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“El preu, de Miller, en el Goya barcelonés, es puro Broadway”

El crítico teatral y columnista respondió a los lectores sobre obras, actores, series, películas, música...

El crítico teatral Marcos Ordóñez.
El crítico teatral Marcos Ordóñez.SAMUEL SÁNCHEZ

El crítico teatral y columnista respondió a los lectores sobre obras, actores, series, películas, música...

1Fans Total 13/07/2016 13:01

¿Cree que hoy un joven autor (o autora, claro) tiene más posibilidades de publicar que tiempo atrás?

Hola, FT. De publicar sí, tanto en papel como en la red, porque es evidente que hay muchas más oportunidades que tiempo atrás. De ser leído ya no estoy tan seguro. Es más complicado hacerse oir, despuntar entre tanta oferta. Más editoriales quiere decir más libros, claro. Y hay menos tiempo para leer hoy día que hace veinte o treinta años, porque es obvio que los estímulos se han multiplicado. No es difícil llegar a casa y ponerse a ver una serie (y bienvenidas sean), pero para leer se requiere cierto esfuerzo – encontrar silencio, calma, concentración y ganas – y comprendo que muchas veces no apetezca, que se vaya dejando para el verano o para el Segundo Advenimiento. Las estadísticas dicen que en nuestro país se lee muy poco. Quizás “antes” se leía más, aunque tampoco pondría la mano en el fuego. Me temo que el problema es general, como los apagones. Según George Steiner, en las mejores librerías de Londres una primera novela tiene diecinueve días de vida. Por qué diecinueve y no veinte o veintiuno, no lo sé. Si pasado ese plazo el libro no ha tenido eco, en prensa o por boca a oreja, si no ha despegado, vuelve a la editorial, al almacén lejano, a las librerías “de descuento” (que aquí apenas existen) o directamente a la trizadora. No sé lo que puede durar una primera novela en España, pero no sería optimista. En todo caso no culparía al librero, que bastante hace con mantenerse a flote: es que se produce mucho, se compra poco y no hay espacio físico. También, por lo que llevo visto, depende de las editoriales. Suele creerse que una editorial poderosa impone su ley. No siempre: a veces devora a sus hijos, por un ritmo de producción acelerado. A menudo funciona mucho mejor una editorial independiente, que cuida más sus obras, tiene una relación más estrecha con los libreros y sabe dónde sus libros tendrán mejor exposición, mejor salida y mayor permanencia.

2Fernando Peñarroya 13/07/2016 13:07

Señor Ordóñez, ¿pinta bien lo del Pavón, verdad? Por cierto: ¿Ha visto “Idiota”, de Casanovas? (¿Comedia? ¿Drama?)

¡Pinta de maravilla, Ernesto! Cuento los días para que arranque su aventura. Han anunciado los espectáculos del primer semestre (y un poco más). Un estreno, y dos reposiciones que mucha gente se quedó sin ver. Las reposiciones son “Hamlet” (del 9 de febrero al 5 de marzo) y “Misántropo” (del 9 al 26 de marzo), ambas dirigidas por Miguel del Arco. Me pido también (y creo que no soy el único) una repesca de “La función por hacer”, de “Veraneantes” (que apenas giró) y de la demoledora “Clausura del amor”, de Pascal Rambert, que también se vio poquísimo, porque eso no se puede hacer cada noche, desde luego. Imagino que en el segundo semestre abrirán sus puertas a espectáculos invitados. O encargados. El estreno es “Idiota”, claro, de Jordi Casanovas. Segunda puesta de Israel Elejalde (la primera fue “Sótano”, el “Soterrani” de Benet i Jornet. De quien esa misma temporada, por cierto, se verá en el Lliure el “revival” de “Revolta de bruixes”, que hace siglos que no se monta). “Idiota” se estrenó en la sala Muntaner, con Ramon Madaula y Anna Sahun, que estaban descomunales. En el Pavón la protagonizarán Gonzalo de Castro y Elisabet Gelabert: otra pareja de lujo. El protagonista de “Idiota” (Carles Badía, en el original) es un perdedor nato. Escribí: “Tiene un cierto aire de andar en otra época, como un hermano catalán del gran Lebowski”. Un anuncio le ofrece mucho dinero por someterse a una serie de pruebas psicológicas, a cargo de una doctora de origen alemán, y se apunta al bombardeo. “Idiota” arranca como una comedia y poco a poco crece la angustia, en clave de “thriller” negro. Brillantísima función, de cuyo sorprendente argumento no conviene decir nada más: sorprendente viene de sorpresa.

