El trompetista Ibrahim Maalouf lanza su gira por España
El artista actuará en julio en Vilafranca del Penedés, Madrid y San Sebastián
Los músicos, ya se sabe, se desorientan con facilidad. Le pasó al fallecido Gato Barbieri con su recordado “!Buenas noches, Barcelona!”, con que abrió su concierto en el Festival de Jazz de San Sebastián: “!Gato, tío, que estás en Donosti!”.
A Ibrahim Maalouf le sucedió hace un par de años en Vitoria con el escándalo consiguiente, del que se hizo eco éste periódico. “Lo que pasó es que estaba hablando con un amigo por el móvil y me pregunta, “¿dónde estás?”, y yo le digo, “en Vitoria”, “ah, entonces estás en Italia”, porque resulta que hay una Vitoria italiana… total, que cuando subí al escenario me hice un lío”. Por si las moscas, el trompetista promete consultar la Wikipedia antes de salir a actuar en su próxima gira por tierra española, en la que presentará una versión corregida y aumentada de Red & Black Light, su penúltimo disco: “Quiero estar seguro de no volver a meter la pata”.
Ibrahim Maalouf se pone serio para hablar del drama de los refugiados. “Cuando veo esas imágenes, me viene a la cabeza una fotografía de mi padre llegando a Francia como un refugiado más. Y ahora, eso se les niega a quienes no han hecho nada, salvo nacer en el lugar equivocado. De verdad que no lo entiendo”.
La memoria del trompetista viaja a su infancia en Líbano. El país había dejado de ser la Suiza de Oriente Medio para convertirse en un infierno. “Viajábamos entre Líbano y Francia dependiendo de cómo estuviera la cosa. Si se ponía fea, nos íbamos a París y, si se calmaba, nos volvíamos. El verano, lo pasábamos en una aldea sobre las montañas a 45 minutos de Beirut. Desde allí veíamos las bombas cayendo sobre la ciudad, las casas ardiendo… yo, claro, no entendía lo que pasaba. Incluso en medio de una guerra, la máxima preocupación de los niños es jugar.”
En 1993, el preadolescente Ibrahim se adentró por vez primera por las calles de Beirut sin otra compañía que un walkman. “Tenía curiosidad por ver cómo era esa ciudad que contemplábamos desde lo alto. Estuve caminando por entre las ruinas sin rumbo hasta que me di de bruces con una escena absolutamente escalofriante. Me entró el pánico y salí huyendo y, justo en ese momento, empezó a sonar Stairway to heaven, de Led Zeppelin”.
De aquella experiencia surgió Beirut (incluida en su disco Diagnostic). En ella, Maalouf interpreta una trompeta diseñada por su padre para reproducir los cuartos de tono característicos de la música árabe. “Siempre me he rebelado contra quienes circunscriben la identidad de las personas a algo específico. Soy francés y libanés, así que soy franco libanés. Toco una trompeta peculiar, entonces debo ir por un camino determinado. Pues no, señor. Un ejemplo: hace un par de días me llamaron para participar en un proyecto muy importante, y al rato me estaban despidiendo porque habían decidido que no querían nada que sonara a “árabe”. Y ya está. ¿Le dirías a Yo-Yo Ma que no quieres tocar con él porque es “demasiado chino”?, ¿o a Barbara Hendricks, que es “excesivamente góspel”?. Entonces, ¿por qué me lo dicen a mí?. Vivimos en la era de Internet y tenemos el mundo a nuestro alcance, yo soy libanés tanto como pueda ser americano, español o ruso, y mi música es tan “jazz” como árabe o hard rock…” ajeno a todo intento de categorizar su producción artística, éste ciudadano del mundo se reconoce en las creaciones del egipcio Sami el Babli y el jazzista Don Ellis, así como en la obra del Premio Príncipe de Asturias de las Letras, Amin Maalouf. “Los libros de mi tío, como Identidades asesinas, muestran una visión de la existencia que es la mía. Gracias a ellos puedo decir que mi trompeta en una ventana abierta al mundo”.
En sus conciertos españoles, Maalouf estará acompañado por una representación de sus alumnos en el Conservatorio de París. “Yo enseño a ser libre, a tocar sin ningún tipo de idea preconcebida. Me siento en una esquina y les dejo a mis alumnos que hagan lo que os dé la gana. Al final del año, les ves improvisando durante horas sin parar”.
Ibrahim Maalouf estará en Vilafranca del Penedés (3 de julio), Madrid (20) y San Sebastián (23).
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