Frida Kahlo con mantón de Manila
El pintor sevillano Fausto Velázquez propone una vestimenta renovada para la artista mexicana
Retratos de Frida Kahlo traída al presente, a territorios que nunca pisó, también de vuelta a su pasado pero ataviada con nuevas vestimentas. Otras miradas a la artista mexicana propone el pintor Fausto Velázquez (La Algaba, Sevilla, 1950) en la exposición Frida Kahlo, la vida como obra de arte, inaugurada en el Ayuntamiento de Sevilla, y que irá de gira por el resto de Andalucía, México, Nueva York, París, Basilea, Tokio y Madrid. Suaves manojos de flores de fondo, motivos naturales y animales, tejidos, texturas, pendientes y anillos de corales, y un mantón de Manila ideado por los diseñadores andaluces Victorio y Lucchino completan esta serie de 50 retratos, de entre los que se exponen 22 en la sala Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla hasta el 26 de junio.
“En mis cuadros he querido reinterpretar con color sus fotografías en blanco y negro, con elementos aborígenes mexicanos, zarcillos, collares y otros de Andalucía como los corales o el mantón de Manila. La historia siempre la escriben los vencedores, por eso muchos mexicanos odiaban a España, pero fue un país que mantuvo todas las etnias de allí, no como ocurrió en Norteamérica, que aniquilaron a los indios”, reflexiona Velázquez como relectura de la historia.
Ha tardado tres años en completar la obra denominada por el periodista José Antonio Chacón como una pintura "suFrida". "Fausto Velázquez ha recreado ese rostro y ha escudriñado esa máscara bajo la que se esconde el dolor, el drama, el desgarro que acompañó a la poliédrica figura de la artista de Culiacán, cuya personalidad siempre fue más allá de lo mucho que representa en la cultura y el arte mexicano desde mediados del pasado siglo", escribe Chacón en el catálogo de la muestra, que incluye la historia de uno de los cuadros con una deriva distinta.
Cuenta Velázquez que la actriz Madeleine Stowe pudo observar uno de los retratos durante su estancia en Sevilla mientras grababa un anuncio en la ciudad, y encantada con la obra, decidió regalarle uno de los retratos de Frida al actor Sean Penn por su cumpleaños. “Él es un gran amante del arte y mi obra forma parte de su colección”, asegura Velázquez.
Fue otro estadounidense, un productor de arte, el que sugirió a Velázquez la idea de hacer un monográfico sobre Frida, que ya estaba incluida en una serie de 60 retratos en la que trabajaba el autor sobre personajes relevantes para él. “Estaba pintando una muestra de retratos llamada La pluma o la espada, en la que reflejaba a personas que habían influido en mi vida, contaba con cuadros de Hitler, Mussolini, Lorca o Cernuda, y entre ellos estaba Frida”, dice el autor.
La valiente mujer vuelve con sus colores a ser revisada por la mirada del siglo XXI bajo la paleta del autor algabeño. “Frida es un icono mundial. Tiene una biografía intensa, fue una mujer luchadora con una salud débil que hizo frente al machismo de los años 20 y 30 y mantuvo siempre una capacidad inmensa de amar”.
Babelia
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