3Javier Garcia-Pelayo 13/07/2016 13:22

Hola Marcos: Mi pregunta, tiene que ver con "los ritmos" del espectáculo, en cualquier formato, teatro, cine, show. Decía Hitchcock, (creo), que había que empezar con el "crimen", con el momento álgido y luego ir "combinando". El mayor espectáculo que he visto, han sido algunos del circo del sol y son tantos "momentos cumbres" que me llegan a "embotar" la capacidad de asombro. ¿Hay alguna formula, para medir y provocar un ritmo correcto? . Si no una formula...¿tienes alguna "vara de medir" cuando escribes o cuando ves alguna obra?. ¿Entre Breson y el circo del sol?.

Hola, Javier: welcome back. El ritmo es la madre del cordero. La madre, el padre y el primo y la prima. En el arte y en la vida. Quien dice ritmo dice ritmos, naturalmente, porque la clave (¡vaya descubrimiento!) está en alternarlos: no se puede ir todo el rato a toda mecha. Como bien dices, una sobredosis de “momentos cumbre” embotan la capacidad de asombro: es como cuando hay demasiados cuadros potentes en la pared de una exposición. Yo creo que todo artista ha de ser músico: tener un oído muy afinado para saber cuando el ritmo baja o lleva demasiado rato en el mismo compás, el mismo volumen, el mismo tono. Esa sería la vara de medir: oído afinado. A la hora de escribir, lo mismo. Oído y respiración. Y conocer tus límites. Un tío sabio me dijo una vez: Si no tienes la respiración, pongamos, de John Coltrane (ni el talento, por descontado), no te lances a imitar sus solos. Lo del oído también es relativo, porque los discípulos de William Layton me contaban que cuando estaba ya sordísimo percibía las “bajadas de tensión” porque veía que el actor se abandonaba físicamente, por ejemplo. O sea que donde no llega la oreja llegan los ojos, aunque Layton estaba entrenadísimo. Hay muchas otras señales. Las que envía el público son capitales. Peter Brook decía que hay un silencio sano y poderoso, cuando el público está atrapado, con los actores, en el mismo círculo, y un silencio enfermo, que se manifiesta con crujidos de sillas, toses y demás interferencias. Eso lo decía en los setenta, cuando aún no había móviles, la gran pesadilla actual en los teatros. El nivel de atención del público ha bajado muchísimo, está claro. Pero cuando los ritmos son correctos y se actúa “at the right tempo”, como exigía Sinatra a sus músicos (y a sí mismo), los malditos móviles se apagan y todos, actores y espectadores, respiran al unísono. Hay más “sistemas métricos”, pero lo dejo aquí por hoy. Un fuerte abrazo.

4Dolors Iborra 13/07/2016 13:24

Sr. Ordóñez, ¿Qué ha visto en el Grec que valga la pena (y que todavía se pueda ver)?

De lo que he visto, Dolors, que todavía se pueda (y se deba) ver, “Lehman Trilogy”, en la Villarroel (hasta el 31 de julio); “L’última nit del món”, en la Flyhard (hasta el 20 de julio) y “El preu”, de Arthur Miller, en el Goya, hasta el 7 de agosto. Comento “Lehman Trilogy” este sábado, en Babelia. Estupenda función de Stefano Massini. Triunfó en París, en el Rond Point (premio a la mejor obra del año), y en el Piccolo, último montaje de Luca Ronconi. Sam Mendes va a montarla en el National londinense, y parece que luego la llevará al cine. Cinco horas dura el original. Roberto Romei la ha dejado en casi tres, con intermedio. Pasa en un vuelo. Sensacionales, entregadísimos actores: Ruben de Eguía, Òscar Muñoz, Santi Ricart, Jordi Rico, Jacob Torres y David Vert. Una saga, un siglo de vida americana. Y una buena lección sobre el funcionamiento del capitalismo. Con algo de musical. Un amigo me dijo “ellos ponen la música y la letra”. No es mala definición. “L’última nit del món” es un original y brillante homenaje al universo de “Twilight Zone” de Rod Serling, a cargo de Llàtzer García, que reinventa relatos de Ray Bradbury, Richard Matheson y Charles Beaumont, con intensos trabajos de Edu Buch, Maria Casellas, Xavi Sáez, Xavi Gardés y Vanessa Segura. “El preu” es “The price”, claro, posiblemente el último éxito de Arthur Miller, en 1968. Y una de sus mejores y más hondas piezas. En 2003 la montó Jorge Eines, con Ana Marzoa, Juan Echanove, Helio Pedregal y Juan José Otegui (que en mi recuerdo se llevaba la función). En el Goya la dirige Silvia Munt: su mejor puesta en escena, una filigrana, cuidadísima. Y un póker de ases, todos a la misma altura: Ramon Madaula, Pere Arquillué, Rosa Renom y Lluís Marco. Me pareció estar en Broadway. Grandísimo teatro. Deprisa, que las entradas vuelan.

