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Una exposición reconstruye la vida de la pensadora María Zambrano

La muestra conmemora el 25 aniversario de la muerte de la autora malagueña

De izquierda a derecha, de pie: Miguel Hernández, Leopoldo Panero, Luis Rosales, Antonio Espona, Luis Felipe Vivancos. J. F. Montesinos, Arturo Serrano Plaja, Pablo Neruda y Juan Panero. Sentados: Pedro Salinas, María Zambrano, Enrique Díez- Canedo, Concha Albornoz, Vicente Aleixandre, Delia del Carril y José Bergamín. En el suelo, Gerardo Diego.
De izquierda a derecha, de pie: Miguel Hernández, Leopoldo Panero, Luis Rosales, Antonio Espona, Luis Felipe Vivancos. J. F. Montesinos, Arturo Serrano Plaja, Pablo Neruda y Juan Panero. Sentados: Pedro Salinas, María Zambrano, Enrique Díez- Canedo, Concha Albornoz, Vicente Aleixandre, Delia del Carril y José Bergamín. En el suelo, Gerardo Diego.Fondo Fundación María Zambrano
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Cuando Albert Camus murió en accidente de coche en enero de 1960, el único libro que llevaba en la guantera era El hombre y lo divino, una obra imprescindible de la pensadora María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904 – Madrid, 1991). Los dos autores se conocían desde 1946 y el ensayista francés pensaba que este libro de la malagueña era uno de los textos fundamentales del siglo XX. Estaba interesado en promover su edición en francés, un asunto que trataron por correspondencia.

Una de las cartas en las que Camus muestra su admiración por la creación de la filósofa, fechada el 12 de agosto de 1951, forma parte de la exposición Ejemplo y lección. María Zambrano, organizada por el Ayuntamiento de Vélez-Málaga y la fundación que lleva el nombre de la pensadora con motivo del 25º aniversario de su muerte. Junto a la cuartilla escrita en francés, hay una primera edición de El hombre y lo divino. La exposición, comisariada por Mariluz Reguero, puede visitarse en la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga desde este jueves hasta el 9 de julio.

El legado de la escritora al Ayuntamiento de su ciudad natal, custodiado por la Fundación María Zambrano, es enorme: más de 3.000 cartas, muchas de ellas, remitidas por los escritores de la Generación del 27; 564 manuscritos; cerca de 600 artículos publicados en periódicos y revistas; y unos 2.500 libros de su biblioteca personal. Para la muestra se han seleccionado 90 piezas, entre documentos y cuadros de artistas con los que tuvo relación, y 50 fotografías que enseñan desde la casa familiar de Vélez-Málaga, en la antigua calle Mendrugo, hasta a la autora durante su eterno exilio y su regreso a España, en 1984.

Carta de Albert Camus a María Zambrano.
Carta de Albert Camus a María Zambrano.

Las gafas de Zambrano, la pitillera firmada por sus amigos cubanos con motivo de su vuelta definitiva a Europa y el Premio Cervantes que recibió en 1988, entre otros objetos personales, se exhiben junto a las imágenes que recorren distintos momentos de su vida, incluidos los conocidos primeros planos realizados pocos años antes de su muerte. Presidiendo la sala, el retrato a lápiz que Gregorio Toledo le pintó en 1935.

La obra de la pensadora se reconstruye con libros, textos, correspondencia y anotaciones de sus distintas etapas vitales, desde los primeros años y la relación con los autores del 27 a los exilios europeo y sudamericano y el regreso a España. Su gran vínculo con Antonio Machado, muy amigo de su padre, el maestro Blas Zambrano, queda plasmado en la exposición con una carta manuscrita en la que el poeta agradece a la ensayista una crítica que hizo de La guerra, su última obra publicada en vida. Era noviembre de 1938.

Hay correspondencia con Luis Cernuda, una primera edición de 1937 de una Antología de Federico García Lorca y una carta que ella envió a Picasso, el 12 de septiembre de 1970, en la que intercede ante el genio malagueño por el pintor Luis Fernández. En una hoja escrita a máquina con algunos tachones, Zambrano se dirige a su interlocutor como “Maestro” y, consciente de que el artista no debe recordar la única vez que se han visto en persona, en París, se presenta: “Española, refugiada sin haber vuelto nunca más. Escritora de Filosofía con muchos libros y ensayos publicados”.

Reguero ha alabado el trabajo de la Fundación María Zambrano, constituida en 1987, tres años después de que Zambrano regresara a España tras un exilio de 45 años. Casi medio siglo en el que su actividad creadora no cesó y que ahora se muestra, en una pequeña parte, en las salas de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, la institución cultural más antigua de la ciudad. El montaje forma parte de un programa de actividades más extenso que el Ayuntamiento de Vélez-Málaga desarrolla este año por el 25º aniversario de la muerte de la filósofa, incluida la edición del segundo volumen de sus obras completas.

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