida cotidiana al estilo brasileño: con certeras dosis de crítica y humor. Se dio a conocer en 2010 con Meio intelectual, meio de esquerda, libro de crónicas en el que se define con las palabras del título (medio intelectual, medio de izquierdas), a la vez que usa puntos de partida triviales que inspiran sabrosos textos. En 2012, fue uno de los 20 autores seleccionados para la edición Os melhores jovens escritores brasileiros de la revista Granta. Tan devoto del periodismo como lo fueron gigantes de la talla de Rubem Braga y Nelson Rodrigues, Prata es también un activo guionista de televisión. En su libro más reciente, Nu de botas (desnudo, en botas), recrea la historia de su infancia.

Beatriz Bracher: Un toque de tragedia

Antes de convertirse en una respetada novelista de carácter eminentemente político, Beatriz Bracher (São Paulo, 1961) se estrenó en el medio literario fundando la revista 34 letras y trabajando en el sello Editora 34 hasta 2000. Dos años después se pasó al otro lado del oficio y lanzó su primer libro, la novela Azul e dura. En 2009 publicó Meu amor, una muestra de su género favorito: el cuento. Al mismo tiempo, debutó como guionista de cine con Os inquilinos. Su obra está marcada por las implicaciones éticas y la experimentación formal tanto como por la violencia. “Siempre me preguntan”, cuenta la autora, “por qué escribo cosas tan tristes”. Respuesta: “Creo que la literatura necesita tragedia”. Anatomia do paraíso, de 2015, es su libro más reciente.


 


Chacal: Poesía 'rock and roll'

Visto ad eternum como “poeta marginal”, Chacal reniega de cualquier etiqueta que transforme sus escritos (poemas, crónicas y letras de música) en “objeto de museo”. Él —Ricardo de Carvalho Duarte (Río, 1951)— sí se define como autor de poesía rock and roll, producida siempre en la adversidad y para ir más allá del papel. Su primer libro es Muito prazer, Ricardo, lanzado en 1971 en una edición mínima ciclostilada. Ha organizado multitud de recitales de poesía con música y danza. De estilo provocador, es el poeta de los juegos de palabras y del deseo de acercarse a los lectores, a quienes advierte: “Nunca quise ser Drummond ni Bandeira. Quería ser Mick Jagger, Bob Dylan, Caetano, Gil o Chico”. Acaba de lanzar Tudo (e mais um pouco). Poesia reunida.


 


Conceição Evaristo: La voz negra que surgió de la favela

La obra de Conceição Evaristo (Belo Horizonte, 1946) está marcada por la “condición de mujer negra”. Sumida en la miseria de la infancia en una favela contigua a un barrio de clase alta de Belo Horizonte, la ficción resultó indispensable para su supervivencia. Llegó a la literatura —que ella define como “escrivivencia”— después de trabajar como asistenta hasta 1971. Ese año terminó los estudios elementales. Se mudó a Río de Janeiro en 1973. Allí estudió Letras y desde allí escribe en revistas sobre afrobrasilidad. Debutó en 1990 con la serie Cadernos Negros, en la que, escribiendo sobre la cultura negra de forma lírica y política, encara su ascendencia de manera crítica. Su libro fundamental es Ponciá Vicêncio (2003), novela de formación femenina y, por supuesto, negra.

Cristóvão Tezza: Refinamiento y solidez

Con 14 novelas y varios libros de cuentos, crónicas y ensayos, Cristóvão Tezza (Lages, 1952) es uno de los autores más importantes de la literatura brasileña viva. Cultivador de un texto refinado, eximio creador de diálogos, escribe tramas complejas que se mueven en la frontera de lo real y lo ficticio con una notable capacidad de reinventar el pasado. En 1988 publicó su primer libro de ficción, Trapo, que lo da a conocer nacionalmente. Varias veces premiado y de éxito incontestable, O filho eterno (2007) (El hijo eterno; Elephas, México) amplía sus fronteras como escritor al retratar el nacimiento de un hijo como momento de ruptura en la vida de una pareja. Ampliamente publicado en otros idiomas, Tezza es autor de una autobiografía literaria, O espírito da prosa.

Rubem Fonseca: El gigante brasileño

Cuentista, novelista y guionista famoso por su reclusión y aversión a las entrevistas, José Rubem Fonseca (Juiz de Fora, 1925) ingresó en la carrera política y en la policía antes de dedicarse a escribir. Radicado en Río desde su infancia, debutó en 1963 con el libro de cuentos O prisioneiro, y durante dos décadas se dedica casi exclusivamente a este género —del que fue el gran revolucionario brasileño de la segunda mitad del siglo XX—. Feliz ano novo (1975) es su colección de cuentos más aclamada. En 1983 lanzó la novela A grande arte (El gran arte, Txalaparta), que lo consagró como el gran gigante de la literatura de un país gigante. En España ha sido publicado por editoriales como RBA, Seix Barral o La Magrana.

Ronaldo Correia de Brito: La oralidad del nordeste

Ronaldo Correia de Brito (Saboeiro, 1951) es la principal voz de las historias populares del noreste brasileño, muy marcadas por la oralidad. Médico y escritor, afirma que la medicina lo sitúa “ante el espectáculo de la vida y de la muerte” mientras que la literatura le permite “llenar las lagunas de la historia”. Autor prolífico que empezó a publicar tardíamente, debutó con una celebradísima antología de cuentos, Faca (2003) (Cuchillo; Diente de León, Colombia), que le abrió el camino a una consagración que llegó con Galileia (2008), novela que se esmera en retratar el Brasil de los señores de la tierra y que Adriana Hidalgo publicó en español. Aunque sus protagonistas sean hombres, el libro opera en la órbita de las mujeres, el alma de lo cotidiano según Brito.