5Coronel Sartoris 13/07/2016 13:30

Buenas tardes Marcos, se acaba de publicar It`s Too Late To Stop Now: Live de Van Morrison. Una caja con 3 CD (3 conciertos de esa gira) y un DVD. Se considera uno de los mejores conciertos (giras) de la historia del rock. ¿ Que te parece Van the Man? ¿ Que otros directos destacarías ? Muchas gracias.

Hola, Coronel. Justamente hoy leía el artículo de Fernando Navarro sobre esa caja impresionante, que pillaré cuanto antes. Me gusta muchísimo “It’s Too Late”, por supuesto, pero también “A Night in San Francisco”. Y “The Last Waltz”: menudo “Caravan” se marcó ahí. Y cómo estaban todos. Me hubiera gustado ver las giras de sus comienzos, con Them, en pubs y barucios irlandeses. Y la gira de “Astral Weeks”. Lo mejor que recuerdo sobre Van the Man lo escribió Peter Handke en “Carta breve para un largo adiós”. Hay infinitos directos que he escuchado mil veces. Cito de memoria: el de Dylan y The Band; la Rolling Thunder con el material de “Renaldo y Clara”; el “At the Sand’s” de Sinatra y Count Basie; los de Bill Evans en el Village Vanguard; el “Face to Face” de Steve Harley y Cockney Rebel; el de Sam Cooke en el Harlem Square Club; Eric Burdon y War; “Live at the Apollo” de James Brown; el de Fania All Stars en el Cheetah; el de Paul Simon en París; “Weld” de Neil Young & Crazy Horse… y aquí lo dejo, porque no acabaríamos nunca.

6Miguel Ángel Herrero 13/07/2016 13:41

¡Calurosos saludos, Marcos¡ Leí en este diario el sábado la información sobre el reencuentro entre Angélica Lidell y Aviñon y me impresionaron unas palabras suyas sobre no volver a interpretar espectáculos suyos en España. No sé si refería a interpretarlos ella o que se pusieran a la escena por otros. De hecho, creo que Esperanza Pedreño estaba interpretando una obra suya. Me sorprende este resentimiento, que puede estar justificado, y me sorprende porque el público no tiene/tenemos la culpa del ninguneo del que habla y de que seamos los grandes perjudicados de este tema. ¿Qué ha ocurrido con Lidell en España y qué opinas sobre su postura desde 2014 de no volver por aquí? Al parecer, es la profesión y la crítica los que la han tratado mal.

Calurosos saludos, Miguel Ángel. Imagino que Liddell se refiere, con insistencia, a que no volverá a interpretar/montar espectáculos suyos en España, porque Esperanza Pedreño ha hecho (y sigue haciendo) un trabajo impresionante en “Mi relación con la comida”, que no debes perderte. Me fatigan muchísimo las eternas quejas de Angélica Liddell. Acaba de triunfar en Aviñón y aprovecha para quejarse de lo mal que la tratan aquí. Gerardo Vera me contó que soltó la cantinela de que los teatros oficiales la ninguneaban… en la rueda de prensa que anunciaba su espectáculo en el CDN. Cada uno vende sus pianos como puede. Me parece que lo del “odio como motor” y lo de “en mi país no me quieren/entienden” le está dando buenos resultados, así que supongo que seguirá con esa letanía hasta que la parroquia se canse.

7Fans Total 13/07/2016 13:42

Maestro, ¿ha visto la nueva temporada de “Juego de tronos”? ¿Me lanzo?

