‘Pinoxxio’ triunfa en los premios Max
La danza protagoniza la XIX edición de los galardones en una gala marcada por las reivindicaciones
Un frenético número de danza inauguraba la XIX edición de los premios Max. Una especie de golpe sobre la mesa con el que esta disciplina artística tan castigada se reivindicaba. Era su noche, y quedó claro desde el primer galardón que no tenían intención de amilanarse. Pinoxxio, la gran favorita, reafirmó su liderazgo desde el primer galardón. Abrió el palmarés llevándose a casa la manzana a la mejor composición musical para espectáculo escénico. Su racha continuó toda la velada. De los nueve premios a los que optaba, la entrañable versión contemporánea del inmortal cuento infantil, llevada a escena por la compañía Ananda Dansa, consiguió casi hacer pleno con sus siete reconocimientos.
Entretanto, más números de baile de todos los estilos, agradecimientos, consignas de resistencia ante la precariedad, recuerdos a los que se fueron, y una declaración unánime de amor a la profesión. Como la emotiva carta del bailarín Antonio Gades que leyó su hija, la actriz María Esteve. “Os toca a todos vosotros revolucionar. No olvidéis que esto del baile es como una infección. Y sobre todo, que los que bailamos somos trabajadores de la cultura. No lo olvidéis, ni dejad que lo olviden los otros”. Manuel Aguilar, presidente de la Fundación SGAE, aprovechó las palabras de Gades para dar un aguerrido discurso en el que no faltó el rechazo al IVA al 21%. “La industria cultural mueve más riqueza que la industria del automóvil”, recordó.
Cuando le tocó a Lola Herrera recoger su Max de Honor, el ambiente tornó de emotivo a solemne. Se ganó la ovación más larga, y aguantó majestuosa las lágrimas. “Me he traído un papel porque no sabía lo que iba a decir”, bromeó para romper el hielo. “Cuando empecé, encontré en un escenario algo que no sabría definir, pero que me provocaba unas emociones muy fuertes. Con el tiempo pude ponerle nombre: pasión. Amo el teatro, y mi pasión por él es incondicional. Amo el teatro. Para mí ha sido mi pareja, mi oxígeno, mi alimento”, reiteró la actriz. “Este reconocimiento me ha llenado de alegría. Ha sido un largo camino, una carrera de fondo sin relevos. Me siento muy agradecida por poder trabajar en lo que elegí hace tanto tiempo. Es un privilegio seguir subiéndome a un escenario con 80 años. Fue reconfortante recibir esta noticia. Me habéis hecho feliz”.
Tras el Max de Honor, Pepe Viyuela y Aitana Sánchez-Gijón se hicieron con los premios interpretativos. Viyuela recogió el galardón a mejor actor protagonista por Rinoceronte, y Sánchez-Gijón hizo lo propio en la categoría femenina por Medea. El actor dedicó su discurso “a una pareja de titiriteros”. “No consigo entender a una sociedad que persigue a los más débiles. Porque en esa pareja de titiriteros se condensa también lo más valioso de nuestra profesión: la libertad de expresión”, resumió. Aitana Sánchez-Gijón prosiguió. “Esto de ser titiritero es muy arriesgado. Yo estaba aterrada cada vez que me subía al escenario a hacer Medea porque pensaba que iba a subir la policía a detenerme por matar a mis hijos. Paradojas de la vida, no solo no me han detenido, como han tenido que sufrir otros, sino que me han dado el Max”.
En las categorías de reparto, las manzanas de bronce recayeron en Julieta Serrano, parte fundamental del nuevo montaje de Ninette y un señor de Murcia. Joaquín Notario se anotó uno de los premios de El alcalde de Zalamea, otro de los títulos que más ha sonado en esta temporada teatral.
La mejor autoría fue a parar a Alberto Conejero por La piedra oscura, quien recordó en su agradecimiento las dificultades añadidas que sufren las mujeres en todas las profesiones. “Si algún día mi hija quisiera contar historias, ojalá tuviera las mismas dificultades que nosotros los hombres”, apuntó el director de otra de las obras más premiadas. De los seis galardones a los que aspiraba consiguió cinco, incluido el de mejor espectáculo de teatro.
Antígona, Edipo Rey y Medea, de Teatro de la Ciudad, quedó proclamada como la mejor producción privada y El rei Lear, como la mejor adaptación. Su director, Lluis Pasqual, salió al escenario con otro de los discursos con más fuerza. “Queremos dedicar este premio a los miles de refugiados que para nuestra vergüenza están llamando a las puertas de Europa para salvar su dignidad”.
En las categorías de teatro musical, los Max a los mejores bailarines principales fueron para Ana Luján y Toni Aparisi, de Pinoxxio, mientras que L'aneguet lleig, de Albena Produccions, salió elegido como el mejor espectáculo musical. En el desierto, de la compañía Losdedae, el mejor de danza, cerró la entrega de galardones y su director lanzó el último mensaje de la noche. “Es muy importante que esta gala haya sido dedicada a la danza, la gran expulsada de las artes escénicas. Que viva la danza y no paremos de bailar”.
Ganadores en las principales categorías
Espectáculo de teatro: La piedra oscura, Lazona Films, Centro Dramático Nacional, INAEM
Espectáculo de danza: En el desierto, Losdedae
Espectáculo revelación: Danzad malditos, Malditos
Autoría teatral: Alberto Conejero, La piedra oscura
Autoría revelación: Nosotros no nos mataremos con pistolas, Víctor Sánchez
Actor protagonista: Pepe Viyuela, Rinoceronte
Actriz protagonista: Aitana Sánchez-Gijón, Medea
Actor de reparto: Joaquín Notario, El alcalde de Zalamea
Actriz de reparto: Julieta Serrano, Ninette y un señor de Murcia
Bailarina principal: Ana Luján, Pinoxxio
Bailarín principal: Toni Aparisi, Pinoxxio
Contribución de las Artes Escénicas: Feria Europea de las Artes Escénicas para Niños y Niñas (FETEN)
Aficionado de las Artes Escénicas: Secció de Teatre del Centre Moral i Cultural del Poblenou
Max de Honor: Lola Herrera
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