Juan del Álamo corta dos orejas en Plasencia a un ‘victorino’ de vuelta
Los diestros Manuel Jesús El Cid y Manuel Escribano pasearon un trofeo cada uno
Manuel Jesús El Cid: dos pinchazos —el primero sin soltar— y estocada casi entera (pitos); y estocada y descabello (oreja).
Manuel Escribano: estocada tendida y trasera (oreja); y pinchazo, estocada y dos descabellos (palmas).
Juan del Álamo: estocada casi entera (dos orejas); y media estocada (palmas).
El diestro Juan del Álamo salió a hombros en Plasencia (Cáceres) ayer, sábado, tras cortar dos orejas a un victorino premiado con la vuelta al ruedo, en el primer festejo programado con motivo de la feria de esta localidad, en el que El Cid y Manuel Escribano pasearon también un trofeo cada uno.
Con algo más de tres cuartos de entrada, se lidiaron seis toros de la ganadería de Victorino Martín, bien presentados en general y con desigual juego. Vuelta el ruedo para el tercero; aplaudidos en el arrastre segundo y sexto, y pitados primero y quinto.
La vuelta de los toros de Victorino Martín al coso de la capital del Jerte, tras 10 años de ausencia, había creado una gran expectación y el encierro, aún con sus matices, no defraudó.
El Cid se deshizo a las primeras de cambio del primero de su lote, un toro peligroso que buscaba con ahínco los tobillos del diestro. El público no entendió tanta rapidez y se escucharon los únicos pitos de la tarde. Con el quinto le costó entrar en faena, pero el torero logró sacar un par de buenas tandas sobre ambas manos, que, tras una estocada y un golpe de descabello, fueron suficientes para conseguir un trofeo.
Manuel Escribano se llevó la primera ovación importante de la tarde tras un elegante quite por chicuelinas a su primer enemigo, al que banderilleó con suerte dispar. Con la muleta estuvo mejor con la mano izquierda, aunque con demasiados pases sueltos, sin ligazón. Una estocada tendida y algo trasera fue recompensada con una oreja. No pudo hacer mucho con el segundo de su lote, un toro que, aunque humillaba, se revolvía con rapidez. Lo despachó pronto, aunque, en su haber, cabe destacar esta vez dos buenos pares de banderillas.
Juan del Álamo fue la sorpresa de la tarde. Muy bien con el capote ante un toro, el mejor del todo el encierro, muy exigente. Faena un tanto atropellada debido a la gran movilidad del victorino, pero con detalles muy interesantes, sobre todo al natural. Acertó con el acero y paseó dos orejas. El toro también fue reconocido con los honores de la vuelta al ruedo en el arrastre. Con el que cerró plazo no estuvo cómodo el salmantino, ya que el animal no tenía mucho recorrido y la faena consistió en pases de uno en uno, algo que no llegó a los tendidos.
Babelia
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