Lánzate sin miedo, valiente. No te diré mucho, porque es difícil hablar de una temporada que quizás bastante gente aún no ha visto, como tú (y como yo hasta anteayer, como quien dice). Me sentí a gusto ahí dentro, de nuevo. El aliento épico sigue atrapando desde el principio. Enormes momentos: lo que sucede en la Guardia de la Noche (y alrededores), lo que sucede con la Khaleesi (ya iba siendo hora), lo que sucede con el Gorrión y sus esbirros. Diálogos sensacionales, sobre todo a cargo de Tyrion Lannister: la escena de los chistes. Un malo norteño al que deseas que despedacen, por favor. Los episodios oníricos con Max Von Sydow. Qué autoridad sigue teniendo ese hombre. Y la potencia de los dos últimos episodios. Hay historias que se alargan, desde luego. Y pasajes sobrantes. Es una lástima desperdiciar a un actor tan estupendo como Ian McShane. Y si quitas esa historia tampoco pasa nada, o muy poco. McShane dijo, en entrevistas, que “Juego de tronos” era “tetas y dragones”. No, para nada. Sigue siendo un pedazo de serie.

8Antonia Iborra 13/07/2016 13:52

Señor Ordóñez, ¿me podría recomendar alguna película reciente que le haya gustado?

A sus órdenes, Antonia. Ahí va: “Todos queremos algo”. Un título soso y difícil de recordar, una lejana canción de Van Halen. Una historia de adolescentes a las puertas de la universidad, con el béisbol como norte y tarjeta de identidad. Probablemente no la habría visto de no llevar la firma de Richard Linklater, el autor de “Boyhood”. Y de la casi inadvertida “Orson Welles y yo”, sus dos películas que prefiero. “Todos queremos algo” me parece mucho más vivaz y entretenida (y, sobre todo, con más mirada) que “Movida del 76”, el horrible título español de “Dazed and confused”, que pasa por ser su antecedente directo. Los personajes que su reciente estreno a primera vista parecen indistintos, cafres vanidosos con exceso de testosterona, y poco a poco se van perfilando, cada vez más interesantes. Ultracompetitivos, pero con una gran capacidad de adaptación en el mejor sentido del término. Recuerdo ahora la sensatez de Jake y su apertura a todo. Y a Finn, un Mercutio reflexivo. Y Willoughby, el californiano enganchado al beisbol y a los campus, a una juventud que se le escapa. Y Beverly. “La” chica: inteligente, seductora, y que elige. La música de los ochenta, desde “My Sharonna” hasta “Rapper’s Delight”. La frescura, la fluidez. La ausencia de trama. Una película con un perfume que llega de muy lejos, de la Nouvelle Vague, con actores poco conocidos (al menos por mí) que le dan un aire casi documental. Un proyecto, leo, en el que Linklater llevaba trabajando desde 2005. Se nota: parece que todo se le acabe de ocurrir.

9Emilio Ballester 13/07/2016 13:55

¿Qué opina de Ivo van Hove como director teatral? ¿Es tan bueno como dicen?

Ya lo creo, Manuel. Yo he disfrutado de cinco espectáculos suyos, muy distintos entre sí: grandes máquinas como “Tragedias romanas”, que juntaba “Coriolano, “Julio César” y “Antonio y Cleopatra” (soberbio maratón);“El manantial” (más por los actores que por el texto de Ayn Rand) y la reciente “La fuerza oculta” (de la que hablo el sábado en Babelia), junto a piezas de cámara austeras, casi desnudas, como “La voz humana” o el “Panorama desde el puente” que vi en Londres y que es la mejor puesta de la pieza de Miller que he visto nunca, no en vano se ha llevado varios Tonys. Es un maestro, y su banda, Toneeelgroep Amsterdam, una de las mejores compañías europeas, con una fuerza y una técnica que impresionan. Antes he dicho “piezas casi desnudas”, y lo parecen respecto a las otras, operísticas y descomunales, pero tras la puesta más aparentemente sencilla hay toneladas de trabajo… y de presupuesto. Sus producciones están cuidadas al detalle: con lo que deben cobrar los equipos de luz y de sonido de Van Hove, nosotros hacemos una temporada. Hoy por hoy es el nuevo “wonder boy” del teatro europeo: hay bofetadas para trabajar con él. Ahora mismo tiene un montaje de “Las brujas de Salem” en Broadway y acaba de inaugurar el festival de Avignon con una versión de “El crepúsculo de los dioses” de Visconti. Trabaja tantísimo que, lógicamente, tiene altibajos, pero siempre vale la pena ver lo que hace.

¡Las dos! ¡A comer! Han guiado el chat Manolo Morales y Fernando Navarro, la respuesta madrileña a Daniel Dravot y Peachy Carnehan. Durante la travesía ha sonado el esplendoroso 'Night Beat' de Sam Cooke. Gracias a todos y todas. Hasta el próximo miércoles.

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