Lucrecia Zappi: Con un pie en la carretera

Escritora viajera, Lucrecia Zappi (Buenos Aires, 1972) se mudó con su familia a São Paulo a los cuatro años y pasó parte de la adolescencia en México. Ya adulta, vivió en Holanda. Actualmente vive en Nueva York. Onça preta (2013) (Jaguar Negro; La Huerta Grande, España), su primera novela, que transcurre en el sertón de la región del nordeste, es una búsqueda de sus propios orígenes a través de la observación de los otros, de la carretera y de un paisaje extremadamente árido. Su protagonista es una estudiante de São Paulo que sale en busca de su padre. Su nuevo novela, Acre, aparecerá el año que viene. También es autora de un libro de gastronomía, Mil folhas (2009) (mil hojas), que investiga el papel del azúcar en diversas culturas.

Daniel Galera: La lengua del pop suena en la Red

Daniel Galera (São Paulo, 1979) habla la lengua del pop. Su carrera literaria coincide además con el boom de Internet en Brasil y su universo narrativo abarca adolescentes y jóvenes expuestos a la violencia urbana. Debutó con la antología de cuentos Dentes guardados, publicada por Livros do Mal, la editorial independiente que fundó él mismo en 2001. Con Mãos de cavalo (2005) (manos de caballo), novela de iniciación traducida a varios idiomas, dio un salto que se confirmó en su última entrega, Barba ensopada de sangue (2012) (Barba empapada de sangre; Literatura Random House, España), en la que demuestra un sentido impecable del ritmo. Sus libros y cuentos han sido adaptados al cine, al teatro y al cómic.




Daniel Galera (São Paulo, 1979) habla la lengua del pop. Su carrera literaria coincide con el boom de Internet en Brasil  y su universo narrativo abarca adolescentes y jóvenes expuestos a la violencia urbana. Debutó con la antología de cuentos Dentes guardados, publicada por Livros do Mal, la editorial independiente que fundó él mismo en 2001. Con Mãos de cavalo (2005) (manos de caballo), novela de iniciación traducida a varios idiomas, dio un salto que se confirmó en su última entrega, Barba ensopada de sangue (2012) (Barba empapada de sangre; Literatura Random House, España), en la que demuestra un sentido impecable del ritmo. Sus libros y cuentos han sido adaptados al cine, al teatro y al cómic.


Maria Valéria Rezende: El compromiso de la invención

Maria Valéria Rezende (Santos, 1942) se hizo monja siendo muy joven y, en sus décadas de servicio, siempre se ha dedicado a la educación popular. A finales de los años setenta recibió una invitación para instalarse en Nicaragua y ocuparse de la alfabetización de los agricultores. Gracias a ello, Fidel Castro la contrató para enseñar a los trabajadores de los cañaverales cubanos. Convivió no solo con Castro sino también con Gabriel García Márquez, asiduo de la isla. El libro Vasto mundo supuso su debut literario, que continuó, primordialmente, con libros infantiles y juveniles. La fama, inesperada, le llegó con Quarenta dias, lanzada tras el éxito de su primera incursión en este género, O voo da guará vermelha, publicada en España por Alfaguara como El vuelo de la ibis escarlata.

Luiz Ruffato: Obrero escritor, novelista social

Gran representante de la novela social, Luiz Ruffato (Cataguases, 1961) orienta su obra desde una premisa claramente política. Su foco es la clase trabajadora, a la que mira sin paternalismo. El compromiso de Ruffato tiene sus raíces en su propia historia de hijo de un vendedor de palomitas y de una lavandera. Él mismo trabajó como obrero de la industria textil antes de dedicarse a escribir. Su primera y exitosa novela —Eles eram muitos cavalos (2001) (Ellos eran muchos caballos; Eterna Cadencia, España)— se compone de 70 historias que transcurren en un mismo día en São Paulo. Columnista de EL PAÍS, escribió también una pentalogía sobre la clase obrera nacional y ha preparado antologías como 25 mulheres que estão fazendo a nova literatura brasileira.


 


Milton Hatoum: La voz de los inmigrantes

En Brasil se dice que el año que Milton Hatoum (Manaus, 1952) publica libro los demás escritores pueden olvidarse de los premios. Considerado uno de los grandes autores vivos del país, su primera novela, Relato de um certo orient (1986) ganó premio Jabuti, uno de los más importantes de Brasil. La segunda, de 2000, Dois irmãos (Dos hermanos, publicada en España, como la anterior, por Akal) repitió galardón, lo mismo que la tercera, Cinzas do Norte. “Va del paisaje al vacío del alma fundiendo lo social y lo existencial”, se ha dicho de su obra. Económico y poético a la vez, Hatoum, descendiente de libaneses, concentra sus escenarios en el norte de Brasil, en la zona amazónica, y relata tanto la integración de los inmigrantes de Oriente Medio como las repercusiones de la dictadura.

Estevão Azevedo: Una de las grandes promesas

Inscrito en lo mejor de la tradición del romanticismo y del realismo modernista nordestino, Estevão Azevedo (Natal, 1978) es una de las grandes promesas literarias nacionales. Publicó dos libros de cuentos antes debutar en la novela con Nunca o nome do menino (Nunca el nombre del niño), en la que una mujer descubre que es un personaje de un libro. En la segunda entrega, Tempo de espalhar pedras (2015) (Tiempo de esparcir piedras), fue más allá aún: estudió el universo de los buscadores de oro y el resultado es pura literatura, sin tiempo y sin espacio definidos. A contracorriente de la producción literaria actual, muy urbana y cosmopolita, su celebrado libro habla de la codicia y del deseo que no se materializa sin consecuencias.

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